Coahuila
Hace 1 semana
Luego de 20 años en periodo de veda, este 2025 abrieron Las Playitas de Cuatro Ciénegas, en la Región Centro de Coahuila.
Hace dos décadas, en los albores de Facebook (aún sin los botones de “Compartir” y “Me Gusta” que modificaron el comportamiento social) y cuando no existía el resto de redes sociales ni la cámara frontal en los smartphones ni el internet de banda ancha (estos últimos, sucesos que cambiaron la historia para siempre) fue prohibido el acceso debido al deterioro ambiental generado por la sobreexplotación; en este caso, producida precisamente por paseantes en Semana Santa.
En 2004 conmocionaron las escenas de destrucción y catástrofe, pues alrededor de 10 mil visitantes ingresaron al área, acondicionada para 300, hasta con automóviles al agua.
Hoy es diferente. Los individuos, en los tiempos que se viven, sólo quieren una “selfie” en el lugar icónico, de moda o viral. No vivir la experiencia ni acumular recuerdos. Hedonismo antes que descanso, o enriquecimiento cultural.
Sin embargo lo anterior supone que no se valoren las condiciones especiales del ecosistema único en el mundo (y no, no es hipérbole). Esa belleza paisajística del oasis: la mezcla de una zona desértica con pozas de agua. Cerca de 200. Entre ellas la Azul, de aspecto semitransparente, con una combinación de colores que hace recordar a la laguna Bacalar, en Chetumal, a menor escala y guardando toda proporción.
Nadie duda que el ser humano sea una plaga dentro de él. El depredador por excelencia. Por otro lado, la cuestión es que si no es para el aprovechamiento y disfrute de las personas, entonces para qué es el medio ambiente.
Hay proyectos privados de gran exposición donde aparentemente “todos ganan”, y otros que pasan completamente desapercibidos a la opinión pública donde “todos pierden”, como el caso que nos ocupa.
Se trata de un desarrollo ecoturístico de 283 hectáreas en Cuatro Ciénegas a cargo de la familia Arocha González, denominado Las Playitas del Desierto, agenciado vía la Inmobiliaria San José de Cuatro Ciénegas, S.A. de C.V.
En su día, abril de 2022, se presentó a Semarnat para su valoración en cinco etapas, cada una de las cuales tardará cinco años; 25 en total, no obstante se proyecta un periodo de operación de 40 años.
Tampoco se puede satanizar de antemano el impacto ambiental en general, ni todo desarrollo es negativo por sí mismo, pero este no sólo reserva el costo de la inversión, también el que hipotéticamente sería destinado para medidas de prevención, mitigación y compensación.
Si bien se ubica en una zona de aprovechamiento controlado, a su alrededor hay mil 294 hectáreas de uso restringido, y en el documento de 810 páginas presentado para su aprobación a Semarnat hace dos años no queda claro cómo evitarían, detendrían y revertiría el deterioro natural y antropogénico que sus acciones provocarán en el medio.
Ya sucedió en las Islas Marietas, en el límite entre Nayarit y Jalisco, destino que buscan los viajantes que se desplazan hasta el Pacífico con el objetivo de una fotografía en su minúscula playa techada por la naturaleza; un paisaje peculiar, aunque también un Área Natural Protegida con normativa de conservación.
La experiencia dice que un programa de manejo, por más estructurado que parezca, suele salirse de control casi siempre. Que donde caben mil caben 10 mil, y que la ambición de la temporada alta suele permitir los excesos.
Cortita y al pie
Por lo demás, existe un instrumento legal relativamente nuevo que se puede utilizar al respecto: la Ley de Responsabilidad Ambiental del Estado de Coahuila, creada en noviembre de 2020 y vigente desde mediados de 2021.
En los artículos 34 y 35 del ordenamiento citado (que sustituyó a la entonces Ley estatal del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente) se reconoce a las personas físicas habitantes de la comunidad afectada por el daño, así como a quienes viven a una distancia igual o menor a 25 kilómetros del lugar (ojo con esto), como sujetos de interés jurídico e interés legítimo para reclamar la responsabilidad ambiental ante los Juzgados de Primera Instancia en materia Civil, convertida esta en una compensación de daños mediante pago de una sanción económica.
La última y nos vamos
No todo turista tiene que ser necesariamente “all inclusive”. Existe también -y en mucho mayor medida, de hecho- el turismo “de jícama y horchata” (como despectivamente le definió un secretario de Turismo en Veracruz durante la Administración de Javier Duarte): sin consumo local y sin dejar ganancia económica, sólo la basura, el desgaste por el uso y la huella de carbono.
Guste o no, ése es el target del paseante por Las Playitas.
Pero qué necesidad.
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