* Casi 200 mil asesinatos en el sexenio, el más violento de la historia.
* Cada vez más regiones gobernadas por el crimen.
* Faltan medicinas y pacientes mueren.
* Insultos y polarización promovidos desde mero arriba.
* Crecimiento económico de apenas 0.7% anual en el sexenio.
* 300 mil muertes en exceso por el mal manejo del Covid.
* Tráfico agobiante en las principales ciudades.
* Una democracia que fenece por reformas autoritarias.
Esto y más se ha sufrido durante este sexenio.
Y, sin embargo, aunque no lo creas, México es de los líderes a nivel mundial en experiencias positivas a nivel personal.
Te platico que Gallup publicó hace poco su estudio masivo “Global Emotions 2024”, una megaencuesta a 146 mil adultos mayores a 15 años en 142 países para medir sus experiencias diarias positivas y negativas.
¿Y qué cosas preguntan? En lo positivo: si descansaste en tu día, si te trataron con respeto, si reíste o sonreíste, si aprendiste algo nuevo, si hiciste algo interesante y si disfrutaste tu día.
Sobre lo negativo preguntan si sufriste dolor físico, te preocupaste, estuviste triste, experimentaste estrés o te enojaste.
Buenas preguntas, muy prácticas.
¿Los resultados? Sorprendente: 6 de los primeros 10 puestos son para países latinoamericanos: Paraguay, Panamá, Guatemala y México ocupan los primeros cuatro lugares, mientras que El Salvador y Costa Rica merecieron el quinto y sexto.
¡México es el cuarto lugar mundial!
Nuestro índice de experiencias positivas es de 86 por ciento.
O sea, 9 de cada 10 días descansamos, nos tratan con respeto, reímos, aprendimos algo nuevo, hicimos algo interesante o disfrutamos el día.
¡9 de cada 10 días!
Ah, y esto no es casualidad: México ocupa el lugar 25 de 143 naciones en el Índice de Felicidad de las Naciones Unidas del 2024, apenas una pizca debajo de Estados Unidos (#23) y encima de países desarrollados como Francia (#27), Singapur (#30), Italia (#41) y Japón (#51).
¿Por qué somos felices en medio de tanto sufrir?
Ufff, difícil responder; hay tantas posibilidades y es riesgoso generalizar. Pero no importa, aquí te van algunas hipótesis.
Quizá porque para muchos mexicanos pesan más sus relaciones que sus circunstancias. Pesan más sus relaciones que sus posesiones.
Se alejan así de la “carrera de ratas” (rat race) del consumismo que nos empuja a la competencia de acumular y de lograr.
Se alejan de una felicidad efímera de la que advierte Shawn Achor en su gran charla de TED (vela en nuestros sitios): “al lograr lo que querías simplemente te pones una meta nueva… y la felicidad nunca llega”.
Se enfocan, en cambio, al verdadero secreto de la felicidad de acuerdo al estudio intergeneracional de Harvard que siguió la vida de más de 700 bostonianos de diversos niveles socioeconómicos.
Ve también en nuestros sitios la charla de Robert Waldinger sobre este fascinante estudio, cuyos 3 descubrimientos principales son:
1. Las conexiones sociales son buenas para cualquiera… y la soledad mata.
2. No se trata sólo de la cantidad, sino de la calidad de las conexiones. Ejemplo, los conflictos son tóxicos en casa y oficina. ¿El mejor predictor para saber si un cincuentón será feliz en su vejez? No es su peso o nivel de colesterol, sino qué tan contento está en sus relaciones afectivas.
3. Las buenas relaciones no sólo protegen al cuerpo, sino también a la mente.
Quizá por esto, y a pesar de todo, muchos mexicanos se sienten bien.
Cierro con una hipótesis poética, recordando el primer verso del fabuloso himno a la patria de Ricardo López Méndez, “México, creo en ti”:
“México creo en ti, como en el vértice de un juramento. Tú hueles a tragedia tierra mía, y sin embargo ríes demasiado, acaso porque sabes que la risa es la envoltura de un dolor callado”.
Quizá somos felices porque a fin de cuentas también es mejor reír que llorar… aunque nuestra risa sea la envoltura de un dolor callado.
Por la razón que sea, no importa. Por lo pronto, en este fin de semana patriótico, ya sea a lágrima suelta o a carcajadas: ¡Viva México!
EN POCAS PALABRAS…
“México, creo en ti, porque escribes tu nombre con la equis, que algo tiene de cruz y de calvario”.
Poesía de Ricardo López Méndez.
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