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Hablar de argumentación jurídica implica no solamente la acción mecánica de realizar enunciados argumentativos, es mucho más, por eso tiene una relevancia significativa para las personas que ejercen la función jurisdiccional, así como para todos los juristas, los abogados y los estudiantes de derecho.

El interés creciente en la comunidad jurídica ha cobrado mayor fuerza en nuestros días, sobre todo por quienes naturalmente deben emplearla como los jueces, para quienes es absolutamente importante que haya una buena formación argumentativa, pues es la argumentación la base sobre la que descansa la labor jurídica que realizan, esto es lo que asegura la legitimidad de una manera más profunda a su trabajo.

Si tomamos en cuenta que los jueces tienen en el orden formal, una legitimidad que les da su nombramiento como juzgadores, es decir que poseen jurisdicción, puesto que solo ellos son los titulares de la potestad jurisdiccional en su integridad, la cual les es otorgada por el Estado, y esto es lo que los legitima técnicamente hablando.

Sin embargo, debemos aspirar a la legitimidad o legitimación material de la tarea las personas juzgadoras, en palabras de Miguel Carbonell, tiene que ver con el hecho de que argumenten bien y la argumentación jurídica se ha vuelto algo mucho más complejo en el modelo del Estado constitucional de derecho, esto es así ya que junto a un modelo tradicional de normas jurídicas que identificamos con el nombre de reglas, actualmente en el modelo del Estado constitucional de derecho existen principios, las reglas son normas jurídicas de un tipo Kelseniano, derivado de la concepción de Hans Kelsen,  donde existe un supuesto de hecho perfectamente determinado y una consecuencia jurídica igualmente determinada.

Por eso autores como Robert Alexy definen a las reglas como mandatos definitivos, son normas jurídicas que se pueden o cumplir o violar, para argumentar con reglas, el método tradicionalmente usado es el de la subsunción, esta puede resumirse en la forma de un silogismo deductivo de corte clásico, un silogismo deductivo como el que enseñan en los cursos de lógica, donde existe una premisa mayor, una premisa menor y hay una consecuencia o una conclusión lógico necesaria, sin embargo cuando trabajamos con principios no se da o la determinación del supuesto de hecho o la determinación de la consecuencia jurídica con lo cual, la subsunción no es la mejor forma de aplicar de las normas jurídicas redactadas en forma de principios, por el contrario algunos autores como el propio Alexy, refieren que cuando se trabaja con principios estamos ante normas jurídicas que son mandatos de optimización, un mandato de optimización supone que se tiene que llevar tan lejos o que se tiene que aplicar de manera tan amplia como sea posible, tomando en cuenta dos elementos fundamentales que son: Las circunstancias fácticas y las circunstancias normativas, considerando todo esto, lo que se tiene que hacer según esta corriente de pensamiento, es una ponderación, entre derechos, entre normas redactadas en forma de principios que pudieran entrar en conflicto, de tal forma que le asignemos como intérpretes en el momento de la argumentación jurídica, un peso específico a cada uno de los principios y de ahí extraigamos una regla para resolver el caso concreto.

La argumentación jurídica, recientemente ha tenido un gran desarrollo a causa, por un lado, a la exigencia hacia las autoridades para que ofrezcan razones más sólidas que den sustento a las resoluciones y, también a la necesidad por parte de los abogados de actualizarse en técnicas de argumentación para la mejor defensa de los intereses de sus clientes.

Por eso es tan importante hoy por hoy la argumentación, porque ofrece tanto a los estudiantes de derecho como a los abogados y los funcionarios judiciales conocimientos que les permiten realizar mejor el desempeño de su labor en las distintas áreas en que se desarrollan. Las técnicas y los conocimientos en la argumentación jurídica buscan privilegiar el aspecto práctico y de fondo en la argumentación que en ocasiones se descuida por parte de los estudiosos de esta área del conocimiento jurídico.