Arte
Por Christian García
Publicado el lunes, 2 de diciembre del 2024 a las 04:05
Saltillo, Coah.-Los mundos en los que se desenvuelven los personajes de la narradora regiomontana Irasema Corpus son universos volubles en los que la realidad es moldeada por los deseos y, principalmente, por los sueños de sus protagonistas. Estos se revelan como espacios que las sacan de una realidad tediosa, confusa y cansada en la que habitan y que el lector puede encontrar en su nuevo libro Mujer con Botarga (Editorial An.Alfa.Beta, 2024).
Un volumen de relatos en los que existen mujeres que como apunta la autora son “mujeres de la clase trabajadora. No profesionistas, no académicas”, por una sencilla razón: ella misma fue una estudiante que dividía su tiempo en la escuela y el trabajo, lo que la llevó a pensar en esas mujeres que día con día se enfrentan al mismo destino, y que fraguó en un proyecto con el que la escritora recibió la beca Fonca que daría paso a este título.
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En el libro hay mujeres que trabajan en el supermercado y que odian su jale, porque quería que sólo fueran trabajos de la clase obrera o de la clase trabajadora, sino también trabajos que odiabas. Es más común que una persona de la clase trabajadora, con todos esos retos y tensiones sociales, diga ‘güey, odio mi trabajo’, a que el doctor de caja con especializaciones diga ‘odio mi trabajo’, claro que no, estás orgulloso y vas a explotar eso. Entonces para mí eso era importante. En el libro hay trabajadoras del hogar, hay botargueras, animadoras de fiesta”, comentó la autora.
Así, esas protagonistas enfrentan al mundo con un humor negro corrosivo que llena a sus relatos de una atmósfera enrarecida, extraña, casi fantasiosa, que se emparenta a las pesadillas burocráticas de Franz Kafka. Como sucede en el cuento que da nombre al libro: en este, una chica cuenta la historia de su último amor a un público compuesto de cabezas de botargas, en un extrañísimo monólogo que, poco a poco, adquiere la sensación de un sueño febril.
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Otra de las cosas que me interesaba era construir los mundos interiores de estos personajes: sus fantasías y sus pasiones, pero no necesariamente relacionadas con el erotismo y el cuerpo, sino todo lo que nos lleva a hundirnos en la ensoñación, a partir de estos escenarios tan poco agradables como pueden ser los momentos muertos del trabajo”, explicó Corpus a Zócalo en entrevista, y añade que “puede que a estas mujeres esas ensoñaciones las mantengan con vida. A lo mejor no de manera directa, pero sí sugiero historias en donde convergen las enfermedades mentales y emocionales, y planteo preguntas sobre cómo hay una parte de nosotros que no podría sobrevivir en este mundo tan cruel si no tuviéramos la oportunidad de separarnos a través de nuestros mundos interiores, de esa fantasía que cuando la ves desde fuera puedes decir ‘esta persona está pendeja’, pero que los personajes dicen ‘no estoy pendeja, a lo mejor no quiero estar aquí, no quiero formar parte de esto, tengo que formar parte de esto porque tengo que llegar a fin de mes, tengo que pagar la comida de mis hijos, mi propia comida, la renta, etcétera. Pero esto es mi única arma’, quizá como lo es también la literatura y eso es algo muy lindo, pues la literatura misma es la ensoñación, eso hacemos las y los escritores: Nos vamos a otro mundo, nos entregamos a la ensoñación, nos entregamos a nuestras pasiones interiores, aunque nadie de afuera lo pueda ver”, ahondó.
A LEER:
Mujer con Botarga
De Irasema Corpus
Editorial An.Alfa.Beta
146 páginas
230 pesos
Disponible en: editorialanalfabeta.mercadoshops.com.mx,
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