En la disputa, ya iniciada, por ver quién controlará a la próxima Suprema Corte y al “nuevo” Poder Judicial, ya se mueven todo tipo de grupos políticos, poderes fácticos e intereses que buscan obtener su tajada de poder en la conformación del sistema judicial que surgirá de las elecciones del próximo 2 de junio.
Y entre las suspicacias, las campañas disfrazadas y las maniobras que ya empezaron, con todo y las muchas dudas y la incertidumbre que rodea a este proceso electoral inédito para la República, hay incluso familias, de las que pueblan el nuevo nepotismo institucionalizado por la 4T, que buscan no sólo continuar influyendo en el Poder Judicial, sino incluso dominarlo y controlarlo desde la Corte y el nuevo Tribunal de Disciplina Judicial, que será algo así como el “Santo Oficio”, la “inquisición” para los juzgadores federales electos, y tendrá el real poder para quitar y poner jueces en el sistema de justicia.
Es el caso de los Batres, donde la aspiración de la actual ministra Lenia Batres, que igual que sus colegas tiene “pase automático” a la boleta electoral, pero tendrá que ganar su elección en junio del 2025. Pero la autonombrada “ministra del pueblo” no va sola en su candidatura, con ella viene el grupo de los duros y el ala más radical de Morena que la impulsa como su apuesta para terminar la “colonización” del Poder Judicial imponiéndola como presidenta de la Suprema Corte y como su “coordinador de campaña” y el cerebro político y operativo de este proyecto político aparece su hermano mayor, el exjefe de Gobierno y actual director del ISSSTE, Martí Batres Guadarrama.
Aunque tiene un encargo oficial y un reto mayúsculo para tratar de enderezar al deteriorado y emproblemado instituto de salud pública que dirige, a Martí Batres se le escucha decir a voz de cuello, en reuniones con sus allegados, que “no se equivoquen, Lenia será la próxima presidenta de la Corte y yo me voy a encargar de eso”.
Quienes han escuchado al funcionario federal hablar con vehemencia sobre su proyecto “familiar”, no dejan de recordar que Martí ya demostró sus dotes de “operador de campañas” cuando, desafiando y derrotando incluso a la actual Presidenta, se lanzó en contra de la candidatura de Omar García Harfuch a Jefe de Gobierno de la CDMX, con todo y “guerra sucia”, y encabezó la rebelión de los duros para apoyar a Clara Brugada y llevarla a ganar la Jefatura del gobierno capitalino.
Y así su efímero gobierno de la ciudad capital, a Martí Batres le importaron más las grillas que los graves problemas de la CDMX que desatendió para volverse jefe de campaña, está claro que ahora los pacientes del ISSSTE, abandonados a su suerte, tendrán que esperar a que el señor director termine de operar su nuevo proyecto político denominado “Lenia presidenta de la Corte” o lo que es lo mismo: La Corte para los Batres.
Ya una vez, culpando a la “inteligencia artificial”, Martí se quiso deslindar de su evidente y burda operación electoral mientras ocupaba un cargo público de la mayor relevancia. Y ya esa vez demostró que, si se lo propone, puede desafiar incluso a Claudia Sheinbaum, que entonces era la candidata oficial y favorita en las encuestas. Habrá que ver si hoy, que la doctora ya es Presidenta y vuelve a ser su jefa inmediata, el director del ISSSTE vuelve a repetir el desafío y a imponer su voluntad o la de quien esté también detrás de su proyecto.
Porque en aquella ocasión, cuando puso en la mira al hoy poderoso secretario de Seguridad federal y mandó a sus francotiradores a disparar sin piedad contra García Harfuch, mucho se dijo que Martí no actuaba solo y que detrás de su apoyo a Brugada estaba la mano de Macuspana. ¿Será que hoy para su nuevo proyecto de colonizar la Corte también trae respaldo desde “La Chingada”?
En todo caso habrá que esperar a ver cómo evoluciona la disputa por el nuevo Poder Judicial que no sólo estará teñido de guinda, sino también tendrá el componente que ahora tanto critican y que usó como argumento reiterado la presidenta Sheinbaum para justificar su polémica reforma y desmantelar al actual Poder Judicial: el nepotismo.
Con familias como los Batres y el resto de los intereses de grupos formales y fácticos que ya se mueven abiertamente por el apetito de controlar el sistema de justicia que vendrá el próximo año, se ve muy claro que no sólo continuarán los mismos vicios judiciales como el nepotismo y la justicia a modo, lo único que cambiarán son los beneficiarios de esa nueva “justicia del pueblo”… Los dados cierran la semana y el mes con una gran Escalera Doble para todos los amables lectores. Llegó diciembre y sus posadas y este 2024 se nos va como agua entre los dedos.
Más sobre esta sección Más en Nacional