Sin pedirlo, la frontera con México fue colocada esta semana en el centro del torbellino político-electoral de Estados Unidos.
Fue consecuencia de la decisión de la mayoría republicana de la Cámara de Representantes de llevar al Senado el juicio político contra el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas.
Al buen entendedor, pocas palabras. En el banquillo de los acusados no estaba el funcionario cubano-americano, sino la política de Joe Biden hacia la frontera con México.
El expresidente Donald Trump y los republicanos perciben que se trata de uno de los puntos de mayor vulnerabilidad para los demócratas rumbo a las elecciones de noviembre.
Las encuestas confirman esa percepción. Un 54% de los votantes aprueba las políticas migratorias de Trump, comparado con sólo un 27% para las políticas de Biden, de acuerdo con un nuevo sondeo de la escuela de leyes Marquette.
Nadie, ni los republicanos, esperaban tener éxito en el juicio contra Mayorkas, pero lograron 48 horas de atención mediática a uno de los puntos débiles de Biden: la frontera con México.
Como era de esperarse, de un brochazo, la mayoría demócrata del Senado, encabezada por el senador de Nueva York, Charles Schumer, neutralizó la embestida. Y en dos votaciones sucesivas desechó las dos acusaciones en contra del funcionario.
Fue, apenas, una de mil batallas que vendrán con el tema de la migración.
Los republicanos piensan que bombardear al electorado con mensajes sobre la crisis migratoria en la frontera sur puede hacer la diferencia en los estados ‘campos de batalla’. Es decir, Arizona, Nevada, Georgia, Michigan, Wisconsin y Pensilvania.
“Esto realmente le importa a la gente. ¿Alguien alguna vez tendrá que rendir cuentas por permitir que se rompan nuestras fronteras, que entre fentanilo y que muera gente?”, dijo el senador republicano de Carolina del Sur, Lindsay Graham.
La combinación de migración y tráfico de fentanilo son temas que, sin embargo, interesan mayormente a los votantes blancos rurales, de baja escolaridad, que simpatizan con Trump.
Para el electorado hispano, que puede ser crucial en los estados de Arizona y Nevada, o para el votante afroamericano en el estado de Georgia, la principal preocupación es la economía.
En el caso de las mujeres, que concentran más de la mitad de los votantes, el tema es el aborto y los derechos reproductivos.
De allí que la campaña de Biden ha destinado su inversión en publicidad en cortejar el voto hispano con spots en español, inglés y spanglish, así como con mensajes de mujeres que han sido víctimas de las políticas restrictivas antiaborto en estados republicanos como Texas.
Los republicanos, sin embargo, no quitarán el dedo del renglón migratorio.
El mismo día que fracasó el plan para destituir a Mayorkas, el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Johnson, anunció que someterá a votación este sábado una nueva propuesta de seguridad para la frontera con México.
La versión original resucitaba algunas de las políticas más radicales de la era Trump, que fueron de inmediato rechazadas por los demócratas.
La propuesta de seguridad fronteriza sería votada tan pronto como este fin de semana, durante la misma jornada en que los legisladores voten el paquete de asistencia para Israel, Ucrania y Taiwán.
Aun si el nuevo plan migratorio de Johnson es rechazado en el Senado, lo cual es altamente probable, los republicanos tendrán municiones para atacar la supuesta política de “fronteras abiertas” de los demócratas desde este momento hasta el 5 de noviembre.
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