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Paola A. Praga
Publicado el jueves, 4 de marzo del 2010 a las 16:00
Saltillo, Coah.- Tal vez cuando don Antonio Narro Rodríguez se decidió a aportar lo necesario para formar una escuela de agricultura no imaginó los logros, aportes académicos y los miles de estudiantes que se han fraguado en las aulas de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro y que han sobresalido a nivel internacional.
El 2010 representa la suma de 87 años de esta institución que, entre su mala fama por conflictos internos, ha logrado aportar grandes conocimientos y tecnología para el campo nacional y mundial, formando día con día a cientos de estudiantes de Coahuila y provenientes de diversos estados que se apasionan por la agricultura.
Cada uno de sus laboratorios ha sido testigo del trabajo de reconocidos investigadores que dedican más de seis horas al estudio de diversas especies, de las problemáticas que aquejan el campo regional y de la mejora genética de diversos tipos de plantas y alimentos.
La UAAAN sigue su marcha hacia el futuro. El sueño de don Antonio Narro Rodríguez, de crear una escuela para los hijos de los agricultores de México, se ha convertido en una realidad y todos los hombres y mujeres que han pasado por las aulas de esta institución y aprendido los conocimientos para ser profesionales de la Agronomía y Veterinaria, llevan el conocimiento a quien más lo necesita.
El plantel, fundado el 4 de marzo de 1923, inició sus labores con el nombre de Escuela Regional de Agricultura Antonio Narro, en la hacienda Buenavista, al sur de la ciudad de Saltillo, es ahora, después de 87 años, un semillero de técnicos y profesionales del campo.
SU HISTORIA
En sus paredes guarda cientos de historias el campus de Buenavista. Desde sonrisas, enojos, concentración, estudio, hasta enfrentamientos entre sindicatos y estudiantes los edificios de la UAAAN han presenciado durante más de ocho décadas.
Sin embargo, el conocimiento ha imperado, dejando en claro la habilidad de académicos y administrativos para sortear dificultades de la vida universitaria, así como la dedicación y estudio de sus alumnos que, a pesar de provenir de familias de escasos recursos, en su mayoría concluyen su carrera profesional.
La historia de las escuelas de agricultura en México es vasta, pues los primeros intentos de crear cátedras de esta actividad se remontan a los años 30 del siglo 19. De 1849 es el primer plan de enseñanza agrícola en el Colegio Nacional de San Gregorio, en Texcoco, mientras que del mes de agosto de 1853 data la Escuela Nacional de Agricultura.
Esta misma inició sus operaciones en 22 de febrero de 1854 como Colegio Nacional de Agricultura en San Jacinto, en el Distrito Federal, institución que en los años de la administración obregonista pasó a Chapingo.
En 1882 se expidió un decreto que creaba la carrera de Ingeniero Agrónomo, en la que el plan de estudios se cubría en siete años, mientras que el 4 de marzo de 1923 se creó lo que hoy en día es la UAAAN.
Y es que dos meses antes de morir, registra el libro “La Narro, su Historia y Tradición”, el 24 de septiembre de 1912, Antonio Narro Rodríguez legó la parte sustancial de su fortuna personal, la hacienda de Buenavista, y 22 mil pesos, que en aquel entonces tenían el valor de seis propiedades urbanas en Saltillo.
Según especificó en su testamento, los bienes deberían ser destinados “para la constitución de una escuela de agricultura de beneficencia, bajo el amparo y protección de la ley y cuyas bases se formarán con mis albaceas como estatutos de dicha escuela, y también nombrarán su Consejo de Administración, solicitando la aprobación que sea necesaria del Gobierno”.
Por esa época, su hermana Trinidad Narro Rodríguez viuda de Mass, también dejó claro en su testamento que su fortuna, mucho más considerable que la de Antonio Narro, debía ser aplicada a la creación y sostenimiento de una Escuela de Artes y Oficios en Saltillo, en beneficio de la clase menesterosa.
Ambos legados quedaron en manos de Francisco Narro Acuña, primo de los filántropos hermanos Narro, quien en su calidad de albacea de ambos patrimonios realizó estudios y gestiones y obtuvo acuerdos para destinar las fortunas en forma conjunta a un solo gran proyecto que diera cumplimiento a la voluntad de los Narro.
El patrimonio original de Antonio Narro en aquel entonces ascendía a 70 mil pesos, mientras que el de se hermana Trinidad a casi 560 mil pesos, que fusionados sumaban poco más de 628 mil pesos y que fueron bien administrados por su primo, pues para 1922 ya sumaban 860 mil pesos.
Siendo gobernador del estado Gustavo Espinosa Mireles, se dio facilidad a Francisco Narro Acuña para que diera forma legal al proyecto. Posteriormente, el 14 de marzo de 1919, se obtuvo la aprobación oficial de las “Bases para el funcionamiento de la Escuela de Agricultura de Coahuila con el nombre de Antonio Narro”, explica el libro saltillense.
Sin embargo, la escuela no pudo materializarse sino hasta tres años más tarde. Pero, de acuerdo con las bases, la institución tendría la calidad de Escuela Granja, adoptando en sus enseñanzas métodos y reglamentos relacionados con el campo.
TEORÍA Y PRÁCTICA
El programa escolar de aquel entonces, hace más de ocho décadas, incluía clases de Aritmética, Álgebra, Geometría, Dibujo, Trigonometría, Español, Francés, Inglés, Física, Química e Historia Natural; sin embargo, se daba mayor profundidad a las clases de Zootecnia, Agronomía, Botánica, Fitotecnia, Química y Zoología.
Pero también se dedicaba un buen tiempo a las prácticas de Arboricultura, Horticultura y Forestal, además del cultivo de cereales y manejo de maquinaria agrícola, además de la cría de vacas, caballos, gallinas y cerdos y conservación de alimentos.
Aunado a esto, los maestros de aquellos años, como en la actualidad, impartían pláticas y conferencias sobre Higiene, Moral, Geología, Historia, Civismo y Derecho.
El programa escolar se transformó en semestral en 1953 y dos años más tarde se estableció como requisito para ingresar a la Escuela Superior de Agricultura Antonio Narro el haber cursado la preparatoria.
De 1951 a 1953 la escuela estuvo adscrita al Instituto Tecnológico de Coahuila, para después depender del Gobierno del Estado. Sin embargo, actualmente la institución depende del Gobierno federal y recibe recursos tanto de la Federación como de la administración estatal.
UN GRANITO DE ARENA
La UAAAN tiene más de 140 investigadores, de ellos gran parte está inscrito al Sistema Nacional de Investigadores, ocupando los más altos niveles de preparación que han dado pie a diversas investigaciones que han cambiado el estilo de vida de cientos de productores agrícolas.
Sus alumnos y catedráticos han contribuido en gran medida a aportar soluciones al campo coahuilense y de estados como Chiapas, Oaxaca, San Luis Potosí, Durango y Nuevo León, además de que en numerosas ocasiones los integrantes del Departamento de Investigación han viajado al extranjero a presentar los proyectos y estudio, aplicables a cualquier región.
Han realizado grandes aportaciones al campo de la Zootecnia, Horticultura, Parasitología, Agricultura, Economía en Producción, Sistemas de Riego. Además de fabricar en el propio campus queso de diversos tipos y sembrar algunos vegetales que luego son comercializados al público.
Actualmente la universidad cuenta con 20 licenciaturas e ingenierías, siete programas de posgrado y 20 diplomados, en los que se desarrollan proyectos de investigación y diversos estudios relacionados con las disciplinas, de los que algunos son realizado en coordinación con otras instituciones de Nuevo León, Durango, San Luis Potosí, Estado de México y Estados Unidos.
Todos los trabajos de investigación y experimentación son con el propósito de generar nuevas tecnologías para que sean transferidas posteriormente a los productores rurales, lo cual se realiza a través de proyectos de desarrollo y que sean éstos los puntos de apoyo para el mejoramiento de las actividades agropecuarias y se traduzcan en bienestar familiar y de la comunidad en la que habitan.
La investigación agropecuaria y forestal ha sido otra de las funciones básicas de la UAAAN a la que se le ha dado vital importancia. Así, se crearon el Instituto Mexicano del Maíz y el Centro de Capacitación y Desarrollo de Tecnología de Semillas, únicos en el país.
Y que tienen como objetivo generar las tecnologías específicas sobre maíces, entre ellos los enanos y semienanos, y la capacitación sobre producción, control de calidad, acondicionamiento y almacenamiento de semillas de diferentes especies para los productores rurales.
Asimismo, se le ha dado la importancia que tiene a la investigación en el área de zonas áridas y semiáridas, desde el mejoramiento de especies nativas con potencial hasta el manejo de poblaciones naturales de especies, como guayule, calabacilla loca, lechuguilla, orégano, nopal, maguey y otras más.
También las especies frutícolas han tenido especial énfasis en su estudio, tales como manzano, nogal, vid, durazno, entre otras, lo mismo que cultivos básicos como el frijol, sorgo, los cereales de grano pequeño, como el trigo, cebada, papa y otras hortalizas.
Las especies pecuarias igualmente han sido objeto de investigaciones, como lo son los caprinos, ovinos, bovinos, aves y una especie de introducción y domesticación como el avestruz.
¿QUIÉN ERA DON ANTONIO NARRO?
Don Antonio Narro Rodríguez era un agricultor saltillense que realizó estudios en el país y en el extranjero, gracias al apoyo de Enrique Mass, acaudalado esposo de Trinidad Narro Rodríguez, su hermana.
Después de una infancia vivida en la orfandad, por sus conocimientos aprendidos en Europa y Estados Unidos conoció la importancia de la ciencia y la técnica en las labores agrícolas modernas.
Más tarde, su experiencia profesional como apasionado de los libros y administrador de haciendas en la Comarca Lagunera le permitió constatar la realidad en la que vivía desde aquella época el campo mexicano y de los técnicos que se requerían para ayudar a solucionar la problemática.
Estas ideas hicieron que en Antonio Narro creciera la idea de una escuela de agricultura para estudiantes de escasos recursos, y siempre tuvo en mente que en ella se debería capacitarlos, para abrirles posibilidades de empleo digno, y a su vez se dotaría el campo de los técnicos que tanto necesitaba.
SÍMBOLOS PARA SIEMPRE
El buitre, el edificio La Gloria, los arcos, los colores azul y oro, el maíz y los camiones del transporte escolar son íconos de la UAAAN que por años han distinguido a la institución a nivel nacional, además de su diversidad estudiantil, donde convergen estudiantes de distintas culturas étnicas y que enriquecen la pluralidad de la institución.
Característico también es el comedor, donde diariamente cerca de mil 500 alumnos toman alimento, como parte del servicio gratuito de la institución, además de los internados donde cerca de 800 alumnos duermen diariamente, convirtiendo al campus en su segunda casa.
La infraestructura física que la UAAAN ha ido requiriendo para su desarrollo se ha ido construyendo a medida que se ha necesitado. Se dotó de internados para mujeres: uno en Saltillo y otro en la Unidad Laguna, mientras que el internado para varones se amplió con una capacidad para recibir 800 estudiantes.
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