Ese cuento de la austeridad republicana, ahora convertida por López Obrador, en pobreza franciscana, es una de las cosas más incongruentes que he escuchado en este sexenio y más porque dicho como “discurso barato”, lo hace mientras habita entre lujos en Palacio.

Ser incongruente es decir algo, haciendo lo contrario y para eso, el inquilino de Palacio se pinta solo, es más, vamos a ver varios ejemplos de que ni hay pobreza ni austeridad republicana, sino todo lo contrario.

El año pasado, el Gobierno de López Obrador cerró con un incremento de 26.4% respecto a lo que gastaba al inicio de su sexenio y este año cerrará con al menos 33.1% más.

Es decir, el gasto público anual, se ha disparado de los 5.3 billones de pesos en 2018, a los 7.05 billones en 2022. Así que austeridad, lo que se dice austeridad, pues no es.

Y sí, seguramente los fanáticos del régimen dirán que “la austeridad no es gastar menos, si no ajustar los gastos”; ¿ajustarlos? ok, veamos. El Tren Maya se incremento 172 por ciento.

Este capricho presidencial ya lleva gastados 409 mil millones de pesos, cuando el proyecto se aprobó y autorizo con un presupuesto de 150 mil millones. Y no es el único proyecto que se salió del huacal; la refinería Dos Bocas registra hoy 50.3% más del presupuesto inicial de 163 mil millones; el gasto hoy ya va en 245 mil millones ¡y eso que hay puros tubos! imagínese cómo acabará la cosa.

Otro ejemplo es el AIFA, que salió 54.6% más caro, y eso que maquillaron las cifras y no contaron los gastos por cancelar el nuevo AICM. Si a eso le llaman austeridad, no me quiero imaginar a qué le llaman despilfarrar.

¿Otro ejemplo? El escándalo de corrupción de Segalmex, que ya supera los 9 mil millones de pesos, que nadie sabe dónde acabaron. La cifra supera incluso, por cerca de mil 330 millones de pesos el monto de la Estafa Maestra del sexenio de Peña Nieto.

No vendría mal que el Presidente ajustara su discurso a decir: “es que los anteriores transaron, pero nosotros transamos más”. Dentro de las empresas involucradas hay una, que ya había sido investigada, por pertenecer a una red de lavado vinculada a Venezuela.

Es decir, el Gobierno federal de AMLO utilizó recursos públicos a través de la contratación de médicos para financiar la dictadura castrista en Cuba, y también utilizó a Segalmex para financiar la dictadura chavista en Venezuela, ¿a poco no nos queda claro que el Gobierno de López Obrador es fanático de las dictaduras?.

En cuanto a este tema de Segalmex, que por cierto para quien no esté familiarizado, esta es una dependencia creada al inicio de la actual Administración federal, y dentro, se cometió un fraude que incluso ya llegó a la conferencia “mañanera” la semana antepasada; el escándalo obligó a que miembros de la ASF, UIF, FGR, Función Pública y la Procuraduría Fiscal, investigaran de manera conjunta las irregularidades por 12 mil millones de pesos. ¿No que ya se había acabado la corrupción?

Pero además de incongruentes y corruptos, son malitos para gobernar. Por ejemplo, en el tema de las gasolinas, hubo una caída de ingresos por los subsidios a este combustible –es decir Hacienda perdió 70 mil millones de pesos– ya que no se está cobrando la cuota del IEPS federal a las gasolinas Magna (subsidiado al 100%) y Premium (subsidiado al 92%).

Y no solo no bajó la gasolina como prometio AMLO, sino que la caída de ingresos está afectando en rubros como la salud, educación y seguridad, y ¿como no?

Porqué ademas, así como gastaron más en las secretarías de Energía, Gobernación, Turismo, Agricultura, Transportes y del Trabajo, decidieron bajarle al presupuesto a las de Bienestar Social, Educación, Seguridad, Sedena y Salud.

He ahí el problema. No queda la menor duda de que Morena no transforma como solía decir en campaña López Obrador, si no que Morena destruye.

Gerardo Abraham Aguado Gómez es miembro de Acción Nacional desde 2008. Exdiputado local en la LXI Legislatura del Congreso del Estado de Coahuila.