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Agencias
Publicado el domingo, 23 de enero del 2011 a las 16:00
Lima, Perú.- La candidatura presidencial de Keiko Sofía Fujimori, hija del encarcelado ex mandatario peruano Alberto Fujimori, apela a figuras de la televisión y del deporte para presentar una nueva imagen, una que busca borrar los episodios de crimen y corrupción del gobierno de su padre.
La estrategia publicitaria de Keiko Sofía ha recordado a los electores peruanos el papel que desempeñó Laura Bozzo en la reelección de Fujimori en 2000, después de que la prensa descubrió que en la actual lista fujimorista de aspirantes al Congreso aparecen ex colaboradores de Vladimiro Montesinos, jefe de los servicios de inteligencia del régimen de Fujimori y amigo íntimo de Bozzo.
Entre los fujimoristas que quieren llegar al Parlamento aparece un viejo amigo de Montesinos y Bozzo: el retirado general Juan González Sandoval, “El Chacal”.
Durante la campaña reeleccionista de Fujimori en 2000, Montesinos puso a disposición de la presentadora de televisión a “El Chacal” para desacreditar en su programa, “Laura en América”, al principal candidato presidencial de la oposición, Alejandro Toledo. González Sandoval habló con Lucrecia Orozco, madre de una pequeña llamada Zaraí, y la convenció de presentarse en el programa de Bozzo y ahí, públicamente, exigir a Toledo que reconociera la paternidad de la menor y el pago de una pensión.
Esta operación fue financiada por el Servicio de Inteligencia Nacional (SIN), el aparato de represión criminal que dirigió Montesinos.
El martes 28 de marzo de 2000 Laura Bozzo presentó a Lucrecia Orozco quien, en medio de un desconsolado llanto, acusó a Toledo de no reconocer a Zaraí. La presentadora sepultó con insultos al entonces candidato.
Detrás de lo que se presentaba como un justo reclamo –durante su gobierno Toledo terminaría por admitir la paternidad de la niña– se ocultaba al público peruano una maniobra de Montesinos en coordinación con Laura Bozzo para destruir al candidato opositor, quien era un peligro para la reelección de Fujimori.
Un tribunal judicial peruano exhibió esa manipulación política y en julio de 2006 sentenció a Bozzo a cuatro años de “prisión suspendida” (equivalente a libertad condicionada) por ser cómplice de peculado y responsable del delito de asociación ilícita.
Casi cinco años después Televisa presenta en México a Laura Bozzo como una de sus estrellas y anuncia como un bien preciado su programa “Laura en América”, que se estrenará este lunes 24.
Cartas íntimas
El 22 de septiembre de 2005, durante el juicio que enfrentó Bozzo por su participación en la campaña reeleccionista de Fujimori financiada con fondos del servicio secreto, la Fiscalía Anticorrupción hizo leer como evidencia contra la presentadora algunas cartas manuscritas que ésta envió a Vladimiro Montesinos.
Las misivas revelaban que “la abogada de los pobres”, como suele autotitularse la presentadora peruana, había conspirado con éste la exposición del caso de Zaraí. “Vladimiro, todo salió muy bien, hay que insistir con lo de la hija (en alusión a Zaraí Toledo). Leí la entrevista de la madre (Lucrecia Orozco) en (el periódico) Expreso. Buenísima. ¿Te imaginas tenerla en el programa hablando de los hombres irresponsables que no reconocen a sus hijas? Lo demandaría. En todo caso tú (Montesinos) verás si es conveniente”.
Por este caso la justicia anticorrupción decretó que, mientras se desarrollara el proceso contra Bozzo, ésta debía permanecer detenida en su domicilio. Ella optó por residir en un estudio de televisión. Y así fue durante tres años hasta que un tribunal la encontró culpable de asociación ilícita y complicidad del delito de peculado.
Además las autoridades probaron que a pedido de Bozzo, Montesinos pagó con fondos públicos una caución judicial que se le impuso a la presentadora por una demanda que le interpuso el padre de una niña que fue manipulada en un episodio de “Laura en América”.
El juicio que enfrentó Bozzo reveló que su vinculación con Montesinos no era superficial sino íntima, secreta y cómplice. La peruana estuvo entrañablemente comprometida con el proyecto de la fraudulenta reelección de Fujimori, como lo demostró otra carta que despachó al jefe de los servicios secretos: “Sabes que cuentas conmigo. Ya solo faltan 10 días para la victoria”, escribió Bozzo pocos días antes de las elecciones del 9 de abril de 2000.
El gerente de América Televisión, José Francisco Crousillat, a quien ella llamaba “Cuatro Segundos”, actuó como intermediario entre Montesinos y Laura Bozzo. Crousillat la llevó al cuartel general del SIN para que se reuniera en privado con Montesinos.
“‘Cuatro Segundos’ (Crousillat) me pidió que no me meta (en temas políticos) pero, para mí, apoyarte es lo más importante”, dijo Bozzo a Montesinos en una de las cartas que usaron las autoridades judiciales como pruebas en su contra.
“Te mando las galletas que te gustan y unos chocolates, espero que cuando te vea no estés flaco. No te quito más tiempo, sé lo ocupado que estás, todo va bien, sabes que cuentas conmigo. Cuídate y descansa”, le escribió.
No la quieren
“A los peruanos nos suena como una broma de mal gusto escuchar a Laura hablar como una abanderada de la justicia y la credibilidad para lanzar su nuevo programa en Televisa , cuando aquí, en su propio país, nadie le cree nada porque no olvidamos el nefasto papel que cumplió en la época de la dictadura fujimontesinista como operadora del Servicio de Inteligencia Nacional, prestándose a difundir sicosociales en uno de los canales de televisión que habían vendido su línea editorial a ese gobierno”, afirma a “Proceso” Patricia Salinas, columnista de la influyente revista “Caretas”.
“Después de llegar a ser una de las mujeres más poderosas del país, cayó en desgracia y no sólo fue condenada a prisión domiciliaria por ser cómplice de Fujimori y Montesinos, sino que se ganó el repudio de todos los peruanos”, agrega Salinas.
Ahora Bozzo pretende limpiar su imagen por todo lo alto con un nuevo programa. Pero lo que no puede hacer es borrar la historia de su entrañable vínculo con la dictadura de Fujimori, quien purga condena de 25 años de cárcel por crímenes de lesa humanidad y corrupción.
EN BREVE
» En el año 2000, Vladimiro Montesinos –jefe de los servicios de inteligencia de Perú, actualmente encarcelado por espionaje, corrupción y delincuencia organizada– entregó dinero del erario a su amiga Laura Bozzo para que el programa de televisión Laura en América apoyara la reelección del entonces presidente Alberto Fujimori.
» En julio de 2006 un tribunal demostró dicha manipulación política y condenó a la conductora a cuatro años de “prisión en suspenso”, por ser cómplice de peculado y responsable del delito de asociación ilícita.
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