Por: Joel Martínez
El resultado de las elecciones en Estados Unidos fue un contundente triunfo de Donald Trump y del Partido Republicano.
Ahora viene la realidad de saber si todo lo prometido en los Trumponomics se puede realizar.
Trump hizo campaña con una plataforma en la que ofrecía la ampliación de los recortes de impuestos a la renta personal, menores impuestos corporativos, desregulación, aranceles comerciales, controles de inmigración y reevaluación del papel de Estados Unidos en los asuntos globales.
Si aplicara sus llamados Trumponomics desde el inicio de su mandato, que es el 20 de enero de 2025, obviamente el efecto en un caso extremo será un estancamiento de la economía con más inflación, o sea, estanflación.
El estudio “Trumponomics: retórica versus realidad”, realizado por Capital Economics, le pone números a los efectos de esas medidas:
Los aranceles de los Trumponomics aplicados desde el día uno de la presidencia reducirían el PIB en 1.5 puntos, el potencial de crecimiento del PIB en 0.2 puntos, pero generaría inflación adicional de 2 puntos y habría un aumento de la tasa de referencia de 35 puntos base (pb) por parte de la Reserva Federal.
Igual pasa con el déficit fiscal y las deportaciones de ilegales, las medidas tienen consecuencias.
La protección arancelaria puede tener un alto costo, de acuerdo con el documento “El día después de las elecciones: ¿Qué significarán para la política, la economía y la geopolítica?”, realizado por la correduría UBS, donde podemos leer:
“El arancel propuesto de 60% a las importaciones de China y un arancel de 10% a las importaciones del resto del mundo podrían hacer inviable gran parte del comercio entre Estados Unidos y China, reducir la demanda interna y las ganancias corporativas de Estados Unidos y conducir a un menor crecimiento del PIB en todo el mundo, particularmente en China.
“Estos aranceles también podrían contribuir a una mayor inflación en Estados Unidos”.
Aunque los republicanos controlen el Congreso, las mayorías son muy estrechas y podrían limitar algunas medidas políticas, especialmente, dados los ya grandes déficits presupuestarios federales.
Dentro del Partido Republicano hay un buen grupo de hawks o halcones, son parte del establishment, que es muy fuerte en Estados Unidos, y que no va a permitir que la economía se vaya a la deriva, mucho menos ahora que está dentro de una gran etapa de reconversión.
Lo más fácil de cumplir de los Trumponomics es lo relacionado con la reducción de los impuestos corporativos y/o la desregulación de los sectores energético y financiero.
Por eso las reacciones más eufóricas favorables fueron en los índices accionarios estadunidenses con incrementos fuertes: 3.57% en el Dow Jones, 2.53% en el S&P y 2.93% en el Nasdaq.
Para el caso de México, lo más importante en la campaña fue la amenaza de fuertes aranceles si no hay un compromiso por parte del Gobierno a atajar la migración y “mantener a raya” a los cárteles de la droga.
Además, romper un tratado de libre comercio no es tan fácil sin dañar a muchas empresas estadunidenses.
Ni duda cabe que seguirá el hostigamiento, pero como el propio UBS lo menciona, al final se termina en una negociación para evitar fuertes daños colaterales.
El reflejo fue en el tipo de cambio, escaló entre lunes y la madrugada del miércoles en el mercado Forex hasta alcanzar un pico de 20.75 pesos por dólar, para en horas caer a 20.03.
No dudamos que el precio regrese, con algunos altibajos, a 19.50 esperando hechos reales, medidas que el establishment estadunidense permita.
Mientras tanto, la Reserva Federal ni se va a inmutar y seguirá con su ciclo de recortes de la tasa de los fondos federales.
De hecho, hoy la bajará 25 pb para ubicarla en un rango de 4.50 a 4.75 por ciento.
Hay que esperar y ver cómo van aterrizando los Trumponomics en la realidad y hasta dónde pueden llegar.
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