Deportes
Por El Universal
Publicado el domingo, 2 de noviembre del 2008 a las 23:36
México, DF.- La inseguridad y los tratos turbios manchan al futbol. La muerte de David “Magic” Mendoza nuevamente pone luto en la familia futbolística y deportiva del país, las razones del asesinato aún no se resuelven pero el ex jugador de Cruz Azul ya se une a la lista de jugadores asesinados.
Recordemos algunos casos de futbolistas ultimados en nuestro país, ya sean por situaciones protagonizadas por el crimen organizado o por riñas “deportivas”.
Octavio “El Centavo” Muciño fue un excelente jugador y apreciado por sus grandes cualidades para el futbol, integrante de la Máquina del Cruz Azul y de las Chivas Rayadas del Guadalajara.
Muciño fue baleado tras una discusión en el restaurante Carlos O’Willys en la ciudad de Guadalajara la tarde del 1 de junio de 1974.
El junior Jaime Muldoon Barreto, hijo de un empresario de Jalisco y aficionado al conjunto rival de la ciudad, el Atlas, comenzó a ofender al jugador y a su acompañante, se trenzaron a golpes y fueron separados. Muciño, minutos después se acercó a Barreto y le extendió la mano y le dijo que ya se quedaran las cosas como estaban, pero el junior sacó su pistola y le vació el arma al famoso “Centavo”. Tras unos días en coma, el 4 de junio de 1974 a los 24 años de edad murió el magnífico jugador.
Semanas más tarde del asesinato de Muciño, el 27 de junio de 1974, una nueva tragedia enlutaba a las Chivas. Jaime López, defensa del rebaño sagrado, fue asesinado en la esquina de la Calle 54 y la avenida Obregón en el sector Libertad de Guadalajara.
Jaime, quien también era estudiante de Agronomía, quedó atrapado en una balacera en donde también murió el Secretario de Acción Política de los Estudiantes de Guadalajara, Francisco Preciado. Jaime, quien contaba con 24 años, recibió quince heridas de proyectil, mientras que su acompañante 10 y en la zona quedaron regados más de 80 casquillos.
Pocos días antes de que comenzara el Mundial de 1982, el recio defensa del Toluca, José Guadalupe Ibarra, se tomaba un refresco en una tienda cerca de la casa de su familia en Guadalajara cuando entró una mujer llorando y el marido detrás de ella, pegándole.
José se metió, le dijo que no le pegara a una mujer indefensa y este hombre después de decirle una sarta de groserías, sacó una pistola y gritándole “metiche hijo de tu…” le disparó en el estómago. José pudo haber salvado la vida, pero el dependiente en lugar de llamar una ambulancia, para evitarse problemas, arrastró el cuerpo de Ibarra a la esquina y ahí lo dejó, desangrándose.
En tiempos más recientes, Rubén Omar Romano, en aquel entonces técnico del Cruz Azul, fue víctima de un secuestro el 19 de julio del 2005 en la Ciudad de México, tras dos meses de negociaciones e investigaciones fue liberado el 23 de septiembre del mismo año.
La solidaridad del medio futbolístico fue importante hacia el estratega argentino, ya que incluso Diego Armando Maradona expresó su solidaridad con Romano y la estabilidad de la familia.
En el mundo también se han suscitado casos de violencia con tintes del crimen organizado, como es el caso del defensa colombiano Andrés Escobar, quien tuvo el error de meter un autogol en el Mundial de Estados Unidos 1994 ante la escuadra anfitriona.
La acción fue completamente accidental, ya que Erick Winalda centró al área chica de Colombia, el arquero no pudo detener el balón y Escobar en su desesperación por despejar no alcanzó a meter de manera adecuada el pie y el esférico se incrustó en su arco.
Esa derrota costó muy caro para su selección, la cual quedó eliminada de la justa y era favorita para grandes cosas, pero la peor parte se la llevaría el defensa; quien al llegar a su país fue baleado en su casa por gatilleros del narcotráfico del Cártel de Cali que suponían que se había venido a los estadounidenses para ayudarlos a calificar a los octavos de final.
Otro caso escalofriante fue el del jugador brasileño Thiago Jota da Silva, de 25 años de edad, el 29 de septiembre de este año. Da Silva fue torturado y aseinado en Río de Janeiro por un grupo de sicarios contratados por su ex novia, Alyne Padula, quien estaba enojada porque el futbolista había terminado la relación sentimental que sostenían.
El caso trascendió a nivel internacional, además del hecho, por su parecido en el nombre al internacional brasileño y medalla de bronce en los últimos Juegos Olímpicos de Beijing 2008, lo que provocó que varios medios dieran por muerto al jugador del Fluminense.
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