El historiador Adolfo Carrasco Vargas, cronista vitalicio de Hidalgo del Parral, Chihuahua, encontró 45 números siete en la vida del guerrillero. “Esto quizás sea solo una inocente coincidencia que no signifique nada. Pero algunos de estos 45 números 7 son: La construcción de la casa donde nació esta en forma de siete. Bajo la sombra de un mezquite amamantaron a Doroteo (nombre inicial que tuvo Francisco Villa), en un sofá de piedra que tiene forma de siete. Nació en Durango, palabra que tiene siete letras. Siete fue el número de miembros en su familia: sus padres Agustín y Micaela, Doroteo, sus hermanos Ipólito (que fue registrado sin H), Antonio, Mariana y Martina. Cada nombre de esta familia tiene siete letras. El hombre que violó a Martina, la hermana de Doroteo, se llamó Agustín López Negrete, que tiene siete letras. Ignacio Parra y Refugio Alvarado, fueron quienes lo llevaron a la gavilla del original Pancho Villa y sus nombres tienen siete letras.
Esa gavilla estaba integrada por siete hombres. Doroteo formó parte de esa gavilla durante siete años. Siete años después llegó a Hidalgo del Parral. Siete años fueron de lucha continua. Siete años después de su ataque a Columbus lo asesinaron. Murió en el séptimo mes del año y como fue un viernes, esta palabra tiene siete letras. Siete era el número de la casa de Gabino Barreda en donde se estrelló su auto cuando fue asesinado. Siete era el número de los mercenarios que lo emboscaron. Siete eran quienes venían en el automóvil y siete fueron los muertos ese día. Siete letras en el nombre y segundo apellido de Manuela Casas Morales, la esposa con quien compartió la última noche y única viuda que lo veló. Siete letras en el nombre del fotógrafo que llegó dos días antes de su muerte: Gustavo Casasola, que tomó las históricas fotos el día de su muerte. Siete letras en el nombre del escultor que le tomó la mascarilla. Siete letras en el nombre del panteón donde fue sepultado: Dolores. Siete fueron quienes profanaron su tumba para sacar su cabeza.
El cráneo fue enterrado a siete leguas de su cuerpo. Siete letras en el segundo nombre de su consejero militar: Felipe Ángeles. Siete letras en el nombre de su verdugo villista: Rodolfo Fierro. Siete fueron las personas que en 1929 cambiaron sus restos: Juan y José Guadalupe Jiménez Amparán, Gabino Alcalá, Catarino Leyva, José Calleros, Pedro Alvarado y su viuda Austreberta. Siete letras en los nombres de los que fueron sepultados en la fosa número 10 a la que fue cambiado: Hilario y Antonio. Siete letras en el nombre de la viuda que quedó como responsable de la fosa 632: Soledad Yañes. Siete letras en el nombre del arquitecto francés que esculpió una premonición en su tumba: Américo Fierro. Siete fueron las viudas que le sobrevivieron. Siete letras del nombre del hotel en que fue velado: Hidalgo. Siete letras en el título de su grupo selecto: Dorados. Siete letras en el rango militar de Francisco Villa: General. Siete fueron los soldados villistas que le rindieron honores el día de su muerte, siete letras en el calificativo a sus valientes mujeres: Adelitas.
Y aún falta la famosa yegua de Villa llamada inicialmente “La Muñeca”, que libró al Centauro de ser capturado a pesar de que la yegua había sido herida de bala, llevándolo así por espacio de 7 leguas y por su hazaña así fue rebautizada ¿Coincidencias?” (Tomado del trabajo de Adolfo Carrasco Vargas, cronista vitalicio de Hidalgo del Parral, Chihuahua).
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