El saltillense nativo mayor a 60 años (en proceso de extinción y suplantación en la comunidad por el foráneo joven, justo es decirlo) conserva un halo de respeto hacia una ficción jurídica de la cultura popular que, tierra adentro, le denomina “Los López”.

No es necesario que sepa exactamente quiénes son, qué hacen, dónde viven o cómo llegaron a ese punto de veneración colectiva entre la generación en comento, y no obstante continúa la tradición oral de nombrarlos como prohombres de la mitología local.

Ese saltillense conoce de oídas algunas generalidades y lugares comunes, y con ese barniz del tema se da por bien servido para mantener el hábito de transmitir la información a otros más adelante.

En consonancia con esa narrativa, medios tradicionales de comunicación utilizaron términos para representar en días pasados a una ciudad entera “consternada” y “llorando” al dar a conocer la noticia de la muerte de María Alicia Villarreal Dávila (de López).

La familia de la finada, en cambio, usó a la opinión pública para sembrar un tema en la agenda: la nonagenaria mujer, benefactora y altruista, “matriarca” de Saltillo, hizo su obra culmen días antes de fallecer: donar la casa del Sorteo Tec, máximo premio al que puede aspirar un norteño al que se le multiplican 57 mil 520 veces los mil 250 pesos que invierte al comprar un boleto.

Al hacerlo, en automático se convirtieron todos “Los López” en gente bendecida y con suerte, espléndida, vía un lavado de imagen estratégico. Y para mayor credibilidad, la estirpe vinculó la coartada con hechos pretéritos, no con actos presentes ni futuros. Ojo. En ningún momento mencionó, por ejemplo, quiénes serán los presuntos favorecidos de la donación; por el contrario, centraron la conversación en antiguos beneficiarios para que conjeturemos organizaciones sin ánimo de lucro en el imaginario colectivo.

Sin ánimo de faltar el respeto a nadie, he seguido de cerca el caso y surgen algunas dudas que quisiera compartir con la intención de abrir el debate, pues los periodistas tenemos preguntas. Siempre.

Pero antes de comenzar, fijemos un punto para situar el contexto: entre la fecha que se realizó la rifa, 29 de junio, y el día previo al fallecimiento de la señora, acaecido el 10 de julio según el reporte de sus familiares, median sólo 10 días; tres de los cuales son inhábiles por tratarse de fin de semana. Descontando estos, restan solamente siete jornadas hábiles para realizar una serie de trámites que, por experiencia verificable, no se podrían efectuar en ese plazo: cobro del premio, adjudicación y deducción de impuestos, por un lado; y el contrato de donación en escritura pública por el otro, con idénticos requisitos.

Las referidas transacciones dependen de varias personas físicas y morales al mismo tiempo, como notarios, bancos, donatarios con capacidad para recibir, y el SAT, entre otros.

No basta con presentarse con el boleto ganador y una identificación vigente para el canje automático. Nada más alejado de la realidad. Inclusive cabría cuestionar si la señora (92 años) tenía la capacidad jurídica, debido a las condiciones físicas propias de la edad, para celebrar actos de traslado de dominio, como incorporar un bien a su patrimonio, o actualizar un testamento de manera exprés.

Cabe señalar que la casa, bautizada como “Diáfana”, valorada en 71.9 millones de pesos (controvertible avalúo para un inmueble que no supera los 600 metros cuadrados de construcción y muchos menos de terreno, ubicado en Santa Catarina) se inundó a consecuencia de las lluvias provocadas por la tormenta tropical

“Alberto” del 19 de junio en la región noreste del país, y los escurrimientos de la Sierra Madre Oriental que le cayeron a la vivienda, situada a pie de montaña; un asunto de ingeniería civil que no se previó, pues el humano en zonas de sequía suele olvidar que alguna vez diluviará eventualmente.

El video del agua escurriendo como cascada por las escaleras, del piso a nivel de calle a la planta baja, se volvió viral en Nuevo León y tuvo alcance nacional, al punto que la organización del Sorteo Tec se vio en la necesidad obligada de emitir un comunicado, postergar una semana la rifa, identificada como Tradicional 216, y por única ocasión abrió la posibilidad para intercambiar el valor total de la residencia y accesorios (un par de coches, escrituración, seguro, derechos, impuestos y gastos de entrega) por un cheque. Esto no quiere decir, sin embargo, que se pueda cobrar ipso facto.

Cortita y al pie

Cuando la crisis de seguridad asoló su sede, Nuevo León, el Sorteo Tec por precaución dejó de publicar los datos completos de los ganadores en sus concursos. Con el nombre de pila y la referencia a su estado de origen completó el requisito de transparentar sus listas. En algunas ocasiones les entrevistó de espaldas a la cámara y con voz distorsionada para proteger su anonimato. Así lo hizo durante años hasta la polémica edición que nos ocupa, donde no sólo ocultó por completo la identidad de la ganadora, sino también su entidad de nacimiento, Coahuila.

Reitero: por primera vez ocurrió eso. “María”, patronímico que identifica a millones de personas en el país, fue la ganadora. Y la casa “Diáfana” ya no fue mostrada al público después de las reparaciones, suponiendo sin conceder sí se hayan consumado. Si bien no se trata de la Lotería Nacional o Pronósticos para la Asistencia Pública, donde hay un marco jurídico al ser organismos descentralizados del Gobierno federal, el prestigio del Sorteo Tec se ve comprometido, particularmente cuando existen antecedentes de un presunto altruismo de “Mamía” en el Tecnológico de Monterrey que organiza las convocatorias.

¿Qué pasó entonces con los 71.9 millones de pesos? ¿Existen?

La última y nos vamos

Dos expresidentes municipales de la localidad fueron sus hijos, un tercer exmandatario más fue hermano suyo, y hasta el próximo Alcalde de Saltillo fue nieto político de “Mamía”, por tanto el caso, aunque no se trate de recursos públicos, desde su esfera individual puede ser relevante para la sociedad y de interés periodístico, considerando así lo han querido inmiscuir sus descendientes.