Espectáculos
Por Excélsior
Publicado el lunes, 16 de diciembre del 2024 a las 18:38
Ciudad de México.- Blue Electric Light Tour 2024 da nombre a la gira con la que Lenny Kravitz despide el año y hace todo el sentido, pues fue precisamente un show electrizante y brillante el que el neoyorquino montó ayer para sus 18 mil fanáticos desde el Palacio de los Deportes de la CDMX, quienes acudieron emocionados por sentir una vez más el poder de su estruendo.
Y es que tiene muchos años que el cantante es sinónimo de entrega y explosividad, siendo de esos rockstars que con su simple presencia y apariencia ya ofrece todo un espectáculo.
Es por eso que en cuanto Kravitz apareció en escena, a las 21:12 horas, absolutamente todos sus seguidores, hombres y mujeres por igual, se levantaron y aclamaron su llegada en un estallido de aplausos y ovaciones.
La emoción se duplicó a ritmo de Are you Gonna go my way, rola con la que dio inicio a su show con un poderoso arranque que puso inmediatamente a cimbrar el lugar.
Para el primer solo, Kravitz ya tenía a todos a sus pies.
Rastas, gafas oscuras, chaqueta de cuero, blusa con escote, jeans y su guitarra fueron los elementos ya icónicos que eligió para lucir en su noche.
Un show en el que no estaba solo, pues se acompañó de su banda, que incluyó a un bajista, un guitarrista y una baterista, y más adelante a tres trompetistas, un tecladista y a un par de coristas quienes se unieron a su trance de rock, junto a la audiencia.
Su interpretación, su destreza con las cuerdas y sus poderosas cuerdas vocales lograban que nadie le quitara la vista de encima a este Minister of Rock ‘n roll.
Bring it On, TK421 y I’m a Believer también sonaron en este primer bloque antes de tomarse una pausa para saludar de lado a lado a sus fans.
“Ciudad de México, déjenme decirles que son lo mejor de lo mejor”, pronunció en inglés.
“Estoy muy feliz de estar aquí con ustedes. Todos juntos somos energía, somos vida, somos amor. Significa tanto para mí. Muchas gracias. Los amo”, continuó sonriente en un perfecto español, elevando aún más los ánimos.
Su producción estuvo a la altura de lo que éste ofrecía y con diferentes animaciones a blanco y negro, otros gráficos coloridos y otras con luces neón proyectadas a lo largo de diferentes plataformas con pantallas gigantes a sus alrededores, sumado a las hileras de luces que tintineaban al compás de los acordes de sus rolas y múltiples reflectores disparándose por todos lados, aquello era un intercambio de energía constante e infinita de la que artista parecía nutrirse complacido.
Ya fuera con rolas lentas y románticas como I Belong To You o con otras cargadas de ritmos acelerados y solos electrizantes como Believe, el número del intérprete de 60 años tenía hipnotizado a su público, que sí salía de este encanto era únicamente para aplaudir y alabarlo.
Lo único más aclamado que sus solos con la guitarra eléctrica llegaba en las rolas más lentas como Low, donde este aprovechaba el funk para menear lentamente las caderas, lo que enloquecía todavía más a los fans.
Pero lo suyo lo suyo es la guitarra y lo deja ver también en qué más allá de tener cambios de ropa lo que tiene son cambios de guitarra, pasando de diferentes modelos de eléctricas a acústicas, cada una siendo modelada por él con orgullo.
“México, significa tanto para mí porque desde los inicios han estado conmigo, me han dado vida, propósito y ustedes han elevado mi música como lo hacen ahora. Siempre me he sentido aquí como en casa porque el amor que siento (de parte de sus fans) se siente tan genuino y natural, siento que nos entendemos, siento el corazón y alma de las personas mexicanas. Son de verdad hermosos por su espléndida cultura, tanto amor, autenticidad, así que de verdad gracias”, expresó en inglés con ganas de explicar más a fondo el amor que siente por este país y su gente.
Tras esas palabras el cantante dio inicio al segundo bloque musical para el que trasladó a sus seguidores a “uno de sus años favoritos” 1991 y con hits como Always On the Run, It Ain’t Over Till It’s Over, Again, American Woman y Fly Away el intérprete volvió a entonar sus éxitos como lo hizo en antaño, misma energía y mismo sonido, en una especie de déjá vu que los fans recibieron extasiados.
Su espectáculo, porque no se le puede llamar de otra forma a alguien que ofrece absolutamente todo, cerró a ritmo de Human y Let Love Rule, con las que se despidió de un público al que confesó que cada vez le cuesta más decirle adiós.
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