Existe una coincidencia generalizada en que la antesala para lo que hoy es el Día Internacional de la Mujer se da a partir de la marcha realizada en Nueva York, a principios del siglo pasado, en donde miles de mujeres se manifestaron para exigir mejores condiciones laborales y el derecho al voto. Con este antecedente, un año después, en 1910, se conmemora por primera vez en los Estados Unidos a propuesta del Partido Socialista de América. Para 1911 se conmemora a nivel Internacional, teniendo como sedes principales Rusia, Alemania, Austria, Suiza y Dinamarca, exigiendo no solo sus derechos laborales y electorales, si no también el fin de la Primera Guerra Mundial, coincidiendo algunas de las principales protestas el día 8 de marzo.

Pero fue hasta 1975 cuando la ONU estableció de manera oficial el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer. Es a partir de ese momento que año con año, en esta fecha, miles de mujeres y hombres aprovechamos para reflexionar acerca de los avances y retos que tenemos en la materia, cada año con diferentes temas y problemáticas, cada año avanzando, avanzando muy lento, pero dando algunos pasos a favor de los derechos de las mujeres.

Este año podríamos tocar muchos temas que están pendientes en la agenda, en este mismo espacio hemos comentado el rechazo absoluto del Presidente y de su gobierno a los grupos que luchan todos los días por esta causa. Ya dejaron claro que este lunes serán recibidas con barricadas y grupos antimotines. Podríamos hablar de la violencia creciente o lo disparidad de salarios; pero en esta ocasión en particular quiero invitarte a que juntos reflexionemos acerca de cómo las mujeres estamos viviendo la crisis generada por la COVID-19 y cómo ha vulnerado aún más la situación que viven miles de mujeres en nuestro país.

La primer línea de combate ante esta pandemia está formada principalmente por mujeres, miles de madres de familia, trabajadoras de la salud, maestras, cuidadoras profesionales y muchas que han tenido que aprender este oficio por necesidad, así como líderes en todos lo ramos. Hoy más que nunca nos damos cuenta de la importancia del rol de las mujeres en nuestra sociedad; pero sobre todo, de la sobrecarga de trabajo que se tiene que soportar en cada una de las trincheras en que nos desempeñamos.

Este año la ONU conmemora esta fecha con el lema “Mujeres líderes: Por un futuro igualitario en el mundo de la Covid-19”, buscando hacer un reconocimiento al gran trabajo de las mujeres para salir adelante de este mal que nos aqueja mundialmente.

Y el asunto no está para menos, de acuerdo a los últimos estudios de la propia ONU, en este año de la pandemia las mujeres en México y América Latina hemos enfrentado, entre otras cosas:
Violencia: 43.9% de las mujeres ha experimentado violencia por parte de su actual o ultima pareja. Se incrementó el número de feminicidios y de mujeres víctimas de lesiones dolosas, así como el número de llamadas al 911 por estos temas.

De acuerdo a la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), las condiciones laborales de las mujeres en la región impactaron de manera tan negativa que se generó un retroceso de más de una década en los avances logrados en materia de participación laboral. La autonomía económica de las mujeres disminuyó de un 52% a un 46% contra un 69% de los hombres y se incrementará en 23 millones el número de mujeres pobres en Latinoamérica.

Por otra parte, un 73% del personal de salud que atiende la primera línea de trabajo son mujeres, que además están teniendo que laborar en condiciones precarias, con un aumento significativo de horas laborales y sin el material sanitario adecuado y suficiente para protegerse. Es alarmante señalar que todo esto es con ingresos promedio 23% menores que los de los hombres en este rubro en particular.

Otro sector gravemente impactado son las trabajadoras del hogar, sector de por si con grandes vulnerabilidades en materia laboral. En México se calcula que este sector cayó en más de un 33%, debido sobre todo al temor de la convivencia y los riesgos que esto conlleva.

Hoy se habla de un posible regreso a clases, cuando un altísimo porcentaje de quienes están al frente de las aulas son mujeres, que además por supuesto son madres de familia en muchos casos.

A través de estas líneas y honrando a decenas de miles de mujeres que son las que hoy dan la cara en la primer trinchera a esta terrible pandemia, quiero hacer un llamado a nuestras autoridades de salud, a los patrones, a cualquiera que tenga su cargo a una de estas heroínas: son ellas las que deben de estar también en la primer línea de las vacunas, de los salarios y de las prestaciones, son ellas a quienes debemos cuidar y honrar de la misma manera en que lo están haciendo por nosotros. Es lo justo, es lo que debe de ser.