Nacional
Por Reporte Índigo
Publicado el sábado, 6 de junio del 2009 a las 14:00
México, DF.- Un contrato multimillonario del Seguro Social sancionado por un primo hermano de la familia presidencial y otorgado a la compañía hindú Tata Consultancy Services, podría ser colocado bajo la lupa del escrutinio público.
Los cuestionamientos incluirían la facturación en un solo mes –diciembre de 2008– de 420 mil horas/hombre de consultoría.
Eso equivaldría a destinar 2 mil 625 programadores de tiempo completo, en turnos de ocho horas durante cinco días laborables, sólo para dar servicio a ese contrato del Instituto Mexicano del Seguro Social.
De acuerdo a su ficha técnica, Tata Consultancy Services opera en México con una planta laboral de entre 500 y mil empleados, entre 20 y 35 por por ciento del personal necesario para facturar los 99 millones de pesos que cobró en diciembre de 2008.
El caso reviste importancia si se considera que éste es el contrato no-médico más importante otorgado por el Seguro Social a una sola empresa.
El monto tope de ese contrato es de 3 mil 103 millones 440 mil 809 pesos, unos 260 millones de dólares, cantidad que equivale a casi 9 por ciento de total del recorte presupuestal programado por el Gobierno federal para este año de crisis financiera.
Su relevancia crece si se considera que el responsable del proceso de asignación mediante licitación es el director de Innovación y Desarrollo Tecnológico del Seguro Social, Carlos Castañeda Gómez del Campo, primo hermano de la primera dama Margarita Zavala Gómez del Campo.
UN SÚPER CONTRATO
Cuando Juan Molinar Horcasitas asumió la Dirección General del Seguro Social, designó a Carlos Castañeda Gómez del Campo como su director de Innovación y Desarrollo Tecnológico.
Primo hermano de quien ya en ese momento era la primera dama, el tecnólogo venía de ocupar cargos similares en Pemex, a donde había ingresado en 2003, cuando Felipe Calderón estaba al frente de la Secretaría de Energía.
En su currículum, Castañeda Gómez del Campo describió su paso por esa paraestatal como el factor consolidador del proyecto de fusión del proceso financiero de Pemex.
A su llegada al Seguro Social, encontró que los contratos de Servicios de Administración y Soporte de Aplicaciones de Cómputo (SASA) estaban por vencer y que era necesario hacer nuevas licitaciones.
Hasta entonces, dos proveedores, la Universidad de Nuevo León, primero, y Softtek, después, habían tenido a su cargo la prestación de esos servicios bajo la modalidad de outsorcing o servicios externos.
Para septiembre de 2007, el director de Innovación y Desarrollo Tecnológico licitaría el nuevo contrato. Su monto fue fijado en un mínimo de mil 241 millones de pesos y un máximo de 3 mil 103 millones de pesos con un contrato multianual con vigencia de 2008 a 2011.
Once empresas participaron, entre ellas IBM, EDS, Unisys, Hewlett Packard, Softtek y Tata. La hindú habría presentado la mejor postura: 235.80 pesos por hora/hombre de consultoría.
De todas las firmas concursantes, Tata Consultancy Services de México era la más joven. Se había creado en septiembre de 2006, dos meses después del escándalo de Hildebrando y un mes después de las elecciones que llevaron a Felipe Calderón a la Presidencia.
Un año más tarde, el 4 de octubre de 2007, Tata Consultancy Services de México, S.A. de C.V. firmó a través de su representante Ankur Prakash el contrato 7S7279, el más codiciado del Seguro Social.
INCONFORMIDAD Y NUEVO FALLO
Pero la licitación no resultó tan tersa, y las inconformidades ante la Secretaría de la Función Pública (SFP) no se hicieron esperar.
La primera fue que por ser empresa de reciente creación en México, Tata Consultancy Services de México no podía presentar estados financieros ni tenía la certificación de calidad CMMI5 que se pide a las empresas de Tecnologías de Información.
Para salvar este escollo, Tata Consultancy Services de México firmó un convenio de participación conjunta con una filial estadounidense, Tata America International Corporation. Con ese acuerdo pretendía salvar los escollos de los estados financieros y la certificación de calidad.
tEl 4 de enero de 2008, el IMSS hizo la reposición del fallo ratificando a Tata Consultancy Services de México como la adjudicadora de la licitación 00641259-019-07.
Sin embargo, era necesario hacer algunos ajustes. Como el primer contrato se había adjudicado en octubre de 2007, aunque el ejercicio de operación iniciaba en 2008, Tata Consultancy Services de México ya había pasado el 7 diciembre tres facturas al Seguro Social.
Eran las facturas sucesivas 2009, 2010 y 2011, en las que se cobraban 116 mil 551 horas/hombre de consultoría a un monto de 27 millones 482 mil pesos.
Al revisar el fallo y reasignar el proyecto, el Seguro Social debió hacer un nuevo contrato para reducir al contrato original las facturas ya cobradas. El contrato 8S8056 reponía el 7S7279 firmado tres meses antes.
Pero sean consultores de Argentina, Chile, Uruguay o la India, todo apunta a una inconguencia: el reemplazo de empleos mexicanos por extranjeros.
Y en un sexenio en el que el programa insignia de Felipe Calderón es el empleo, no se vería con buenos ojos que esos recursos incentivaran el trabajo de jóvenes extranjeros mientras sus colegas mexicanos están a la caza de una oportunidad.
ANTECEDENTES DE UNO Y OTRO
Para la familia presidencial, éste no sería el primer cuestionamiento por mezclar política, familia y tecnología.
En 2006, en plena campaña presidencial, los Calderón Zavala fueron señalados por los contratos otorgados por Pemex, CFE, Sedesol e IPAB a Hildebrando, la empresa de servicios de cómputo propiedad de Diego Hildebrando Zavala, un hermano de la primera dama.
Y para Tata Consultancy Services, reconocida firma multinacional de la India que se precia de no dar sobornos ni a gobiernos ni a empresas, éste tampoco sería el primer cuestionamiento a sus incipientes operaciones en América Latina.
Ya en abril de 2008, esta firma se vio envuelta en un escándalo por el contrato que le otorgó el gobierno chileno para la computarización del Registro Civil.
LAS FACTURAS DE 2008
En el primer año del contrato multianual con el Seguro Social, Tata Consultancy Services facturó un millón 521 mil 58 horas/hombre de consultoría por un monto total de 358 millones 665 mil 590 pesos.
Sin embargo, la factura que llama la atención es la que se cobró por los servicios del 1 al 31 de diciembre de 2008, que asciende a 99 millones 166 mil 161 pesos.
Para que eso fuera posible, la facturación tendría que cubrir 420 mil 552 horas/hombre de consultoría.
Asumiendo jornadas laborales de ocho horas, semanas de cinco días y meses de cuatro semanas, serían necesarios más de 2 mil 600 consultores y analistas para cubrir esas horas.
Y considerando que Tata Consultancy Services cuenta con poco más de mil consultores, harían falta otros mil 600 para cumplir la cantidad de horas facturadas.
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