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Coahuila

LA ODISEA DE LOS DERECHOS HUMANOS

Por Wendoly Villarreal Villarreal

Hace 1 hora

Cuando hablamos de derechos humanos, todo parece redundar en su abordaje y tener el mismo punto de partida, la declaración de derechos del hombre y del ciudadano firmada tras la Revolución Francesa, la opinión generalizada asocia este punto en la historia universal para darse una idea de lo que los derechos humanos significan, sin embargo todo es difuso a la hora de hablar de tales derechos, los términos de los conceptos que emergen de ellos son tan profundamente técnicos y tan simples a la vez que fácilmente se empalman uno sobre otro.

Pero ¿son lo mismo los derechos naturales que los derechos humanos?, ¿cuando hablamos de derechos fundamentales nos referimos a los derechos humanos? ¿Las garantías individuales son lo mismo que los derechos humanos? ¿Todos estos conceptos son lo mismo? ¿Qué es un derecho humano?, de lo anterior, queda claro que desentrañar la naturaleza de los derechos humanos tiene su arte, su grado de dificultad y la dulce recompensa del deber cumplido si se logra asimilar su esencia, lo cual hará que nunca vuelvas a ver el derecho como algo rígido y carente de alma.    

Pero ¿cómo lograrlo? primeramente hay que partir de una conciencia histórica, pues estos derechos requieren de un catalizador que los detonó en su momento, para surgir al escaparate público y como todo son progresivos, van aumentando conforme la sociedad que los implementa madura.

Así tenemos por ejemplo, que la sociedad novohispana pugnó por su independencia, pues era una necesidad social, reinventarse o perecer, lo que ocasionó una lucha armada que concluyó con la consecución de derechos humanos encontrados en la primera generación de ellos, como el derecho a la libertad, se consideran aquí los derechos civiles y políticos, aquellos inicialmente encumbrados en la Revolución Francesa y exportados al nuevo continente, si bien primero repercutieron en los Estados Unidos, México fue pronto en secundarlo, estas “libertades clásicas” fueron obtenidas con los primeros movimientos armados cumbres de la historia nacional, como la lucha independentista y la Guerra de Reforma; posteriormente nuestro país vivió una efímera estabilidad con el porfiriato, volviendo a reactivar el ciclo del fénix, aquel en el que el país se quema hasta sus cimientos por el movimiento de la Revolución Mexicana y resurge con la consagración de los derechos económicos, políticos y sociales de la segunda generación de los derechos humanos en una constitución social en 1917, tan progresiva que fue primera en su tipo en el mundo.

Por su parte la autodeterminación, la independencia económica y política, la identidad nacional y cultural, la paz, la coexistencia pacífica, la cooperación internacional, el uso de las ciencias y la tecnología, el cuidado del medio ambiente y el desarrollo de la dignidad humana, son derechos de tercera generación que empezaron a conseguirse a la postre de los movimientos sociales de finales de los sesenta, como el movimiento estudiantil del 2 de octubre y los que le siguieron en la década de los setenta.

Comprendido esto, cobra pertinencia, distinguir entre derechos naturales, derechos fundamentales, garantías individuales y derechos humanos, porque no son lo mismo.

Los primeros se refieren a los derechos que surgen o se determinan por la naturaleza humana, son anteriores al derecho positivo o derecho escrito, aquellos que apelan a la conciencia instintiva natural del ser humano.

Los segundos son derechos que tienen las personas por el simple hecho de serlos y que nos diferencian del resto de los seres vivientes del planeta y apelan a la dignidad básica de la vida.

Los terceros son aquellos derechos humanos recogidos por la legislación de un Estado y consagrados en su constitución, es decir, aquellos que un Estado reconoce y los plasma en su constitución, por ello las garantías individuales varían de Estado a Estado.

Entonces ¿qué es un derecho humano?, es un derecho fundamental que surge o proviene del derecho natural y que existe independientemente de que un Estado lo reconozca o no, cuando éste es identificado y reconocido por un Estado se vuelve una garantía individual.

Prever las condiciones necesarias para el reconocimiento y posterior ejercicio de los derechos humanos es una labor titánica, inclusive ahora que tenemos varias generaciones de derechos humanos bien identificadas, el problema primordial lo representa identificar aquellos que aún no se han descubierto a la vida jurídica.

Si tomamos en cuenta que los derechos humanos existen en forma independiente de que seamos conscientes de ellos, como identificarlos, como ser consciente de que estamos en presencia de un derecho humano.

Considero que seremos como Ulises en La Odisea, navegando entre un mar de derechos humanos que no podemos reconocer por el canto de las sirenas con falsas promesas políticas y económicas que se devoran la dignidad humana y que no quieren que alcancemos el reconocimiento de los verdaderos derechos humanos; sin embargo confío que así como Ulises, los mexicanos saldremos victoriosos de esta odisea de los derechos humanos.

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