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Agencias
Publicado el sábado, 27 de junio del 2009 a las 14:00
Madrid, España.- El aspecto físico de Michael Jackson cambió de forma radical desde que en 1982 se convirtiera en la estrella de pop más exitosa por el impacto que causó “Thriller”, el disco más vendido de la historia de la música. Por aquel entonces, “El Rey del Pop” era un joven negro con pelo rizado, nariz prominente e, incluso, agradable a la vista. Sin embargo, la popularidad alcanzada trajo consigo algunas cirugías.
Las primeras consistieron en afinar la nariz y redibujar las cejas. Pequeños retoques que no se salían de lo normal y acorde a lo que también hacían otras estrellas del momento. A esas operaciones le siguieron otras de nariz y un delineado permanente tatuado en los párpados. Eran los años 80 y el maquillaje en los hombres, al igual que las vinchas y los peinados sofisticados, no estaban mal vistos. Jackson empieza a ser muy diferente al de 1982, pero todavía se ve bien.
Su nariz
En 1987, sin embargo, empieza una serie más seguida y extraña de intervenciones quirúrgicas. Esta vez, su nariz queda perjudicada y la estrella del pop demanda al cirujano. Se hace un implante de mandíbula y mentón, agrega más delineador a sus ojos y comienza la polémica decoloración de su piel. Ya nadie lo niega, Michael parecía que empezaba a enloquecer.
La transformación más violenta se da en 1991. Michael se tatúa el color de los labios y su piel va tomando un tinte muy insalubre. Se opera la nariz por enésima vez y se implanta una prótesis nasal.
En 2005 el médico alemán Werner Mang, uno de sus cirujanos plásticos, rompió su silencio y narró a un diario sensacionalista estadounidense que la nariz del cantante era una parte de su oreja.
Esta serie de operaciones tan seguidas le dejaron marcas y cicatrices, lo que le obligaron a colocarse varias capas de maquillaje blanco. Quiso aclarar que tenía una enfermedad en la piel llamada vitíligo, que la padecen sólo personas de raza negra y que consiste en perder el color natural de su piel. Por eso llevaba una mascarilla y un paraguas, que evitaban que el sol dañara su delicada piel.
Un Peter Pan que se resistía a crecer
Otro de los aspectos que más polémica despertaban en torno a la figura de “Jacko”, como llamaban a Michael sus fans, era su obsesión por parecerse a su gran amiga Elizabeth Taylor, a quien por cierto le regaló un collar de medio millón de dólares.
De hecho, en casa de Michael hay una habitación dedicada a la actriz Liz Taylor. Carteles, fotos y un maniquí decoran la estancia. Sus películas son proyectadas constantemente.
Pero también tenía una especial obsesión por Peter Pan. El rancho Neverland, con un nombre realmente significativo debido a la isla del personaje: “El país de nunca jamás”, representa la imagen del Michael niño, aquel hombre que se negaba a crecer y que por ello invertía millonarias cantidades en figuras para el uso y disfrute de sus hijos y sus admiradores más jóvenes.
Es tanta la obsesión por el personaje que entre sus propiedades figuran uno de los libros más antiguos que existen de la autora J.M. Barrie, y algunas figuras del personaje en las que se gastó nada menos que 6 millones de dólares, una cantidad que invirtió a pesar de las deudas que ya tenía en ese momento.
Curiosidades y fobias
En los últimos años Michael acaparaba todo tipo de titulares en la prensa sensacionalista, y pocos o ninguno en relación a su música.
Una de sus fobias más representativas eran los tapabocas que lucía por temor a los virus. Fue una obsesión que heredó a sus hijos. Tanto es así, que hace escasas semanas veíamos por primera vez el rostro de los pequeños sin tapar, ya que hasta la fecha habían aparecido cubiertos de sábanas, toallas, gorros, antifaces y gafas.
Su pasión por los tapabocas le llevó a lucirlas de todos los colores, tamaños y tejidos, aunque la más conocida era la blanca de papel, que llevaba en la mayoría de las ocasiones.
Se dice que su temor a los gérmenes le llevó también a dormir dentro de una burbuja y a quemar su ropa a diario.
Otra de sus pasiones eran las antigüedades. De hecho, la última imagen de “Jacko” en vida es acudiendo a una tienda de arte antiguo el pasado 16 de junio.
Entre las propiedades que iba a subastar de su rancho para hacer frente a su deuda se encontraban máquinas de recreativos, una Harley Davison antigua, una limusina con interiores de mármol y algunos de los calcetines blancos que tan famosos hizo.
Pero en la lista de polémicas del “Rey del Pop” también está el hecho de que se abstuviera de comprar un castillo en Inglaterra, por temor a los fantasmas que supuestamente lo habitaban.
Otra de sus fobias era la de la obesidad. Por eso, hasta su muerte sólo hacía una comida al día, aún cuando su peso no superaba los 57 kilos.
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