“Los  concesionarios no  tienen ni dinero ni ganas para modernizarlo, son 450 unidades en 15 o 17 rutas”. 
J.A. Espinoza de la Cruz, miembro del Consejo de Transporte Municipal de Saltillo

El Metro de la Ciudad de México (1969)

Es un medio de transporte eléctrico administrado por el organismo descentralizado público: Sistema de Transporte Colectivo (STC), que se creó a finales de los años 70. Dispone de 12 líneas, que diariamente transportan a más de 4 millones de personas. Sus vagones circulan sobre una red ferroviaria de 225  kilómetros de extensión. El presupuesto que se le asignó al STC fue de 20 mil 551 millones de pesos en 2024. El modelo financiero opera con subsidios de la federación y con recursos que se allega la empresa por: la venta de boletos, el cobro de publicidad que se exhibe en los carros y los locales comerciales que arrienda en las estaciones. La contribución monetaria del gobierno es alrededor de 45 por ciento del precio del boleto, desde 2013 el usuario del metro paga 5 pesos por disponer del servicio, que le da derecho a trasbordar en cualquiera del resto de las 11 líneas del sistema. En los adultos mayores de 60 años, el subsidio es 100 por ciento, no representa para ellos ninguna erogación económica. Se estima que con un precio de 10 pesos por pasajero, el sistema de transporte puede autofinanciarse sin depender de subvenciones del fisco. Aunque, se perdería o diluiría la justicia social y fiscal que es la esencia del subsidio.

El Optibús (2003)

El área conurbada de León, Guanajuato con una población de alrededor de 2. 6 millones de habitantes, ha logrado organizar un sistema de transporte público eficiente y competitivo mediante un modelo privado de negocios, que aglutina cerca de 400 empresarios, quienes con su participación hacen posible la articulación entre los diferentes modos de transporte público que circulan intermunicipalmente. Lo que reditúa favorablemente en el peculio del consumidor del servicio de transporte, pues erogando menos de 12 pesos puede adquirir su boleto, y con él, prácticamente recorrer toda la ciudad, realizando traslados entre líneas. El modelo de transporte que se ofrece a los leoneses, sigue la estructura clásica de origen-destino anglosajón, conformada por tres líneas: troncales, alimentadoras y complementarias, que cubren aproximadamente 85 por ciento de los viajes que se realizan en la localidad y suburbios. Su rodamiento sobre la superficie de la cinta asfáltica implicó el diseño de carriles exclusivos de circulación para determinadas líneas de autobuses, con estaciones fijas y buses acondicionados (climatizados, televisión, rastreo satelital, etc.), y accesibles para personas con dificultades en su movilidad física. Las avenidas de la ciudad: A. López Mateos, J. M. Morelos y Torres Landa, que cruzan la ciudad de Sur a Norte, por ellas circulan los Optibús. Y a un costado de los dos últimos bulevares fueron construidas ciclovías, de 5 kilómetros de extensión cada una. Para lograr economías de escala en la prestación del servicio se reemplazó el modelo operativo: hombre-camión por el cooperativo que involucra la participación de grupos de empresarios. El diseño del sistema de transporte leones ha sido exitoso; el modelo ha trascendido fronteras, ya existen solicitudes de países europeos y sudamericanos para adquirir la franquicia.

El transporte público en Saltillo (1960-2024)

En Saltillo, el cuasimonopolio del transporte público lo detentó Rutas Urbanas de Saltillo (RUS) desde principios de 1960 hasta finales de 1970. Sus autobuses se identificaban por el color amarillo, tres de las rutas más representativas eran: Obregón-Ateneo, que recorría la ciudad de sur a norte; Xicoténcatl-Juárez; y Zarco, ambas circulaban de oriente a poniente. En aquel entonces los habitantes asentados en la capital no llegaban a 200 mil personas. Pero, a pesar de ello, había constantes quejas sobre la ineficiencia del sistema de transporte, sobretodo de la población estudiantil. El salario mínimo era de 1.50 pesos por día en 1960, y el monto del pasaje del bus representaba aproximadamente 4 por ciento del salario. En 2024, la calidad de la movilidad de las clases populares saltillenses a través del autobús público no ha cambiado mucho, tal vez ha empeorado, porque la población es cinco veces mayor a la que atendía RUS. Sigue siendo un mal servicio. Llama la atención que en un mercado tan pequeño, al menos en relación al de: Ciudad de México, Puebla, Guadalajara, Monterrey, Mérida, Tijuana y León, después de varios cambios de administraciones municipales, no hayan podido conciliar intereses económicos entre sindicatos y concesionarios. El mercado de transporte se conforma por empresarios, no más de cinco. Los concesionarios a quienes los estudiosos del tránsito urbano les han llaman Hombre-Camión, para referirse a los microempresarios que hacen lo que pueden con las pocas unidades que poseen, sin faltar por supuesto el ente aglutinador. Las centrales sindicales convencionales de México, que afilian a La Unión de Permisionarios de Minibuses de Saltillo A.C, y al Sindicato de Trabajadores de Transportes Unidos de Primera Clase para Vehículos Tipo Combi, Microbús y Similares de Saltillo. La flotilla de transporte “Araña”, las 420 unidades, siguen recorriendo el asfalto de la calle, a pesar de haber cumplido su ciclo de vida productivo. Los periplos se distribuyen en más o menos 14 rutas que conforman una singular “maraña”, que retrasa la frecuencia y alarga los tiempos de espera del transporte en los parabuses. Enseguida se revisan los tres últimos proyectos de transporte para Saltillo, que tienen en común que ninguno consideró la tarifa multimodal única, esto es, que el pasajero pueda abordar varias rutas sin volver a pagar, algunos economistas le llaman trasbordo sin restricciones. Y, también omitieron el diseño de carriles exclusivos para el desplazamiento de autobuses, que cubran las líneas troncales….

Continuará.