Saltillo
Por Carlos Rodríguez
Publicado el domingo, 20 de octubre del 2024 a las 04:00
Saltillo, Coah.- Mientras Darío estaba hospitalizado, la pequeña Bella no quería comer, se le veía triste, y cada vez que se escuchaba un carro corría a asomarse a ver si era su dueño. Cuando por fin volvió del hospital, el hombre de 53 años vio cómo su perrita enloquecía de gusto por volverlo a ver.
“ Estuve semana y media hospitalizado, hubieran visto ese día que llegué que me dieron de alta, no sabía ni qué hacer, me traía sus juguetes, sus peluches, se sentaba aquí conmigo, hasta lloró porque deveras que ellos derraman lágrimas”, comentó el hombre.
Y es que la relación entre Darío y su perrita va más allá del binomio dueño-perra, sino que ha escalado a una de padre e hija, detalló el hombre de 53 años, quien tras una peritonitis mal atendida quedó convaleciente.
Como ellos dos hay miles de historias, pues siempre han dicho que el perro es el mejor amigo del hombre, sin embargo, en la última década ha crecido una tendencia a humanizar a los animales, siendo cada vez más común que los dueños se conviertan en padres y madres de sus perrhijos.
Compañera en la enfermedad
“ Estoy llevando a cabo lo que es una hemodiálisis, traigo mi catéter más que nada por problemas que tuve anteriormente, por una cirugía que tuve muy fuerte en el estómago, entonces se me contaminó todo por dentro, desgraciadamente no fue que se dieran cuenta a tiempo sino después de 20 años”.〞
En los últimos años, en los que ha estado llevando a cabo su proceso de hemodiálisis, la perrita, que fue rescatada de la calle, se volvió su pequeña enfermera, que le hace compañía.
“ Yo sé que está mal que uno a veces lo humaniza, pero prácticamente para mí es un angelito, me ha dado muchas lecciones. Inclusive ahora que estuve hospitalizado me comentaba mi esposa y mis hijos que Bella estaba muy triste”.
Darío no es un hombre solitario, pues tiene a su hijo Darío, su hija Mariana y su esposa Viviana, aún así en su nueva hija, la más pequeña ha encontrado una compañía especial, pues ha sido leal en todo momento, incondicional y además una alegría en los pasajes tristes.
La perrita que es criolla, se ganó el cariño de toda la familia, quienes la ven como un miembro más. Lo acompaña siempre en su rutina, desde muy temprano cuando va a dejar a su esposa.
“ Un día normal me despierto, voy a dejar a mi esposa al trabajo, ella me acompaña, apenas le abro a la puerta y se sube al carro. Hago el trayecto, regresamos, nos vamos a caminar 40 minutos aquí en el fraccionamiento con su pechera, sale conmigo, nos sentamos aquí afuera de la cochera y mientras ella se aclimata le doy agua. Entramos y nos ponemos a hacer el quehacer”.
Desde temprano la perrita se le pega “como un chicle” a Darío González, quien no tiene empacho en decir que para él es una hija más, una muy pequeña, prácticamente una bebé.
Una gran familia
Dakota, una golden retriever
Pancha, fue encontrada en un estacionamiento, estaba muy pequeñita, cabía en una mano, se subió al grupo de adopciones, pero nadie la quiso, una cruza de chihuahua con otro ejemplar, que es demasiado dinámica.
Lucas, es hijo de un border collie y una husky, tiene 7 años, y es el menos sociable, pues en alguna ocasión un joven le arrojó una piedra causándole una herida que dejó en él una actitud más reservada.
Antonia tiene un año, también cruza de chihuahua, tiene ojos verdes y es muy tierna, mientras que la más pequeña es Tomasa de 4 meses, cruza de pug con french poodle.
Son planeados
Madre de 5 perritos
Diana Zamora no tiene hijos, pero eso no le impidió ser madre, pues amante de los perros pudo adoptar a cinco como sus perrhijos: Dakota, una golden retriever; Pancha, cruza de chihuahua; Lucas, que es una cruza de border collie y husky; Antonia, que es cruza con chihuahua, y Tomasa, que nació de un pug y un french poodle.
Salvo Dakota, que viene con ella desde Ciudad de México de donde son originarias, los demás son de raza única, como se les dice ahora a los mestizos. Esto demuestra que el amor que les profesa es incondicional.
“ Todos los perros los puedes educar, eso es algo que la gente busca, la inteligencia de un perro, pero es como un niño. Si tú le dedicas a un canino de 5 a 10 minutos diarios para entrenarlo va a aprender a hacer trucos, nada tiene que ver con la raza, tiene que ver con la constancia y dedicación que uno le dé a los animales”, comentó Diana.
Ver cómo avanza por las calles de su fraccionamiento con los cinco canes llama la atención, pero ver cómo los duerme tapaditos con una frazada en una cama tamaño normal, así como apreciar su alimentación que incluye croquetas, pera, manzana, plátano, aceite de coco y demás alimentos, deja en claro que son sus hijos.
“ Mis perrhijos, iba a decir, los niños están todo el tiempo dentro de casa, cuando estoy en casa. Tienen su puertita en el patio y entran y salen, cuando yo me voy a laborar. Tienen dos casas mallasombra”, detalló la dueña.
“ Ya cuando llego a casa ingresan, duermen dentro de mi cuarto, tienen camas especiales, tienen sus cobertores y prácticamente cuando yo estoy allí están 24 horas en casa”.
La señora de los perros
Diana ha recibido críticas por ser la señora de los perros, pues algunos opinan que es excesiva la cantidad de ellos, sin embargo, ella señala que son perrhijos planeados, a los cuales puede dar una buena calidad de vida.
“ Siempre hacen referencia al número, sin embargo, si lo trasladamos a seres humanos, hay familias que tienen seis hijos y a veces malamente no son hijos planeados, entonces se vuelve muy complejo mantenerlos, darles educación, ropa, cuidados y todo lo que conlleva tener un hijo, y en el caso de mis perrihijos son planeados”.
Ella es consciente de que aunque ame a los perros tiene un limitante económico, un tope que le impide tener más, por lo que es una madre responsable, contrario a algunas familias con sus hijos.
“ Sé mis limitantes económicas, hasta qué punto puedo seguir teniendo animales, porque es un gasto. Cada 28 días les compro un bulto de 23 kilogramos, comen una vez al día, entre comidas les doy manzana, plátano, pera, lo que tenga de fruta, sandía y aceite de coco en las croquetas”, narró la trabajadora de la UAdeC y el IESEC
Berenice de la Peña
Lo sano y lo enfermizo…
La sicóloga investigadora Berenice de la Peña aconseja nunca pasar una línea en la relación que se tiene con los perritos, la cual podrían rebasar los que tienen perrhijos, por lo que deben poner especial atención en ello.
“ Los vínculos también se van haciendo cada vez más grandes y se va creando cierto tipo de dependencia, de tal manera que las personas debemos tener esta precaución, en cuanto cómo nos desenvolvemos y cómo nos desarrollamos, porque luego cuando hay pérdidas de nuestros animalitos vienen duelos muy profundos.
Y es que en sí mismo tener perrhijos no es algo malo de lo que se deba preocupar, pero sí cuando en lugar de que esta relación sirva para ser más funcionales provoque que las personas se vuelvan más retraídas y vayan poco a poco encerrándose en sí mismas y sus perros.
“ Toda relación cuando se cierra nada más hacia una persona, hacia un animal, hacia un objeto, pues obviamente nos va privando de generar una relación con otras personas, en otros lugares, en otros ambientes y esa es la parte que tenemos que cuidar”, señaló la investigadora.
Controlan estrés y ansiedad
Sin embargo, las bondades de tener a una mascota cerca, cuidarla y dejarse apapachar por ella son muchas, pues ayudan a controlar el estrés y la ansiedad.
“ Desde la sicología se ha observado que el acompañamiento a través de las mascotas, principalmente los perros, ha disminuido el estrés, contribuye a que las personas puedan bajar los niveles de ansiedad porque se sienten acompañadas”.
Una opción de lealtad
Ante las cada vez más efímeras relaciones de pareja, las relaciones que solamente buscan aparentar o conveniencia, será más común ver a humanos que toman a sus mascotas como perrhijos, pues representan una opción de lealtad sin arriesgarse a ser lastimados.
“ Porque las mascotas nos acompañan, están allí presentes, en momentos críticos de nuestra vida están sin decir nada, simplemente acompañándonos. La relación que se va generando es muy íntima, pero sobre todo estable, una relación con la que nos sentimos acompañados”, señaló la especialista en Psicología.
Pero la sicóloga recalca que la forma en que nos relacionamos siempre debe buscar ser la mejor, la más funcional, redituable y en donde se pueda hablar de tú a tú. Y al final de cuentas un perrhijo nunca podrá sustituir la relación con un semejante.
Con mucha historia: Más allá de la muerte
Adrián Martínez tiene dos perros de una raza, que tras la película de Coco de Disney Pixar se volvieron más cotizados que nunca, un xoloescuintle de tamaño estándar, que se llama Tláloc, y una de tamaño grande de nombre Atzi.
“ Además de ser mascotas son parte esencial de la familia, independientemente de la raza, pero estos en especial son muy leales y tienen mucha historia porque son perros ancestrales”, comenta Adrián, quien además tiene tres hijos.
Aunque espera que los xoloescuintles le duren mucho tiempo, pues son jóvenes de 2 años el macho y 2 meses la hembra, sabe que el amor que les tiene y recibe de ellos trascenderá más allá de la muerte.
“ No solamente los perros, sino cualquier lazo que tengas con cualquier tipo de mascota, en especial con este tipo de razas pues tenemos esta leyenda”.
Es una raza que requiere de cuidados especiales, pues al no tener piel cualquier golpe o raspón puede herirlos considerablemente, además de que la piel requiere exfoliación, pues es delicada. De hecho, diariamente les ponen crema lubriderm en todo su cuerpo.
“ La piel es muy delicada, como no tienen pelo que los proteja para raspones, golpes, inclusive raspones, se pueden infectar, se les tiene que dar un tratamiento especial, porque les empiezan a salir granitos en la piel como si fueran espinillas”.
Guías espirituales
Sus tres hijos aman a sus dos perrihermanos, los cuales llaman la atención a donde van, pues son perros de los que no hay tantos en la ciudad y que son ejemplares de los que se cuentan leyendas, que son perros que viajan al más allá, pues son guías espirituales.
“ Eran perros considerados muy importantes en la civilización azteca, en la época prehispánica se consideran guías espirituales y algunos también los consideran perros que son benéficos para la salud. Existen tres tamaños, el mini, intermedio y estándar”.
Son perros más tranquilos que otras razas, territoriales, pero con los niños sí son juguetones. En ocasiones cuando Dylan, Odalis o Mateo están tristes los abrazan, y cuando los regañan o están en peligro siempre se muestran dispuestos a protegerlos, comentó el padre de familia.
“ Es muy sobreprotector con los niños, muy juguetón, pero también los sobreprotege mucho, en especial al más chico, cuando a veces lo regañamos o que se cae y llora, simplemente, empiezan muy inquietos a tratar de entrar a la casa, entran y luego luego lo buscan, tratan de protegerlo para que no le hagan daño.
“ El trato digno hacia los animales no es necesariamente que estén adentro, yo sé que hay gente que no le gusta que estén en casa, y es válido, pero sí hay que tener condiciones dignas”.
Presentación en sociedad
En los próximos días ambos perrhijos tendrán su presentación en sociedad con el desfile de Xantolum, en el que lucirán su raza que es una ancestral, ya que tiene más de 2 mil años.
“ Vamos a formar parte de lo que viene siendo el Xantolum del Día de Muertos, el día 2 en el bulevar Venustiano Carranza, aunque todavía no tenemos la hora y vamos a participar varios ejemplares, como unos 15 en diferentes tamaños”.
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