Coahuila
Hace 2 meses
Este día, 8 de septiembre, proclamado por la Unesco en 1966, no sólo celebra el derecho a la educación, sino que también nos invita a reflexionar sobre el poder transformador de la alfabetización, especialmente en el contexto de las mujeres, quienes han enfrentado siglos de silencio y marginación.
En México, la alfabetización ha sido un camino largo, un sendero de lucha y perseverancia. A lo largo de las últimas décadas, el país ha avanzado en la erradicación del analfabetismo, un fenómeno que ha dejado huellas profundas en la vida de muchas mujeres. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en 2020, el porcentaje de mujeres analfabetas en México era de 6.9%, una cifra que, aunque sigue siendo preocupante, representa un avance significativo respecto a décadas anteriores. En 1990, este porcentaje era de 13.3%, lo que evidenció un notable progreso en la inclusión educativa femenina.
Si nos adentramos en el territorio de Coahuila, la situación revela contrastes que merecen atención. En el estado, la tasa de analfabetismo entre mujeres se situó en 3.9%, en comparación con 2.1% de los hombres, un dato que señala una brecha aún presente, aunque la educación ha comenzado a desdibujar los contornos de esta desigualdad. Las mujeres coahuilenses han demostrado una resiliencia admirable, desafiando las normas y construyendo su propio destino a través del conocimiento.
Desde las comunidades rurales hasta las ciudades han emergido como agentes de cambio, llevando consigo la antorcha de la alfabetización hacia nuevas generaciones.
Sin embargo, el viaje no está completo. A pesar de los avances, el camino hacia la igualdad educativa sigue siendo un desafío. En un mundo donde la alfabetización es la llave que abre las puertas del futuro, muchas mujeres aún enfrentan barreras: la pobreza, la violencia de género y la falta de acceso a recursos educativos. Según datos de la Secretaría de Educación Pública, en las zonas rurales de Coahuila, la brecha de alfabetización entre hombres y mujeres se agudiza, recordándonos que el acceso al conocimiento es un derecho que aún debemos conquistar.
La alfabetización no es sólo la habilidad de leer y escribir, es el conocimiento el que permite a las mujeres alzar la voz en un mundo que a menudo intenta silenciarlas. Es la capacidad de soñar y de transformar esos sueños en realidades tangibles. En cada letra que se aprende, en cada palabra que se pronuncia, las mujeres de México reescriben su historia, convirtiendo el silencio en un poderoso grito de libertad.
La alfabetización es un viaje continuo, un compromiso que debemos asumir colectivamente. A medida que celebramos el Día Internacional de la Alfabetización, reafirmemos nuestra responsabilidad de garantizar que todas las mujeres, sin excepción, tengan acceso a la educación y a las oportunidades que merecen. Sólo así podremos construir un futuro donde cada letra cuente, donde cada voz resuene y donde la luz del conocimiento ilumine el camino hacia la equidad y la justicia para todas.
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