Treinta de los empresarios más ricos del país, la mayoría favorecidos por el Gobierno federal, se reunieron hace 27 años (3 de febrero de 1993) en casa de Antonio Ortiz Mena a iniciativa de Miguel Alemán Velasco. Durante la cena, a la cual acudieron el presidente Carlos Salinas y el líder del PRI, Genaro Borrego, los magnates fueron invitados a aportar 75 millones de pesos cada uno para la campaña presidencial de 1994. La puja la abrió el dueño de Televisa, Emilio Azcárraga Milmo: «He ganado tanto dinero en estos años (Forbes calculaba entonces su fortuna en 3 mil millones de dólares), que me comprometo a aportar una cantidad mayor» (Proceso, 02.07.94, con datos de la cadena Knigth Ridder Newspaper).
El conciliábulo lo desveló el reportero Francisco Barradas Benítez (El Economista), quien ganó el Premio Nacional de Periodismo por la noticia del año: El pase de charola del PRI. Entre los asistentes figuraron los Carlos favoritos de Salinas: Slim (Telmex) y Abedrop (Banco del Atlántico), además de Roberto Hernández (Banamex), Gilberto Borja (ICA) y Diego Gutiérrez (Gutsa), entre otros. La información la habría filtrado uno de los convidados para ahorrarse tan cuantioso desembolso, pues, al parecer, no a todos les había ido tan bien como al Tigre.
La cena era solo la punta de la madeja sobre los enjuagues entre el poder y el capitalismo de compadres. El exdirector de Aeroméxico, Gerardo de Prevoisin, declaró en 1995, en una Corte de Texas, haber desviado 8 millones de dólares de la empresa a la campaña del PRI -iniciada por Luis Donaldo Colosio y continuada por Ernesto Zedillo-. Por otra parte, la PGR detectó flujos de efectivo del Banco Unión, cuyo accionista mayoritario era Carlos Cabal Peniche, a fideicomisos del PRI (Proceso, 28.11.98).
El periodista lagunero Antonio Jáquez (1952-2008), autor de la nota «Todo empezó en aquella cena con Salinas en febrero del 93, en casa de Ortiz Mena», pregunta: «¿Cómo se registraron los 8 millones de dólares que confiesa De Prevoisin que transfirió al PRI desde Aeroméxico, que como empresa mercantil estaba impedida legalmente para hacer donativos políticos?». Con datos recabados en el Archivo General de la Nación, Jáquez descorre el velo: «La carpeta negra con las listas de donantes arroja luz sobre el origen de los recursos priistas en 1994 y multiplica las interrogantes en torno a los montos y otras cuestiones (…).
»Formulada con descuido evidente, la lista acumula 28 mil 866 nombres que se suceden sin orden alguno -ni siquiera alfabético-, por lo que se revuelven los de militantes, simpatizantes, organizaciones, comités de financiamiento e incluso sociedades anónimas. A lo largo de más de 100 fojas, abundan nombres de personas desconocidas al lado de las que son fácilmente identificables». Entre ellas, cita a Hugo Andrés Araujo, exlíder de la CNC y amigo de Carlos y Raúl Salinas de Gortari; Netzahualcóyotl de la Vega, exsecretario general del Sindicato de la Radio y la Televisión; Carlos Romero Deschamps, quien hasta hace poco dirigía el sindicato de Pemex y es acusado de delitos de corrupción y delincuencia organizada. Los tres fueron protegidos con fuero legislativo.
«El primer millonario que aparece en la lista -apunta Jáquez- es Eloy Vallina Lagüera, uno de los 30 empresarios que se comprometió a financiar al PRI en la cena de Ortiz Mena. (…) Además de Vallina, están otros 10 de los invitados (…) e incluso familiares de algunos de ellos. Pero antes salen personajes que en los últimos meses han surgido en listas de Fobaproa, el programa de rescate de la elite empresarial aplicado por el Gobierno de Zedillo».
Más sobre esta sección Más en Nacional