Pareciera que la frase “la historia se repite” se presenta en la vida económica de la sociedad y por lo tanto la misma sociedad transita en un círculo, terminando donde inició.
En la prehistoria, es decir, antes de la invención de la escritura, las sociedades eran nómadas, de hecho, hace 2 millones 700 mil años la dispersión en la humanidad inició, por supuesto, gracias al nomadismo de las comunidades que estaban asentadas en el África.
Hace 5,225 años se logró construir la primera ciudad del mundo, organizada por los sumerios y cuyo nombre era Uruk.
Después de 5 milenios, 2 siglos, 2 décadas y un lustro la tendencia de las nuevas generaciones en convertirse en nómadas digitales.
Gracias a las nuevas tecnologías, al proceso de globalización, el cual puede truncarse con la llegada de Trump a la Casa Blanca, y con herramientas como el internet, cada día hay más personas que tiene un trabajo o un empleo totalmente remoto, aprovechando estas características para recorrer el mundo. Existen estudios que afirman la existencia de entre 35 y 40 millones de nómadas digitales en el mundo.
Este tipo de trabajadores ha ocasionado un cambio en “las reglas del juego” para ellos mismos, y han provocado que muchos gobiernos vean en ellos una fuente importante para atraer divisas, es decir, dinero de otra parte del mundo. Países como México, Colombia, Brasil y Argentina han emitido una visa especial para este tipo de trabajadores a distancia.
Nuestro país es la segunda economía de América con más nómadas digitales, sólo atrás de Estados Unidos; se tiene una estimación que en nuestra economía se encuentra 5% del total de los nómadas digitales. En 2023, este tipo de trabajadores generó una derrama económica por 524 millones de pesos, equivalente a 15% de las utilidades generadas por el turismo.
Tal vez la historia no se repita, pero bien lo dijo el escritor Mark Twain, “la historia no se repite, pero a menudo rima”.
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