En muchas ocasiones cuando acudimos a un supermercado a realizar algunas compras, hay quienes le llama “el mandado”, otras personas más le dicen “la nota”, o bien, hasta “la lista”, nos hemos encontrado con ciertos productos que tienen como marca la misma marca del supermercado, a estos productos se les conoce como “marcas blancas” o marcas de distribuidor.
Este tipo de política comercial, en la cual el distribuidor, es decir, el supermercado, adquiere el producto directamente en la fábrica y le coloca su nombre es una acción comercial que cada vez tiene una mayor participación en el mercado debido en gran medida a la buena calidad con la cuenta el producto y el precio accesible al cual se vende, convirtiéndose en una clara opción ante la inflación.
Las marcas blancas han ganado mercado no sólo en México sino en el mundo entero; de hecho, en Europa, el comercio de este tipo de productos representa el 50% del total de las compras que se realizan. Pero, regresando al mercado mexicano, este tipo de marcas se han convertido en un motor para el consumo; 70% del crecimiento de los productos con marca blanca se debe al crecimiento del consumo, es decir que consumimos más. Durante el año pasado, las ventas de estos productos tuvieron un aumento del 11.4% respecto al 2023. Desde la crisis económica causada por la pandemia del Covid-19 debido a la “alta” inflación que se presentó en la mayoría de las economías, los consumidores hemos cambiado nuestros hábitos de compras, buscando de manera racional el mejor productor al menor precio.
Por su parte, las empresas fabricantes de las marcas blancas, que son las mismas empresas que elaboran los productos de marcas “comerciales”, obtienen utilidades económicas con las marcas blancas, pues el producir y comercializar un producto que no requiere publicidad es mucho más barato.
Para darnos una idea del gasto o inversión que realizan las grandes marcas comerciales en publicidad puedo señalar que Procter & Gamble, la gigante propietaria de marcas como Ariel, Tide, Pampers, Always, Gillette, y muchas más, gastó en el 2024 la cantidad de 9 mil 600 millones de dólares. Entonces, las marcas blancas le permiten a esta empresa llegar con sus productos al mercado final sin la necesidad de realizar un gasto en publicidad.
Además, con las marcas blancas o marcas de distribuidor se ha logrado que una mayor cantidad de consumidores puedan acceder a productos de excelente calidad, sin importar el nivel socioeconómico.
Bien podríamos afirmar que las marcas de distribuidor o las marcas blancas son en realidad las marcas de la 3B: bueno, bonito y barato.
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