De pronóstico reservado será el desenlace del enfrentamiento que ahora viven los poderes de la federación Ejecutivo y Legislativo contra el Judicial, dado que en el mismo se mezclan circunstancias legales, políticas y mediáticas, las cuales hacen tambalear para un lado y para el otro este conflicto que sin duda tiene como única causa seguir la ruta que se ha trazado el aún presidente hacia el totalitarismo que siempre soñó y que precisa heredarle a su sucesoria para asegurar su impunidad y la de los suyos.
Y es que existe la real posibilidad de que, ahora que con la ayuda del consejo general de INE logró capturar al Poder Legislativo, estos en colusión con el Presidente le tuerzan el brazo al Poder Judicial, hasta obligarlo a obedecer las instrucciones de la nueva Presidenta. Ahora bien, también cierto es, que los propios ministros serán juez y parte en la decisión de declarar prospera y legal la reforma para modificación del mismo Poder Judicial que amenaza con desmembrar cualquier aspiración democrática de los mexicanos, ya que ineludiblemente serán ellos mismos quienes resolverán las posibles impugnaciones que sin duda llegarán después de su aprobación en el parlamento.
Entonces, el área que resta es la mediática, consistente en las opiniones que se vierten por todo mundo sobre este tema, por lo que quizá sea esta, la que determine si los ministros puedan quedarse o, ante la presión social, abandonar sus puestos. Al ser así, es evidente que la gran desventaja en el área de opinión pública, la tiene el Poder Judicial, ya que, al haberse dedicado todo el tiempo a cubrir y perdonar las ilegalidades de los presidentes, incluyendo las del actual, descuidaron el lado político, con la esperanza de lograr sus consideraciones, o simplemente ante el temor de sus represalias, lo que evidentemente de poco les está sirviendo.
Es decir, que al olvidarse de los justiciables, y dedicarse a brindar seguridad a los gobiernos, ahora el máximo tribunal del país, poco puede esperar de la opinión pública, ya que pudiera ser esta la oportunidad para que el pueblo les recuerde los agravios sufridos con tantas resoluciones adversas, y ejemplos hay muchos: La sentencia dictada en plena crisis del año 1998, cuando declararon legal, el cobro de los bancos de intereses sobre intereses generados; las cuestionadas resoluciones dictadas sobre asuntos como, la caída del sistema, el Monexgate, Lydia Cacho, Guardería ABC, Florence Cassez y los cientos de casos de corrupción de los parientes, amigos y funcionarios del mismo López Obrador, documentados solo en este sexenio y que representan más de 26,000 millones de pesos, que a pesar de la impunidad que le han brindado, ahora les ataca.
En resumen, los integrantes de la SCJN no deben esperar apoyo del pueblo, ya que ellos mismos con sus actuaciones han logrado alejar cada vez más al ciudadano de la Justicia y conceder siempre más canonjías a la clase política, la cual ahora, además de corrupta, les resultó malagradecida. O lo que es lo mismo: “Cosechar lo que se siembra”.
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