Nunca como ahora nuestra Carta Magna se había visto tan violentada, modificada al antojo del ejecutivo para sus intereses y conveniencia personales y de partido.

La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos está cumpliendo 108 años. Es el legado del Congreso Constituyente de 1917 y se considera la ley más importante de nuestro país, ya que en sus páginas han quedado establecidos nuestros derechos, así como la forma en que se organizan tanto el Estado Mexicano como sus instituciones.

Por lo tanto, nuestra Constitución se debe respetar; eso es lo que aprendimos desde pequeños en las aulas.

Por eso, en lo personal no me agradó que solo fueran invitadas tres ministras de la Suprema Corte a la ceremonia para conmemorar el 108 aniversario de nuestra Constitución en la ciudad de Querétaro. Considero una grosería, una afrenta, el no haber extendido invitación para tan importante evento, a la ministra presidenta de la SCJN Norma Piña, así como a los ministros que fueron excluidos.

La Suprema Corte es el Tribunal Constitucional de México, por lo tanto, es guardiana de la Constitución. Por lo tanto, es una decisión imperdonable de haber eliminado de la lista de invitados a su titular y demás ministros.

La presidenta (con a) una mujer que hoy gobierna a su antojo, siguiendo los pasos de su antecesor, mostró su verdadero rostro. Eso de “no llego sola, llegamos todas” al referirse a las mujeres, fue pose para la foto, para el discurso de doble moral.

Cuando no se respeta las instituciones, peor aún si lo hacen desde el poder, los ciudadanos no podemos esperar un mejor trato. Por eso estamos como estamos.

De los legisladores, que se puede decir, menos pedir. Han demostrado total actitud sumisa al ejecutivo, además de desconocimiento total de las leyes. Se entiende y sobra decir a que partido pertenecen. Sin duda, al que inició la destrucción del país siguiendo a su líder. El individuo que llegó al poder haciendo alianzas con mandos criminales.

Por eso nuestro México está padeciendo las consecuencias de la ambición y la traición.

Lo de las alianzas se sabía desde hace ya un buen tiempo. Quienes le dieron su voto a personas de un partido que era señalado por sus nexos con el narco, no se hagan los sorprendidos.

El mismo Porfirio Muñoz Ledo gran conocedor de la política en México, lo dijo con Adela Micha en una de sus últimas entrevistas que concedió. Se refirió al narcoestado.

Como también lo han hecho ya personajes del gobierno de Estados Unidos.

¿De verdad se creyó que los candidatos ganaron por simpatía? ¿Todo es culpa de gobiernos pasados? ¡Por favor! Ni simpatía ni conocimientos.

“Cualquier grupo, ya sea mexicano o extranjero que atente contra la soberanía y tranquilidad del país, o que ocasione disturbios y genere violencia, deberá ser tratado como enemigo, de acuerdo a las más nobles leyes de las armas; y debe ser atacado y eliminado antes de que constituya un peligro para la nación”.

La cita anterior se atribuye al General Porfirio Díaz. Y queda muy bien para cualquier época y circunstancia donde hagan su aparición grupos que generen violencia; tal y como se está viviendo en nuestro México en la actualidad.

Es muy triste, lamentable y se comparte el dolor de familias que se han visto en la necesidad de cerrar sus negocios de muchos años al servicio de su comunidad, por no poder pagar ya el denominado “derecho de piso”, que no es otra cosa que una cuota inventada por bandas criminales que han sembrado el terror en nuestro México.

¿Quién ha protegido a los buenos ciudadanos? ¿qué autoridad puede otorgar garantías a los comerciantes para poder abrir sus negocios con tranquilidad? No hay respuesta, solo promesas, si acaso.

Lo peor de todo, son las vidas que se han ido perdiendo por culpa de la violencia. Y si en esas pérdidas se encuentran menores de edad, peor aún.

Llama la atención el que un gobernante no se de cuenta de lo que pasa en su país, cuando es el que debe estar mejor informado. ¿Qué sucedió con el servicio de inteligencia en nuestro México? ¿Se desmanteló? ¿Por qué no se actuó en contra de las bandas criminales? El no hacerlo permitió que se incrementaran y nos pusieran en al riesgo a todos.

La respuesta es clara: compromiso y complicidad.

Nos dejaron desprotegidos a los ciudadanos, fueron destruyendo instituciones ¿Quién nos va a defender?

Y todavía tienen el cinismo de pedirnos que nos unamos para defender a quien gobierna nuestro país. ¡Cuánta desvergüenza!

La unidad debe ser para y por México no para personas que han atentado contra la tranquilidad de los mexicanos y puesto en riesgo a todos los ciudadanos.