Para la mayoría de las personas, sin duda la época de Navidad es la más bella.  Aunque cada festividad tiene lo propio, en realidad desde que se empiezan a anunciar las actividades de diciembre se va sintiendo la emoción.

Adornos, luces, el encendido del árbol, reuniones familiares o con compañeros y amigos, en fin, una serie de acontecimientos que se vuelven inolvidables con el tiempo.

Para mí en lo personal, Navidad representa una época de bellos recuerdos, que aún llevo en mi corazón porque realmente fueron momentos muy felices.

Hay acontecimientos que se guardan en la memoria por siempre.  Y esos vienen desde la niñez.  Por ello me puse a pensar en todos esos pequeñitos que están viviendo momentos que representan dolor y muerte. 

No acabo de entender como es posible que existan individuos provocando guerras por la ambición de un pedazo de tierra.  Que sean capaces de matar a un semejante que defiende el espacio que habita.

Es la ambición por el poder. Por el querer ser dueño de todo a costa de lo que sea.  Lo estamos viendo en los lugares en conflicto.  Un conflicto provocado sin medir las consecuencias que sufren seres inocentes que apenas empiezan a vivir.             

Siento un gran pesar el solo imaginar las caritas tristes de miles de niños ucranianos o de cualquier lugar donde haya conflicto provocado por la bestialidad humana.  Una guerra que inició un día, pero sin que medie el deseo de ponerle fin.

Una guerra en la que no sólo las balas, bombas o todo lo que se emplea, destruye edificios, bienes materiales y vidas humanas del “lado enemigo” sino que está siendo utilizado ese armamento en contra de una generación a la que están condenando al sufrimiento de diversas maneras.

Nada hay peor que atentar contra la integridad de una niñez, sin importar la nacionalidad o el tamaño del conflicto.  Los niños no tienen la culpa de la maldad existente en un mundo dividido por el odio y las diferencias.

Imagino a esos pequeñitos, asustados, sintiendo latir aceleradamente su corazón.

¿Quién dijo que las guerras son justas? ¿Vale la pena iniciar un conflicto? ¡Por supuesto que no!  Y nadie tiene derecho a destruir la vida de seres inocentes, a los que se les está privando de recuerdos dulces y bellos.

Están matando a nuestros niños y ellos no forman parte de los conflictos provocados por individuos sin escrúpulos.

Ya sea en una guerra, muy lejana a nosotros o porque en nuestro propio territorio, en nuestro bello y amado México, delincuentes han sembrado el terror entre la población.

No, no es justo lo que se está haciendo en contra de nuestra convivencia, de nuestra tranquilidad. Y que no diga el gobierno que no es terrorismo y le ponga el nombre de “conflicto entre bandas” ¡NO!

Si se altera el orden, se desata la violencia y se siembra el miedo, y el terror permanece entre los habitantes de cualquier ciudad, comunidad, estado de nuestro país, se estará atentando contra la tranquilidad de los ciudadanos y por lo tanto, también de la paz.

Todo es inaceptable como también el que se esté agrediendo a nuestro Ejército.  Los ataques directos en contra de Militares no deben tomarse a la ligera, son para que se actúe como se debió hacer desde tiempo atrás, con decisión y firmeza.

“Abrazos, no balazos” fue una burla para todos los mexicanos incluyendo a los miembros del ejército, un impedimento para que actuaran con firmeza como se debió hacer, para evitar así la entrega de territorios al crimen organizado por parte de un individuo que deseaba el poder a costa de lo que fuera.

Sí, de lo que fuera, aún si son vidas humanas

Los resultados están a la vista de todos y no hay vuelta atrás.   

¿Es justo que mueran miembros del Ejército? ¿Es justo que los criminales se estén apoderando de nuestro país y nos hayan puesto en riesgo a todos los mexicanos? ¿Es justo que nuestros niños estén sufriendo?  ¡Por supuesto que NO!

Esta Noche Buena, al colocar al Niño Dios en nuestro Nacimiento, pidamos por la paz del mundo y por nuestro México que no merece más violencia y destrucción.

Deseo muy Feliz Navidad para todos ustedes y que el 2025 nos traiga salud y armonía.