“Yo no les diría errores, yo les diría áreas de oportunidad”.
Marx Arriaga
¿Para qué la mentira? Este pasado 15 de noviembre la Subsecretaría de Egresos de la Secretaría de Hacienda emitió un boletín en el que decía que, “por un lamentable error, el presupuesto de la UNAM y del IPN salieron disminuidos en el Presupuesto de Egresos de la Federación que se entregó hoy al Congreso de la Unión. Hacienda precisa que ya se está trabajando con la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados para asegurar que ambas instituciones educativas tengan un aumento respecto al año anterior de 3.5%, como fue la instrucción de la Presidenta de la República, desde la elaboración del mismo”.
¿Salieron disminuidos? La expresión parece una burla. El comunicado no sólo está mal redactado, sino que miente. No hubo un “lamentable error”, como tampoco una “intermitencia” en el sistema de internet de la Cámara de Diputados para permitir el voto de un legislador que no estaba presente. A la 4T le gusta mentir.
No sólo fueron la UNAM y el IPN, lo mismo sucedió con la Universidad Autónoma de Chapingo, el Colegio de Postgraduados y el Colegio Superior Agropecuario del Estado de Guerrero. En estos casos, ya no hubo un comunicado de la Subsecretaría de Egresos para lamentar el error, sino un mensaje en X del secretario de Agricultura, Julio Berdegué, para anunciar el aumento de 3.5 por ciento.
También la Universidad Autónoma Metropolitana, el Tecnológico Nacional de México, la Universidad Pedagógica, el Colegio de Bachilleres, el Centro de Enseñanza Técnica Industrial, la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro y muchas otras instituciones de enseñanza fueron víctimas de este lamentable error.
Tan no fue un error que nadie ha pedido la renuncia de la subsecretaria de egresos, Bertha Gómez Castro. Sería injusto. El presupuesto fue elaborado con la información que se le proporcionó, pero ahora quieren eximir de la responsabilidad a sus superiores con la mentira del lamentable error.
Luis Armando González Placencia, secretario general ejecutivo de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), ha dicho que tuvo “una comunicación de parte del secretario de Educación, Mario Delgado, quien me informó que la Presidenta me pedía, nos pedía, que informáramos a las universidades que ese comunicado no estaba autorizado”, y que tendrían un aumento de 3.5% en sus presupuestos para 2025. Solo que no fue un “comunicado”, sino el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación, que por definición está revisado y autorizado.
El presupuesto de 2025 de la Secretaría de Educación Pública considera un recorte de 1.5% en comparación con el aprobado de 2024. Hubo una decisión concreta de reducir los presupuestos de las universidades establecidas y subir en 85.9% el de las Universidades para el Bienestar Benito Juárez.
Hay en esto una lamentable decisión, pero no un error. El Gobierno quiso castigar a las universidades tradicionales, las que han hecho esfuerzos para mejorar su calidad, mientras favorece a las de López Obrador, que no se sabe si están operando o no y con qué criterios de calidad.
La presidenta Sheinbaum decidió revertir la decisión después de que la UNAM, su alma máter y la universidad con más poder de cabildeo en el país, protestó. Pero si ahora van a dar ese austero aumento de 3.5% a las universidades públicas serias, cabe preguntarse dónde ajustarán el gasto. Supongo que no se atreverán a tocar las universidades de López Obrador, que buscan reclutar militantes futuros para la 4T.
En turista
A nadie ayuda que la Presidenta pase 11 horas en un vuelo comercial con escala. Por lo menos, le dieron un asiento de salida de emergencia y le liberaron los lugares de junto, pero es un ahorro mal entendido. Los jefes de Gobierno viajan en vuelos privados para estar conectados y trabajar en el trayecto. También por razones de seguridad, de ellos y los demás pasajeros.
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