Saltillo|Monclova|Piedras Negras|Acuña|Carbonífera|TorreónEdición Impresa
Grupo armado intercepta en Sinaloa a ambulancia y remata a paciente herido T-MEC debe enfrentar exceso de capacidad de autos eléctricos de China: EU Corte de EU publica transcripciones de 2008 sobre Caso Epstein Localizan con vida a estudiante de agronomía plagiado en Zacatecas; su prima sigue desaparecida China le pone aranceles a los autos europeos

Zócalo

|

     

Opinión

|

Información

< Opinión

 

Coahuila

¿Listo para la aventura?

Por Fernando de las Fuentes

Hace 2 meses

“La vida es una aventura o no es nada”.
Helen Keller

Retomemos, para iniciar esta nueva colaboración, el final de la anterior: “En esta vida usted no atrae lo que quiere, sino lo que siente, aunque no acepte que lo siente”, y agrego: o ni siquiera sepa lo que realmente siente.

Esta discordancia se llama incoherencia. Deseos, anhelos, objetivos, metas, propósitos, todo está tan lejos de nosotros como lo están entre sí lo que creemos y decimos que pensamos y sentimos, de lo que realmente pensamos y sentimos.

Generalmente, sólo somos conscientes de lo primero e ignorantes voluntarios de lo segundo. Lo que creemos y decimos pensar y sentir constituye la imagen que queremos proyectar, pero lo real, cuando está oculto, es lo que nos controla, agazapado en nuestros dolores y miedos enterrados en la inconsciencia, dispuestos a tomar las riendas cuando percibimos amenazas, reales o imaginarias.

Si lo que le acabo de exponer le parece algo complicado, simplifiquémoslo con un ejemplo típico y extendido de tal incoherencia: usted quiere abundancia y prosperidad. Trabaja duro, ahorra, decreta riqueza, sigue reglas esotéricas e incluso recurre a la magia para atraer dinero, pero no ve resultado alguno, de hecho, su economía de pronto empeora.

Bueno, pues independientemente de las circunstancias que le rodean, que ciertamente tienen su peso, seguramente estará actuando en contra de sus deseos una programación almacenada en el disco duro de su inconsciente, cargada de negatividad hacia el dinero y las posesiones materiales.

Me refiero a paradigmas, es decir, conjuntos de creencias, que pueden englobarse en estos enunciados: los pobres son buenos y los ricos malos, el dinero es sucio y se consigue suciamente, nunca habrá suficiente, si no ahorras no tendrás en el futuro, hay que partirse el lomo para conseguir unos cuantos pesos, soy orgullosamente pobre, siempre me pagan mal, o no sé suficiente para ganar bien. Todo esto es lo que usted en realidad actúa, no lo que cree que actúa.

Lo que de verdad piensa, no lo que dice que piensa, produce lo que de verdad siente, no lo que dice que siente. Dígame usted qué tiene más fuerza. Claro, eso que está ahí profundamente enterrado y que usted intuye o definitivamente ignora porque duele o porque cree que es la verdad y no puede cambiarse.

Si a usted no le interesa conocerse ni tener conciencia sobre sí mismo ni ser coherente está bien. Es su opción. Pero si quiere salir de una situación difícil o simplemente concretar sus deseos, no tiene otra alternativa que emprender la maravillosa aventura de ir en busca de su tesoro enterrado, por terrorífico que sea.

Le doy una posible ruta: 1) adáptese a las circunstancias; no rechace lo que no puede controlar, sólo acéptelo, que no es lo mismo que confórmese; 2) encuentre en todo lo que le suceda, especialmente si lo considera malo, el obsequio oculto de sabiduría; 3) aprenda a observarse a sí mismo sin juzgarse. Aunque no se vuelva un practicante experto, la meditación le enseña a hacer esto. Hágalo un hábito y cuestiónese, cuestiónelo todo; 4) Desarrolle su curiosidad, investigue, no se quede nunca con lo que sabe; 5) una vez que aprenda que usted no es ni lo que piensa ni lo que siente, gestione sus emociones y sus pensamientos. Elija todos los días cuáles se pondrá, así como escoge la ropa; 6) contenga sus reacciones y sobrepóngase a sí mismo, es decir, ejerza autocontrol y autodominio; a estas alturas ya está listo; 7) ha llegado el momento de la opción espiritual: retome la meditación, esta vez como una forma de desarrollar todo el potencial de su mente, comenzando por regular su química cerebral y, por tanto, hormonal, lo que transformará sus pensamientos y sus sentimientos a voluntad; 8) una vez dominada la regulación, cree sus propias experiencias positivas de gratitud, alegría, amor, dicha, seguridad, calma.

Este es el camino a la coherencia.

Notas Relacionadas

La fortaleza de Coahuila radica en nuestras mujeres: Manolo

Hace 6 horas

Dos de seis Centros Penitenciarios de Coahuila se encuentran reprobados

Hace 7 horas

Organiza Morena foros de consulta ciudadana en Coahuila para Reforma Judicial

Hace 8 horas

Más sobre esta sección Más en Coahuila

Hace 20 horas

Representación

Hace 20 horas

Callado

Hace 20 horas

Y lo que nos falta por recorrer