Arte
Por La Jornada
Publicado el domingo, 25 de agosto del 2024 a las 10:13
Ciudad de México.- Los muros de los museos nacionales de Arte (Munal) y de la Estampa (Munae) se llenaron de emociones e historias con la inauguración de la exposición Mexiac: Legado de libertad, que celebra la carrera prolífica del grabador, pintor y muralista Adolfo Mexiac (1927-2019), quien reflejó su compromiso con la justicia y las causas sociales en sus obras.
La muestra surgió de la donación que hizo María Patricia Salas Velasco (viuda del artista) de 126 piezas, lo que permitió que los acervos de ambos museos se enriquecieran de manera significativa.
El Munal ahora cuenta con 42 nuevas obras, entre dibujos preparatorios y bocetos de grabados, mientras el Munae incorporó 84 estampas a su colección.
Estas piezas son más que adiciones a un inventario: “representan un puente entre pasado y presente, una oportunidad para que nuevas generaciones se acerquen a la obra de un artista cuya vida y carrera estuvieron marcadas por un profundo sentido de justicia social“.
Curada por David Caliz, para el Munal, y Lilia Prado, para el Munae, la exposición ofrece una experiencia inmersiva en la obra de Mexiac, quien nunca dejó de usar su arte como arma para la libertad.
También se destaca su paso por el Taller de Gráfica Popular (TGP), su formación en la Escuela de Artes del Libro y su tiempo en el Instituto Nacional Indigenista, en Chiapas. Mexiac no sólo fue maestro del grabado, sino cronista de su tiempo, observador agudo de la vida rural mexicana y crítico incansable de las injusticias sociales.
Durante la inauguración en el Munal, el director del museo, Héctor Palhares, no pudo evitar la emoción al referirse a la donación de estas obras como “acto de generosidad y desprendimiento”, que permite compartir con los mexicanos la rica trayectoria y creación de un artista de la talla de Adolfo Mexiac.
“ Esta exhibición sabe y huele a tierra, resuenan ecos de la vida rural de México, de la lucha por la libertad”, añadió al describir la obra de Mexiac como “canto a la humanidad que nos conecta con la esencia misma de lo que somos”.
María Patricia Salas Velasco, quien compartió su vida con Mexiac durante 33 años, narró recuerdos conmovedores sobre el artista y su relación con el campo.
“ Tuve la suerte de ser la pareja de este hombre maravilloso. Para él, fue muy importante su familia, su abuela, quien le enseñó a disfrutar la naturaleza; eso está reflejado en su obra”.
Salas Velasco habló de un Mexiac sensible a la desigualdad, que trabajó desde niño y encontró en el arte una forma de expresar su profundo amor por la humanidad.
“ Adolfo me dejó este legado, pero sabía que yo iba a hacer algo bueno con él”, pues ahora sus obras “estarán bien cuidadas y destinadas para el pueblo de México”.
Emilio Payán, director del Munae, manifestó su agradecimiento a la familia Mexiac por la donación de 84 estampas, y destacó cómo esta contribución incrementa el valor patrimonial del museo.
“ Hoy celebramos la vida y obra del maestro Mexiac, quien nunca abandonó sus trazos rebeldes y críticos de la sociedad. Disfrutemos estas dos muestras sin olvidar la lucha por la libertad de expresión de este país”.
Lucina Jiménez, titular del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), habló sobre la importancia de la obra de Mexiac en defensa de los derechos y la libertad de expresión nacional.
“ Este día lo habremos de recordar con gratitud, con orgullo. Mexiac fue un creador comprometido con el arte y la justicia social. La sensibilidad de la maestra María Patricia Salas Velasco –su decisión de donar estas piezas– representa un acto de justicia cultural, un reconocimiento a la vida y obra de un hombre que nunca dejó de luchar por los más desprotegidos.”
La apertura culminó con un recorrido por ambas exposiciones, liderado por los curadores David Caliz y Lilia Prado, quienes compartieron con los asistentes la historia detrás de las obras más destacadas, como Autorretrato (2010), óleo sobre tela, entre otras que van desde aguafuertes hasta xilografías y litografías.
El grabado Libertad de expresión (1954), que representa a un joven tsotsil con la boca encadenada y la leyenda “Made in USA”, nació como protesta ante la intervención de Estados Unidos en Guatemala y la represión política en México. Esta imagen, poderosa y cargada de significado, resume el espíritu de lucha y denuncia que caracterizó la obra del artista.
Reconocido como uno de los grabadores más importantes de México, Adolfo Mexiac, cuyo nombre fue Adolfo Mejía Calderón, nació en Cuto de la Esperanza, Michoacán, y falleció a los 92 años en Cuernavaca, Morelos.
Mexiac: Legado de libertad se puede visitar de martes a domingo de 10 a 18 horas en el Munal (Tacuba 8, colonia Centro) y en el Munae (Hidalgo 39, colonia Centro), hasta el 16 de febrero de 2025.
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