En 1971, el economista norteamericano Herbert Alexander Simon, escribió: “Una riqueza de información crea una pobreza de atención y una necesidad de asignar esa atención de manera eficiente entre la sobreabundancia de fuentes de información que podrían consumirla”. Es decir, que con tanta y tanta información, a la cual tenemos acceso, nuestra atención es escasa.
Cada día tenemos acceso a más películas, más series, más canales de streaming, más videojuegos, más redes sociales, más canciones, más noticias, más libros, más videos, más podcast, más revistas, más periódicos, hasta más fotografías, todo ello humanamente imposible de consumir, de aquí el origen de la economía de la atención. Analicemos el caso individual de cada uno de nosotros y seamos sinceros, mientras realizamos alguna actividad, de manera continua estamos verificando las redes sociales, o bien escuchando música, o con el televisor encendido, recibiendo información ya sea visual o auditiva, siendo imposible ponerle atención a toda.
Sólo para tener una idea de las veces en que utilizamos el teléfono, según datos de Apple, cada usuario desbloquea su móvil 80 veces al día, mientras que la estadística de Android se incrementa hasta en 110 ocasiones, y lo más impactante es que la inmensa mayoría de las veces que tomamos el celular, no sabemos para qué lo usaremos.
Los gigantes digitales como Google, Facebook y Amazon se dieron cuenta de que podían obtener la atención de la gente ofreciendo cosas gratuitas, para después venderles más y así obtener mayores utilidades. Por ello, no es raro que mientras estamos viendo reels o videos en alguna plataforma, como Instagram, aparezcan productos, que por cierto hemos estado buscando, a la venta.
La economía de la atención se ha convertido en un aliado del sistema capitalista, mediante el cual los empresarios logran vender más y obtener utilidades, mientras que los consumidores logran satisfacer ciertas necesidades con el consumo de los productos que compran, sin embargo, los objetivos actuales de la economía de la atención no están equilibrados con los objetivos que tenemos como humanos. Ya que al final del túnel se está aplicando el modelo de la economía de la atención sólo para el consumismo.
La solución para que como usuarios o consumidores obtengamos el mayor beneficio de la información es ser cuidadosos en la información que centramos nuestra atención.
Y usted, ¿me puso atención?
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