Deportes
Por Excélsior
Publicado el viernes, 3 de febrero del 2012 a las 20:59
Ciudad de México.- Los primeros Juegos Olímpicos después de la Segunda Guerra Mundial resultaron muy productivos para el deporte mexicano. Londres, que recibía la justa deportiva por segunda ocasión, significó cinco medallas mexicanas: cuatro en equitación y la primera en clavados por medio de Joaquín Capilla.
En las pruebas ecuestres la figura fue Humberto Mariles, militar al que desde 1936 el entonces presidente Lázaro Cárdenas comisionó para acudir a los Juegos Olímpicos de Berlín, y estudiar la posibilidad de armar un representativo mexicano para los siguientes juegos.
La Segunda Guerra Mundial dio tiempo de preparación a los mexicanos, que siguieron un minucioso plan de trabajo trazado por Mariles y en 1948 llegaron a Londres para ser las figuras de los juegos.
Su historia no estuvo exenta de sobresaltos. Mariles fue llamado por el presidente Miguel Alemán días antes de partir. La instrucción fue que no acudirían a los Juegos Olímpicos, pues se consideraba que no había nivel suficiente para ganar.
“No pueden ganar con esas carretas de caballos, con ese tuerto”, dijo el presidente en relación a Arete, el caballo de Mariles. Pero los caballistas mexicanos desafiaron al presidente y se fueron a una gira previa, para luego llegar a Londres.
Mariles fue el encargado de designar los participantes en cada prueba. Decidió que Raúl Campero, Joaquín Solano y él mismo fueran a la primera competencia: la prueba de los tres días.
Ahí cayó la primera medalla de la equitación, en una extenuante competencia que duró cuatro días (10-13 de agosto) debido a la gran cantidad de países participantes. Fueron superados únicamente por Estados Unidos y Suecia. Se trató de una presea sorpresiva porque los mexicanos no tenían las condiciones ideales para conseguirlas; pero trabajaron al máximo y lograron llevar la bandera al podio.
Llegó el 14 de agosto, el último día de los juegos. Sólo faltaba la clausura y las pruebas de salto, individual y de equipos. Compitieron Mariles, Alberto Valdés y Rubén Uriza.
Alberto Valdés tuvo 20 faltas, Rubén Uriza 8 y Mariles, que fue el último, acumuló 6.25 puntos negativos. México fue primero por equipos al acumular 34.25 unidades, seguido de España con 56.5 y de Inglaterra, con 67 puntos.
Mariles ganó también la medalla de oro en la prueba individual; pero faltaba definir la plata y el bronce porque había tres deportistas empatados, entre ellos Rubén Uriza. El mexicano se impuso en la ronda de desempate y para él fue la medalla de plata. La de bronce quedó en manos del francés D’Orgeix.
“Me siento muy feliz, no tanto por mí mismo sino por mi patria. Sabía que la victoria individual y por equipos estaban hoy en juego”, declaró Mariles luego de asegurar las dos preseas doradas.
México recibió los últimos dos oros de los Juegos de 1936, y también fue la primera vez que el país hizo sonar el Himno Nacional en la historia olímpica, y ó por partida doble. Fue ese el punto culminante en la vida de Mariles, quien terminó sexto en los olímpicos de Helsinki 1952.
Luego por diferencias personales se acabó la escuela de equitación que el ejército mexicano había formado.
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