Es tanta la belicosidad y prepotencia que acumulan los embriagados líderes de Morena que, a falta de una oposición que les haga una resistencia real, han comenzado a pelear entre ellos por nimiedades y desplantes de poder. Porque sólo así puede entenderse el estridente e inédito pleito que se lanzaron, desde la tribuna del Senado, los dos coordinadores parlamentarios del oficialismo.
Como si fueran gallos de pelea que, a falta de palenque, se abalanzan en la misma gallera, Adán Augusto López y Ricardo Monreal Ávila se soltaron a navajazo limpio acusándose los dos de “corruptos” y de “mentirosos”; enfrascándose en una pelea por dineros que ni siquiera son de ellos, pero que en la borrachera de poder que traen ambos personajes de la 4T, confunden el dinero público con su patrimonio personal y se sienten ofendidísimos, al grado de declararse una guerra pública desde la tribuna legislativa, por un 2% de recorte al presupuesto de los senadores.
Curiosamente el ofendido que abrió fuego, Adán Augusto López, aprobó sin recato la desaparición de los órganos autónomos, a los que les quitan miles de millones de presupuesto o ha avalado los recortes millonarios al INE, al Poder Judicial o al Ifetel o la Cofece, pero un 2% menos para el Senado le pareció una ofensa de tal tamaño que no dudó en subirse a la tribuna, para desde ahí, acusar a su propio correligionario de haber otorgado contratos amañados a empresas fantasma para almacenaje de archivo o mantenimiento de elevadores.
Y la reacción de Monreal, igual de acelerada y de rápida alegando que no recortó el presupuesto del Senado y que, al contrario, les dio 150 millones de pesos más, confirma no sólo la visión patrimonialista que hoy tienen Morena, sus líderes y sus gobiernos sobre el uso del dinero público del que hablan y ejecutan, no como si se tratara de los recursos que pagan los mexicanos como impuestos y contribuciones, sino como un fondo que ellos administran, reparten y disponen a su antojo.
Pero si le faltara algo a la pelea de los dos morenistas, la que se supone que debería controlar a sus gallos, la presidenta Sheinbaum respondió, cuando le preguntaron los reporteros durante su gira por Palenque el fin de semana –en la que jura que no fue a ver a ya saben quién porque “pobrecito está descansando”– que no pasaba nada.
“Es normal, dijo primero la Mandataria, que sólo ante la insistencia de los periodistas hizo un escueto comentario sobre que Adán y Monreal tenían que “mantener la sangre fría” para evitar divisiones internas en su movimiento.
Se ve y se siente tan banal y extraño el pleito entre los dos morenistas, que no faltaron los “sospechosismos” en las redes para sugerir que tal vez el agarrón entre los dos líderes parlamentarios del Gobierno era en realidad una pantalla para tratar de tapar o desviar la atención de una reforma constitucional, que anuncia otro robo más en despoblado para los recursos de los trabajadores.
Y es que, de manera subrepticia, con un debate apresurado en comisiones, la mayoría de Morena aprobó en el Senado el pasado viernes, cambios legales y constitucionales que modifican la esencia y el esquema de Gobierno tripartita que tenía el Infonavit.
Porque ese sí que es un tema que debiera alarmar y alertar a todos los trabajadores que cotizamos y tenemos cuentas de ahorro de vivienda en el Infonavit. Por obra y gracia de la Presidenta, y con el argumento de justificar su ambicioso plan de construcción de un millón de viviendas en el sexenio, los senadores morenistas avalaron y votaron en fast track la reforma que modifica la Ley General del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit), para que ese organismo pueda ser constructor de vivienda con participación, a la par y en coordinación, con actores públicos, privados y sociales.
Y aunque la reforma establece que la dirección del Infonavit –por cierto en manos de Octavio Romero Oropeza, el mismo que dejó a Pemex quebrado, endeudado y sin pagar a sus proveedores–, sólo podrá tomar los “rendimientos” que obtengan las cuentas de vivienda y utilizarlos para construir casas, bajo una nueva figura legal que le crean bajo la figura de una “empresa filial”, que no será considerada paraestatal, el peligro para los ahorros de los trabajadores, según los senadores de oposición, es real, pues se pretende dar facultades extraordinarias a la dirección del Instituto, por encima incluso del Consejo de Administración en donde votan los trabajadores, los empresarios y la parte del Gobierno.
“Claro que queremos que se construyan 2 millones de casas. Claro que estamos a favor de que haya viviendas en renta social. Por eso votamos a favor de la reforma constitucional. Pero no contestaron uno de los argumentos que les dimos. No contestaron que el Artículo 42 le permite al Gobierno disponer de 2 billones de pesos de la Subcuenta de Vivienda. Dinero de los trabajadores, para que nos entendamos”, acusó durante el debate en Comisiones del dictamen, el senador panista Ricardo Anaya.
Así que mientras la mayoría de los medios hablaban del pleito de los engallados Monreal y Adán Augusto, se consumaba una reforma para la que no consultaron a nadie, y que muy seguramente será aprobada esta misma semana por la Cámara de Diputados, para modificar el funcionamiento del Infonavit y poder disponer de hasta 2 billones de pesos que pertenecen a los trabajadores.
Pero eso qué importa, veamos cómo los ensoberbecidos morenistas se pelean por el 2% del presupuesto del Senado… Los dados abren la semana con Escalera Doble. Buenos augurios para los amables lectores en este fin de año.
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