Por: Joel Martínez
El escenario para la Reserva Federal es cada vez más complicado, ya que la inflación muestra señales de ser muy resiliente, lo que es demasiado peligroso con una economía muy fuerte que además recibirá empuje de la andanada de los Trumponomics que están por venir.
La primera gran alerta la mandó el reporte de octubre de la inflación al consumidor estadunidense: la general y subyacente fueron conforme a lo esperado, pero ya no bajan.
La inflación general fue de 2.6% anual, en línea con lo esperado pero arriba del 2.4% anterior.
Por su parte, la subyacente fue de 3.3%, igual a la esperada y a la de septiembre.
Un problema grave lo refleja la persistencia de una inflación muy alta del índice de vivienda, que de hecho, contribuyó con poco más de la mitad del aumento de precios del mes.
Además, casi todos los rubros del índice subieron en el mes.
Es evidente que la inflación en Estados Unidos está en un punto de inflexión que puede ser al alza.
El estatus de esta inflación se da con un crecimiento del PIB de 2.8% en el tercer trimestre y de 3% en el segundo, basado en mucha fuerza del consumo y de la inversión no residencial.
El ritmo de crecimiento viene con mucha potencia: 6.1% en 2021, 2.5% en 2022 y 2.9% en 2023.
Un crecimiento tan sólido no ha significado un rebote notable de la inflación, lo que abre la hipótesis de que hay un aumento de la productividad, debido a la revolución tecnológica que está viviendo Estados Unidos.
Hasta aquí, todo iba bien para la Fed, aunque de manera apretada.
Ahora, la parte de los Trumponomics que sí se puede cumplir, y casi de manera inmediata, es la relacionada con la reducción de los impuestos y la desregulación de los sectores energético y financiero.
El triunfo contundente de Trump y de los republicanos en la Cámaras abre un escenario peligroso para la política monetaria estadunidense.
De hecho, sus mercados ya se tomaron en serio este escenario y los futuros de los fondos federales, aunque aún descuentan el recorte de 25 puntos base (pb) para el Comité de Tasas de la Fed (FOMC, por sus siglas en inglés), ya sólo contemplan dos para 2025.
Es decir, dos menos de los cuatro que tiene el diagrama de puntos de la Fed, que es el gráfico en donde todos los miembros del FOMC ponen sus estimaciones para la tasa de referencia.
La mediana es considerada la guía oficial de la Reserva Federal.
Ayer ya hubo declaraciones de varios miembros del FOMC haciendo un llamado a la precaución y alertando una posible pausa en el ciclo de recortes de la tasa de referencia.
Por ejemplo, Lorie Logan, presidenta de la Fed de Dallas, señaló que se debería proceder con cautela en lo que respecta a nuevos recortes de las tasas de interés para evitar reavivar la inflación sin querer.
“Después de 75 pb de recortes por parte del banco central en los últimos dos meses, la tasa de interés oficial de la Fed está ahora entre 4.50 y 4.75%, justo en la parte superior del rango estimado de la tasa neutral, donde el costo del dinero no actúa ni como viento en contra ni como viento a favor del crecimiento económico.
“Si recortamos demasiado, más allá de la tasa neutral, la inflación podría reacelerarse y el FOMC podría tener que invertir la dirección (.). En estas aguas inciertas pero potencialmente muy poco profundas, creo que es mejor proceder con cautela”.
No se necesita saber mucho de macroeconomía para deducir que los Tromponomics vienen con todo y que la economía estadunidense crecerá con mucho mayor vigor de lo que ya vemos.
Es altamente probable que el banco central estadunidense pause en diciembre y suba su tasa de referencia en 2025.
El canal de alza de las tasas de los “treasuries” ya viene incorporando este escenario y no sería raro ver al treasury de 10 años en 4.60 por ciento.
Obvio habrá daños colaterales para Banxico y su ciclo de recortes y además para las tasas de los bonos “M”.
La euforia ha sido casi siempre equivocada.