Igual de romántica, igual de atrevida, igual de víctima e igual de consumista, Emma Coronel, esposa de “El Chapo” Guzmán, se asemeja en muchos aspectos a la protagonista de Gustave Flaubert, Madame Bovary, una novela escrita en 1856 que pertenece ya a la literatura universal. La vida de Emma Coronel también podría convertirse, toda proporción guardada, en un libro en el que se relatara la vida de una joven que vivió en la ranchería de La Angostura, en Sinaloa; exreina en 2006 en la Feria del Café y la Guayaba, quien terminara casándose a los 18 años, el 2 de julio de 2007, con el “capo de los capos”, Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, narco, líder del cártel de Sinaloa, condenado a cadena perpetua en una prisión de máxima seguridad en Estados Unidos. Seguramente ya se enteró de que su hijo, “El Chapito” Joaquín Guzmán López, también ya se encuentra en una cárcel en Estados Unidos junto con “El Mayo” Zambada.

Como Emma Bovary, la otra Emma se casó con la persona equivocada. La primera tuvo una hija, Berthe, del Dr. Charles Bovary; y la segunda es madre de unas gemelas que adora, hijas de “El Chapo”. Hoy, precisamente, Emali Guadalupe y María Joaquina, cumplen 13 años. Ellas eran las únicas que tenían permiso para visitar a su padre en la cárcel ADX, Florence en Colorado. Hay que decir que la última vez que el exjefe del cártel de Sinaloa vio a sus hijas fue en diciembre de 2019. Su papá ya había sido detenido en dos ocasiones, escapándose ambas veces y volviendo a ser apresado ambas veces. Finalmente, la tercera fue la vencida, y lo extraditaron el 19 de enero de 2017.

Tal como Emma Bovary se refiere a Joinville como un pueblo aburrido y demasiado pequeño donde vivía con su marido, la otra Emma también padecía de tedio terrible en su rancho y soñaba con irse a vivir a una ciudad grande donde hubiera muchas fiestas, ya que, como ella misma lo describe: “no se veía nada de cosas extravagantes, de cosas que se ven en la ciudad…”.

Después de dos años, siete meses, en los que Emma Coronel permaneció en la prisión -acusada de conspirar para traficar a EU más de 450 kilos de cocaína, 90 kilos de heroína, 90 toneladas de marihuana y 45 de metanfetamina, entre 2011 y 2017-, fue liberada el 13 de septiembre del 2023. Y a pesar de que aún le quedan tres años de libertad supervisada, en los cuales deberá obtener un empleo, avisar a las autoridades dónde vivirá, no portar armas ni sustancias nocivas y entregar resultados de su ADN, la otra Emma decidió darse la oportunidad de iniciar una nueva etapa de su vida. Quería, a como diera lugar, dejar el pasado atrás. De hecho empezó a llamar mucho la atención en la prensa y en las redes, con sus zapatos de tacón altísimos, caminando como si fuera una modelo por los pasillos de mármol del Tribunal de Brooklyn en donde se llevaba a cabo el juicio de su esposo.

Sus accesorios, joyas, vestidos y conjuntos eran de diseñador, así como sus lentes oscuros. Cada vez que salía del tribunal los “paparazzi” no dejaban de fotografiarla y de acosarla. También Madame Bovary era sumamente consumista a la manera de entonces. El Sr. Lheureux, su proveedor de telas, joyas, sombreros, sombrillas, manteles y candelabros de plata, anotaba en una libretita todas sus deudas, hasta que terminó por hipotecar la casa del Dr. Bovary. También la Emma de aquí se endrogó para salir de la prisión, tuvo que pagar una multa de un millón 499 mil 970 dólares. Pidió perdón y aceptó sus errores.

Para Anabel Hernández, autora del libro: Emma y las otras señoras del narco, el caso de Emma Coronel es “un paradigma en el mundo del narcotráfico”. ¿Por qué? Porque decidió declararse culpable por haber participado en el cártel de Sinaloa; ella es la única mujer y esposa. Además, Hernández considera que la exreina puede servir como un ejemplo o una invitación “para que otras señoras del narco se desliguen del sistema machista en que viven inmersas por disposiciones de jefes de la droga”. Es verdad, como dice la periodista, que acceden a los lujos y al “glamour”, pero indudablemente también son víctimas de maltrato y violencia. Y muchas de ellas mueren asesinadas.

Emma Bovary optó por el suicidio con veneno para ratas y Emma Coronel está más viva que nunca, como dice su corrido: “…hay que vivir el presente y siempre seguir mejorando / su corazón tiene dueño, nomás no se les olvide…”.