Días antes de que se decidiera que Octavio Pimentel Martínez fuera el candidato a la Rectoría de la UAdeC, cuando los precandidatos más mencionados para relevar a Salvador Hernández Vélez eran -en este orden de posibilidades-: Jorge Alanís Canales y el ahora rector, tuve una plática telefónica con el precandidato Pimentel en donde me aseguraba que su principal enemigo era Alanís el entonces tesorero universitario, según mi interlocutor, porque era un “corrupto ladrón”.
En aquella ocasión le dije que me diera una entrevista periodística para que denunciará las corruptelas; incluso le sugerí que con las pruebas que decía tener, la denuncia podría ser la mejor presentación de su candidatura, pues finalmente ningún precandidato a la rectoría, desde la autonomía universitaria hasta ahora, había levantado la bandera de terminar con la corrupción en la Universidad, que es un mal endémico desde que Melchor de los Santos terminó su rectorado en 1978, entregándole la rectoría a Óscar Villegas Rico por órdenes del gobernador Óscar Flores Tapia.
Para evadir su responsabilidad argumentó que los medios y los periodistas nada decían al respecto y que guardaban silencio. Le corregí e hice ver que estaba hablando conmigo, con quien durante décadas ha denunciado las corruptelas de los rectores, razón por la cual fui despedido de la UAdeC cuando era catedrático y empleado, sin liquidación laboral y porque no quise callar mis críticas; ni acepté la Oficialía Mayor de la Universidad, propuesta que me hizo saber Heriberto Fuentes Canales, que en aquel entonces ocupaba el mismo puesto que Villegas Rico me proponía ocupar a cambio de mí silencio. Años después otro ladrón, Jaime Isaías Ortiz Cárdenas me despediría como profesor de los cursos de Postgrado de Enfermería, porque lo criticaba.
Nunca dudé que Octavio Pimentel conocía perfectamente las tranzas y corruptelas de los rectores y de sus colaboradores a quienes no sólo sirvió y ayudó, sino que los defendió y ahora los encubre, pues su “carrera universitaria” la hizo siempre como cortesano de sus diferentes jefes, los rectores en turno, a los cuales alababa para ganarse su simpatía y beneficiarse.
Además, el rector sabía de todos los desvíos por su relación sentimental con una funcionaria de tesorería, Daniela Valdez Barrón, quién era cercanísima colaboradora del extesorero Jorge Alanís. Al interior de la Universidad aseguran que esta funcionaria, como la mano derecha del extesorero, operaba parte de los presuntos desvíos de su antiguo jefe, y que incluso llegó a firmar pagos ilegales de asesorías, compensaciones y obras infladas; también la señalan por presuntamente haber operado también el esquema de “retorno” en donde se hacían pagos inflados y el beneficiario regresaba una parte del pago en efectivo o en depósitos en cuentas.
En su precampaña, Octavio Pimentel presumía frente a propios y extraños de tener una persona en la oficina del tesorero Jorge Alanís que le filtraba la información de los presuntos desvíos, información con la cual Pimentel hacía sus cadenas anónimas de Whatsapp y sus intrigas en restaurantes, sin cuestionar el nivel de complicidad de su infiltrada ni denunciar la corrupción frontalmente.
Aún con todos estos señalamientos, Pimentel nombró a su pareja sentimental como Subdirectora Financiera o “subtesorera”, y en la propia rectoría se comenta que hace funciones de tesorera pues todos los recursos pasan por ella, lo que además de ser irregular y nada ético puede considerarse como nepotismo ya que será con quien se casará el actual rector, quien ha comentado en diversos círculos que le entregó el anillo de compromiso en Europa el verano pasado, y que cuando se casen la hará presidenta de un voluntariado de la UAdeC que creará para allegarse de recursos supuestamente para la Universidad.
Esto me hizo recordar que otro rector, Remigio Valdez Gámez, que le inventó un voluntariado a su hija, con un sueldo privilegiado como los que tienen los favoritos del rector en turno, y todos los secretarios del “gabinete” universitario. Ese voluntariado sólo sirvió para enriquecer a la hija de Remigio, hecho que denuncié en su momento.
Otro caso de presunta corrupción del que Pimentel estuvo enterado de la corrupción, es el de la Coordinación de Administración Patrimonial de la UAdeC, ya que el ahora rector decía a quien lo escuchara que era un área en donde “los laguneros” se habían enriquecido, pagando obras infladas e inexistentes a empresas de aquella región mediante adjudicación directa, y prometiendo a la comunidad universitaria que se quejaba de que la infraestructura era deficiente (baños sin puertas, aulas sin ventanas y planteles sin luminarias), que denunciaría y sacaría a ese grupo.
Pimentel siempre señaló a Lauro Villarreal, actual director de la Comisión Estatal de Aguas y Saneamiento, como el jefe de ese grupo de presuntos corruptos, pero al momento de ser rector justificó que no los denunció y los ratificó en el área diciendo que desde “Palacio de Gobierno le ordenaron no denunciar nada y ratificar a la gente de Lauro en la UAdeC”.
A pesar de todo creí que Octavio Pimentel haría algo por terminar con la corrupción endémica de la UAdeC, al menos como un intento por desligarse de los hechos de corrupción y contener el enojo de los universitarios, cosa que no sucedió porque los Pimentel nunca han sido confiables por sus actitudes de cómplices, intrigosos, desleales y convenencieros para lograr sus objetivos que se circunscriben a tener puestos públicos y manejar recursos.
La formación universitaria de Octavio Pimentel fue de cortesano, servil a sus jefes y cómplice de la corrupción, pues también él hizo negocios en la Universidad, hay que recordar que como director de la Facultad de Sistemas se le acusó en varias ocasiones de hacer negocios con contratos a empresas en perjuicio de su plantel. Octavio Pimentel también ha mostrado a la comunidad universitaria y al círculo político su actitud traicionera y que poco sabe de lealtad política, por eso hace señalamientos que afectan al Gobernador, como los que expuse en la columna pasada; y también comete barbaridades, pues mientras el gobernador Manolo Jiménez se esfuerza por tener una buena relación con la presidenta Claudia Sheinbaum, Pimentel -en diciembre pasado- le otorgó el Doctorado Honoris Causa a José Narro Robles, exsecretario de Salud y exrector de la UNAM, quien está considerado por la 4T como un enemigo.
Política aldeana
Todos los comportamientos, manías y complejos que padece el rector Octavio Pimentel, también los ha mostrado durante 50 años Óscar Pimentel González, su tío y actual secretario de Gobierno, quien es el que lo asesora y además funge como enlace del Gobierno estatal con la Universidad. Por estas mismas actitudes y actuaciones Óscar Pimentel tiene múltiples señalamientos en los diversos puestos en que ha estado, además de mala imagen; por eso fue despedido del mismo cargo que ahora ocupa por el entonces gobernador Humberto Moreira, que lo corrió por la puerta trasera de su gobierno al año de haberlo nombrarlo por operar contra él, y según los cercanos del exgobernador “por sus intrigas, deslealtades y corrupción”.
A Óscar Pimentel otra vez le han nacido sus sueños de poder, y acaricia la idea de convertirse en candidato a Gobernador en 2029 o conseguir una senaduría, y asegurar la reelección de su sobrino Octavio al frente de la UAdeC que los enterados descartan desde ahora, o que sea candidato a alcalde, y para lograrlo -de acuerdo sus cercanos-, Óscar Pimentel mediante su sobrino Octavio está utilizando a la UAdeC para negociar; por ello el rector no denuncia la corrupción universitaria, y busca reproducirla en su administración, a cambio de que apoyen en sus pretensiones a su tío y a él los grupos políticos que le han robaron a la universidad.
Preguntas huérfanas
¿Será cierto que un alto funcionario estatal tiene en su nómina secreta a Rosario Robles Berlanga, a José Narro Robles y a otros que no quieren en la 4T?
¿Por qué el rector Octavio Pimentel presumió hace dos semanas que en la auditoría del año 2023 de la ASE “tan sólo” tuvieron observaciones por 200 millones de pesos y lo comparó con los 800 millones de la auditoría del año 2022, ambos años correspondientes a la administración de Salvador Hernández Vélez? ¿Es parte del encubrimiento de la corrupción que acordaron Óscar y Octavio Pimentel?
¿Por qué los mandatarios dictatoriales como AMLO y Trump exigen colaboradores leales y serviles y no capaces y eficientes?
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