“Poner a refinar a Pemex es igual que quemar dinero en la hoguera”.
Rosanety Barrios

López Obrador no le dejó margen a la presidenta Sheinbaum. El 20 de septiembre de 2024 le recomendó continuar con el “rescate” de Pemex: “Estoy muy contento de que la Presidenta electa coincide en que estas empresas son estratégicas y no podemos dejar el manejo del sector energético al mercado. Si hubiera quebrado Pemex, el precio de la gasolina estaría en 40 pesos; y [si] hubiese quebrado CFE, el precio de la luz estaría al doble”. Añadió que, en vez de que “aumentara la deuda de Pemex, se redujo”. Incluso exhibió una tabla en la que mostraba una supuesta disminución de 32 mil 900 millones de dólares en la deuda de Pemex.

La presidenta Sheinbaum firmó un decreto el 30 de octubre que, según ella, hizo que Pemex y la CFE regresaran “a ser empresas del pueblo de México”, con “nuestro compromiso de que van a ser empresas operadas eficientemente y que brindarán servicios, combustibles y electricidad a precios accesibles para todas y para todos”. También ha reiterado que la deuda de Pemex se redujo bajo López Obrador.

Los informes financieros de Pemex, sin embargo, tienen otros datos. Muestran a un Pemex con mayores pérdidas y pasivo creciente. Los resultados negativos son producto de las ocurrencias de López Obrador, quien en 2013 dijo que “ni crean ustedes que es muchísima ciencia perforar un pozo de petróleo” y que afirmó varias veces que México dejaría de vender crudo e importar gasolina, porque “es como si vendiéramos naranjas y compráramos jugo de naranja”.

Es cierto que la deuda financiera de Pemex bajó de 2 billones 82 mil millones de pesos en 2018 a 1.978 billones en 2024, 5%, pero el pasivo total (que incluye deuda financiera, reserva laboral, adeudos a proveedores y otros pasivos) subió de 1.459 billones en 2018 a 1.840 billones, 26%, en el sexenio de AMLO. El patrimonio de la empresa ya era negativo en 2018, en 1.5 billones de pesos, pero se amplió a 1.8 billones al cierre de 2024. Contablemente la empresa está quebrada. Solo la salvan los subsidios del Gobierno.

Pemex reportó pérdidas en cuatro de los seis años de Gobierno de López Obrador. La pérdida acumulada entre 2019 y 2024 fue de 1.6 billones de pesos. Las “aportaciones de capital” de los contribuyentes, 1.019 billones de pesos, no le permitieron bajar sus pasivos por la enormidad de las pérdidas.

La mayor parte de las pérdidas vienen de la refinación, la actividad que AMLO dijo rescataría a Pemex. Las pérdidas netas de Pemex Transformación Industrial (TRI) fueron de 57 mil 037 millones de pesos en 2018, pero subieron a 585 mil 814 millones en 2024 y representaron la mayor parte de las pérdidas totales de Pemex, 620 mil 605 millones de pesos, de ese año.

AMLO prometió subir la producción de crudo, pero entre 2018 y 2024 se registró una caída de 18 por ciento. Aun cuando se añadan los condensados, como hace el Gobierno ahora para engañar a la opinión pública, el descenso es de 4 por ciento.

Las exportaciones de crudo han caído 37 por ciento, de 1.2 millones de barriles diarios a 751 mil. Ante el aumento en los costos de operación, el rendimiento operativo por barril de Pemex Exploración y Producción (PEP) ha bajado de 36.40 dólares a 22.90. Pemex TRI procesa más crudo, pero tiene más pérdidas. En 2018 perdió 13.90 dólares por barril procesado; en 2024, 42 dólares. A veces es mejor vender la naranja que el jugo procesado.

Estos datos provienen de los informes financieros de Pemex y han sido sistematizados por Francisco Barnés de Castro, exrector de la UNAM y exsecretario de Energía, en una presentación en la que señala: “Pemex dejó de ser el caballo brioso que impulsaba la economía nacional” y “se ha convertido en un paquidermo artrítico”.

Desaparecidos

El hallazgo del campo de exterminio de Teuchitlán, Jalisco, ha obligado al Gobierno a prestar atención al problema de los desaparecidos. Ojalá que las iniciativas que la Presidenta anunció ayer ayuden a poner fin a esta epidemia de desapariciones que tanto daño le ha hecho a México.