Piedras Negras, Coah.- Una frase que lo distinguió en vida, fue “No hay crisis que aguante 18 horas de trabajo” y es que para el empresario Domingo Sánchez Garza, el trabajo fue una forma de vida y el mejor legado que le deja a su familia, aseguró Guillermo Sánchez García, el tercero de los cinco hijos que procreó con su esposa María Antonieta García de Sánchez, fallecida en 2007.

La mañana del jueves dejó de existir a la edad de 89 años, el fundador de las Mueblerías Sánchez Garza. Sin embargo, se fue en las condiciones, por casi nueve décadas don Domingo, vivió a plenitud, su disciplina y hábitos saludables lo llevaron a conservarse hasta el final, recordó su hijo Guillermo.

“Como empresario, consideraba que la constancia y disciplina era la base para los negocios, decía que no importa qué quisieras hacer o qué negocio quisieras tener, consideraba que si no se tenía constancia y disciplina no se podía llegar a ninguna parte.

“Su disciplina además de aplicarla en el trabajo, la tenía para hacer ejercicio, para comer, no es por nada pero murió en muy buenas condiciones para la edad que tenía, es resultado de todo lo que se cuidó, nunca se enfermaba”.

Recordó que su primera enfermedad importante fue el Covid, al ser de los primeros en enfermarse durante la pandemia, después le siguieron cuatro veces más y resistió con la fortaleza que siempre lo distinguió.

“De joven le dio hepatitis y aunque dicen que quedan tocados él, nunca tuvo problemas, en lo personal era muy metódico para todo lo que hacía y muy constante se dice fácil pero no cualquiera lo hace”.

Junto a su hermano Rogelio, fue precursor del ramo mueblero en Piedras Negras, negocio que comenzaron en 1953 un año antes de la inundación que afectó a Piedras Negras el 28 de junio de 1954, suceso en el que perdieron todo y lograron resurgir con más fuerza.

Su visión en los negocios, lo llevó a convertir a Mueblerías Sánchez Garza, en una de las empresas mejor posicionadas en la venta de mobiliario a nivel nacional e internacional por más de 70 años.

Ayudó en el anonimato  

Para su familia, su ejemplo como empresario, hombre de familia y como persona, es el mejor legado, aseguró su hijo.

“Siempre fue una persona que ayudaba en el anonimato, nunca le gustó que le reconocieran nada, todo lo que hacía era de corazón, por eso nunca se oía hablar de él o que le dieran reconocimientos, nunca le interesó, aunque hizo bastante por Piedras Negras y también por Zaragoza de donde era originario, pero llegó aquí a los 18 años”.

“Además de ser muy trabajador, siempre tuvo tiempo para la familia, más en aquellos tiempos, siempre tuvo tiempo para mis hermanos para mi mamá y para mi, somos cinco hijos Mingo, Chema, Guillermo, Alejandra y Verónica. Nos llevaba de día de campo, a la presa de La Amistad, siempre estuvo para nosotros”.                                                                                                                                

Aunque con otras palabras, consideraba que el tiempo es finito, decía que puedes tener más dinero, conseguir más cosas materiales pero el tiempo no tiene vuelta de hoja.

“Como abuelo de 13 nietos fue bien bueno, lo quisieron mucho, siempre igual que con sus hijos estuvo para ellos, era un hombre que le gustaba mucho dar consejos”.

Además de dedicarse al negocio mueblero, Sánchez Garza, incursionó en el sector inmobiliario en 1980, al impulsar el desarrollo de dos parques industriales, uno ubicado en el bulevar República y otro más en la carretera federal 57 a altura del kilómetro 22 en el municipio de Nava.

También en mancuerna con dos de sus amigos, Morris Libson y Juan Antonio Cobo, se sumó al proyecto para impulsar la creación de la colonia Presidentes I, ubicada hacia la parte sur del municipio, que tiempo después se expandió hasta alcanzar cuatro etapas.

“La idea de la colonia inicialmente fue de Morris Libson y Juan Antonio Cobo, ellos lo invitaron al proyecto y lo hizo con mucho entusiasmo.

A darle para adelante 

“Mi padre fue un gran hombre, siempre nos enseñó a darle para adelante. Dicen que el hijo con el que más te peleas es el que más se parece a ti y para él fui ese hijo, soy igualito que él, siempre debatíamos, hasta hace tres años comenzamos a llevarnos muy bien y arreglamos diferencias que teníamos por nuestras formas de pensar”.

Como padre fue el más estricto, -recuerda- “Le decía general seis estrellas, porque desde la secundaria nunca nos dejó estar un verano sin hacer nada, nos decía algo van a hacer pero en la casa no los quiero ver echados, y no era opción, eran vacaciones de la escuela pero no del trabajo y había que fregarle”.

Para Guillermo Sánchez García, recordar estas enseñanzas de don Domingo, es algo natural, porque a él y a sus hermanos los forjó el trabajo.

“Por él, aprendimos a ver al trabajo como parte de nosotros, ya no lo sientes pesado y hasta te sientes mal cuando no vienes” lo dice desde su oficina, a donde se presentó como cualquier otro día, incluso el día que su papá dejó de existir “Desde muy temprano me llamaron amigos y me preguntaban en dónde estás y les respondí, aquí en la oficina, así es como a él le hubiera gustado” dijo.

“Fue una de las cosas que si nos inculcó mucho, ser autosuficientes. En política nunca incursionó, eran otros tiempos, tal vez si le interesaba pero el decía que no, me di cuenta de eso en la elección que ganamos con Memo Ruiz, estaba muy pero muy contento, le dio mucho gusto como si hubiera ganado él, me di cuenta que es algo que le habría gustado hacer pero nunca se animó a lanzarse”.

Este sábado la familia de don Domingo, se reunirá a la 1:30 de la tarde en la Catedral Mártires de Cristo Rey, para dedicarle un saludo de despedida.

Posteriormente, a las dos de la tarde se ofrecerá una misa en su memoria. Posteriormente sus cenizas serán colocadas en una cripta junto a la urna de su esposa Toñeta.