Torreón.- De enero del 2015 al 28 de febrero del 2025 se ha registrado en la Región Lagunera 867 registros de personas desaparecidas o no localizadas según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas de la Comisión Nacional de Búsqueda, en este lapso de tiempo 36 de estas personas fueron localizadas sin vida, 484 con vida y son 347 las personas de las que sus familiares no han sabido nada desde hace años o meses.

MILENIO tomó los datos de once municipios del estado de Coahuila y Durango los cuales conforman la Región Lagunera, Torreón, Matamoros, Viesca, Francisco I. Madero y San Pedro en Coahuila, Gómez Palacio, Lerdo, Mapimí, Cuencamé, Tlahualilo y Nazas de Durango, de los cuales el municipio de Torreón tiene la cantidad más alta en personas desaparecidas y no localizadas.

Hoy hay casos de desapariciones o no localización de personas en donde ni siquiera las autoridades comisionadas a la búsqueda pueden determinar una línea de investigación clara, como lo es el caso de Liliana y Valeria, una madre y su hija que desaparecieron en octubre del 2017 en la ciudad de Torreón, o el de Jovanna Dibanhi desaparecida desde el 25 de junio del 2021, e incluso el de Pablo Jared que salió de su casa en julio del 2024 para ir a trabajar en Químicas del Rey pero nunca llegó.

Más de 7 años sin saber de Liliana y su hija

Liliana debe cumplir 34 años durante este 2025, sin embargo, son poco más de siete años que ni su familia ni sus amigos saben nada de ella y ni las autoridades de Coahuila han determinado una línea de investigación, únicamente que ella pudo haberse ido por su propia cuenta ya que contaba con una camioneta y previo a su desaparición recibió un depósito de mil pesos, según lo contó Karla Ríos, hermana menor de Liliana.

Tiene cuatro hijos, tres hermanos y sobrinos, además de sus padres quienes la siguen esperando, Karla dijo que siempre han sido una familia unida lo que los ha ayudado a sobrellevar su ausencia, sin embargo, la siguen buscando y esperando, no solo a ella sino a la hija menor de Liliana, Valeria, quien desapareció junto a su madre en aquel octubre de 2017

Karla define a Liliana como una mujer divertida, sociable y la más cercana a los niños: 

“ Una persona muy alegre, amante de los niños le encantaban los niños y era la tía que siempre los cuidaba, los llevaba al bosque y pintaba en Halloween, se quedaban al cuidado de ella cuando nosotros salimos de viaje, ama la música y también amante de los animales los ayudaba mucho y a las personas también y pues muy bonita, con unos ojos muy grandes y esa es Lili mi hermana”.

Pero la historia de Liliana es necesaria contarla en conjunto con su hija Laura Valeria Ramos Ríos, aunque su ficha de búsqueda fue emitida hasta el 12 de noviembre del 2023, desapareció junto con su madre hace siete años, entonces tenía un año y tres meses, una niña tranquila que solo lloraba cuando tenía hambre y que era amada no solo por sus padres sino por toda la familia de su mamá.

Karla detalla que Valeria o su “gordita”, tiene los ojos de su mamá:

“ Laura Valeria era muy muy tranquila, apenas aprendía a caminar, le estábamos enseñando y daba sus primeros pasos con ayuda, idéntica a su mamá con ojos grandes y muy risueña, traviesa bajándose de su portabebé o ensuciando con comida, en ese momento era la más chiquita y de la buena manera era como nuestro juguete que para todos lados la traíamos, todos la queríamos cargar, dormir, mimar, bañar y todo porque super bonita mi gorda, y a la fecha ya estaría cumpliendo nueve años”.

Fue la mañana del sábado 7 de octubre del 2017 cuando Liliana y Valeria fueron vistas por última vez en la colonia Latinoamericano en la ciudad de Torreón, cuando la pareja de Liliana se fue a trabajar y presuntamente ella tomaría la camioneta GMC Sierra que le pertenecía a él, para dirigirse a la colonia El Tajito en donde trabajaba en el puesto de comida de su ex suegra, pero nunca llegaron.

La única información que tienen es la declaración del novio de Liliana, quien fue el primero en reportar su desaparición pero nunca decidió interponer una denuncia por su camioneta, dos semanas después dejó de trabajar como servidor público y regresó a su ciudad de origen. Por su parte, la Fiscalía les repitió en varias ocasiones a la familia que Liliana pudo haberse ido por voluntad propia, pero cuando Karla solicitó los videos de las casetas en la autopista, el encargado de la comisión de búsqueda decidió no hacerlo.

“ La fuimos a buscar a todos lados, en donde se nos ocurrió y no la encontramos hasta que nos dimos cuenta que no era normal y decidimos hacer la denuncia en la Fiscalía y nos dicen que ya había una alerta que puso la pareja de mi hermana y ahí nos damos cuenta que era un servidor público… Fiscalía siempre se llenó la boca de decir que no podía descartar que mi hermana se fue por su propia cuenta porque iba a bordo de una camioneta, pedí las cámaras de vigilancia de las casetas pero la respuesta del licenciado Vela fue que si se las hubieran querido llevar lo hubieran hecho por la carretera donde no hay cámaras y para él no fue necesario pedirlas, a la fecha estamos como al principio, nunca se hizo una búsqueda como tal porque nosotros confiamos en las autoridades hasta que vemos que no hay avances”.

Jovanna Dibanhi Aguilar Perez

Con 22 años de edad, su mamá, papá y el papá de su hija reportaron su no localización en la Fiscalía de personas desaparecidas durante el mes de junio del 2021, luego de ser vista por última vez el día 25 de ese mismo mes y año en la ciudad de Torreón, Coahuila, precisamente por su ex cónyuge quien acudió a la casa donde Dibanhi vivía con su entonces pareja para recoger a su hija de tres años.

Para la joven su hija era su todo, una mujer alegre y con mucha vida, su mayor deseo era ser edecan o modelo, además durante los últimos meses soñaba con casarse y tenía planes de tramitar su visa para mudarse a Estados Unidos junto a su pareja, quien hoy está detenido como el presunto responsable de la desaparición de Dibanhi.

María la mamá de Jovanna contó que en ese momento a Dibanhi le gustaban las fotos y usar redes sociales, vivía con su papá y con María esta última casa en donde convivía con sus hermanos menores con quienes aún jugaba mientras llovía o veían algún programa de televisión, además su mamá la caracteriza con una gran afición por los perros de raza bull terrier:

“ Dejó a perrita también, aquí la gente la conoce porque la veían pasar con su hija al parque para pasear a su perrita”.

Sin embargo, las cosas cambiaron según la versión de su mamá, Jovanna comenzó a volverse más seria y cohibida una vez que inició una relación con el ahora detenido, posteriormente se fue a vivir con él, no fue sino hasta su desaparición que testigos le comentaron a María que su hija sufría de violencia familiar por parte de dicho hombre.

A través de las investigaciones la Fiscalía encontró a la ex pareja de Dibanhi como un presunto responsable y fue vinculado a proceso con prisión preventiva en el Cereso de Torreón pero dos amparos para invalidar los cargos en su contra y salir en libertad mientras lleva su proceso judicial ha detenido cualquier investigación para conocer el paradero de la joven que este año debe cumplir 26 años.

“ Me dicen que no pueden hacer actos de investigación porque los sancionan y Comisión de Búsqueda me dicen que no es como aventar un zapato y salir para allá, o sea, no tienen ninguna respuesta ni me dicen que harán para buscar a mi hija, yo no estoy exigiendo un bien material ni dinero, estoy exigiendo a mi hija pero me dicen que debo esperar porque hay otros casos importantes”.

Aunque hay una persona detenida por la desaparición de su hija, María cuenta que no hay ninguna pista que pueda ayudarles a dar con el paradero de Jovanna Dibanhi.

Pablo Jared Vallejo Adame

El 14 de enero del 2025 fue muy distinto a comparación de otros años para la familia de Pablo, quien fue visto por última vez el 30 de julio del 2024 en el municipio de Tlahualilo en el Estado de Durango, y quien debió haber celebrado su cumpleaños 24 con sus padres y familia cercana.

Janet Adame, madre de Pablo lo recuerda como el joven más alegre y amable, es el segundo de tres hermanos y su ausencia ha representado el dolor más grande para sus hermanos que siempre estaban con él.

“ Siempre se ha caracterizado por ser una persona muy sonriente, juguetón y leal a todo, le encantaban las bromas”, lo definió.

Su personalidad lo ayudaba a socializar y su madre lo define como un don para hacerse notar, de niño le encantaban los carros y Janet siempre pensó que se dedicaría a la mecánica pero al crecer eligió otra carrera, aún así siempre fue responsable y trabajador, por ese motivo pausó la ingeniería para dedicarse completamente a su trabajo.

En sus tiempos libres su pasatiempo favorito era ir a la Concha en Durango o ir al río, normalmente planeaba viajes junto a su novia y la familia de ella, y de vez en cuando arreglaba un vehículo que compró para renovarlo, también fue emprendedor junto a sus amigos.

Para Janet los momentos familiares son inolvidables, Jared tiene un hermano casi 10 años menor que él, recordó que meses antes de su desaparición, viajaron a la ciudad de Monterrey, Nuevo León para un partido de basquetbol en donde el organizador de la porra fue justamente él.

“ Mi hija es la mayor pero su hermano era incondicional para ella, siempre a la par, mi hijo es mucho más chico pero para él su hermano lo es todo y hasta ahora no puede comprender la situación ni el vacío ni la ausencia, ambos dormían juntos y las actividades que hacían siempre los mantenía juntos”.

Son siete meses de la ausencia de Pablo para su familia y amigos y las investigaciones no dicen nada, hay dos denuncias interpuestas, una en la Fiscalía de Durango y otra en la de Coahuila, se sabe que el 30 de julio salió de su casa para ir a trabajar pero el GPS de la camioneta dejó de detectarse en algún momento del camino.

La falta de contacto con su mamá y su coordinadora los alertó, además nunca llegó a su trabajo, de inmediato comenzaron la búsqueda encontrando días después la camioneta calcinada en medio de los límites de Coahuila y Durango, sin ningún rastro de Pablo Jared.

“ Hay dos expedientes abiertas en las dos Fiscalías y es en Tlahualilo donde se detona la investigación, pero no hay nada, ahorita no se ha esclarecido absolutamente nada y sigo preguntando dónde está mi hijo, ya son siete meses y por parte de las dos fiscalías no hay información de que le pasó”.

La esperanza no termina para ninguna familia pero la ausencia de sus hijas, hijos, hermanas y sobrinas la definen como un tormento y agonía, por eso exigen día con día a las autoridades alguna respuesta de su paradero, y piden la ayuda a la sociedad para den aviso a las autoridades en caso de haberlas visto a los números, (844) 114 03 86, (844) 608 9700 o (878) 123 4698.