Víctor Jesús Martínez, reportero del Universal, publicó el 20 de noviembre de 2010, publicó un reportaje seriado sobre la visita del reportero de ese mismo periódico, Regino Hernández Llergo, al entonces ex-revolucionario Francisco Villa, en su retiro en la hacienda de Canutillo, en el estado de Durango, visita que se realizó del 12 al 18 de junio del año de 1922.
“Ese trabajo periodístico, además de tener valor histórico por retratar la vida cotidiana del caudillo, significó un importante punto de quiebre en la política de la época y que representó, según varios historiadores, la sentencia de muerte para Francisco Villa, quien fue acribillado el 20 de julio de 1923 en Parral, Chihuahua. Al publicarse la entrevista, México vivía una efervescencia política con miras a la sucesión presidencial de 1924.
El poder se equilibraba en torno al “triunvirato sonorense” formado por el presidente Álvaro Obregón y los secretarios de gobernación, Plutarco Elías Calles, y de Hacienda, Adolfo de la Huerta.
Aunque faltaban dos años para las elecciones, se sabía que Álvaro Obregón ya se había decidido a favor de Plutarco Elías Calles, y los grupos oposicionistas buscaban que De la Huerta fuera su candidato presidencial.
En ese contexto, Francisco Villa estaba retirado en Canutillo, con el compromiso de mantenerse en paz durante el gobierno de Obregón.
Había rechazado hablar con periodistas e involucrarse en temas políticos. La entrevista de Hernández Llergo fue la primera que concedió en dos años.
En mayo de 1922, Hernández Llergo consiguió ser recibido por Villa por intermediación de Gonzalo Escobar, jefe de operaciones militares en La Laguna. Junto con el fotógrafo Fernando Sosa, vivió durante una semana en Canutillo, donde el propio Villa y su secretario, el coronel Miguel Trillo, mostraron el funcionamiento de la hacienda y cómo habían logrado hacer autosuficiente una propiedad que el gobierno federal les entregó en ruinas.
Hernández Llergo aclara que, aunque Villa pidió expresamente no tocar el tema político en sus charlas, fue el propio militar quien tocó el tema y dio abundantes declaraciones.
Desmintió por completo el rumor de que estuviera preparando un levantamiento armado.
“El general Obregón me conoce mucho… él no desconfía de mí, sabe que Francisco Villa tiene palabra”.
Sobre Plutarco Elías Calles, asegura que tenía cualidades, pero criticó su radicalismo. Los elogios de Villa se centraron en Adolfo de la Huerta, quien ya había ocupado la presidencia en 1920 y le había concedido la amnistía. “Fito es muy buen hombre, y si tiene defectos, señor, es debido a su mucha bondad.
Es un político que le gusta conciliar intereses de todos, y el que logra esto hace un gran bien a la patria.
Es una buena persona, muy inteligente, muy patriota y no se verá mal en la Presidencia de la República”.
Mañana la continuación de esta reseña. (“La Entrevista que sentenció a Villa” por Víctor Jesús Martínez, El Universal, 20 de noviembre de 2010)
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