Forma parte de la traza original de Saltillo del lado tlaxcalteca, que hasta hace pocos años se distinguía por el crecimiento de una planta silvestre cuyas flores moradas, amarillas, blancas, rosas y azules engalanaban el paseíllo, lleno de recuerdos y personajes aún de la era moderna de la ciudad.

Mirabilis es su nombre científico y, aunque difícilmente se le ve a la vera del camino como antaño se puede, su nombre queda para la perpetuidad, pues atinadamente se le dio el nombre a un paraje localizado al oriente de la ciudad, el Parque las Maravillas; esta planta ornamental es oriunda de México.

La calle Las Maravillas, hoy conocida como Álvaro Obregón, en homenaje a un presidente revolucionario, forma parte de las casi 100 calles y callejones de la traza más antigua, la original del Saltillo.

En la época bella del Saltillo de ayer, la calle Obregón o “Las Maravillas”, terminaba hacía el sur en unos vagones del ferrocarril del Coahuila y Zacatecas, en los que vivían familias de los ferrocarrileros a la altura de San Lorenzo, un bello paraje que servía de paseo a las familias saltillenses. Hacia al norte iniciaba en la calle de Ramos Arizpe, posteriormente se prolongó más allá de Presidente Cárdenas.

La calle de Obregón y su gente

De la época moderna de esa calle, a mediados del siglo pasado, existió la cantina El Gato Negro, más al norte la Iglesia San José, a cargo del presbítero Carlos Dávila. Residencias como las de don Pedro Torres Casso y Alfonso Ridle Galán, entre otras.

En frente, las oficinas de la SARH y la de las Zonas Áridas; la privada Obregón que aún se yergue orgullosa, ahí donde vivió don Leobardo Silva “El Chaparro”, famoso por ser propietario de varias cantinas, como El Jockey Club, El San Martín, El Cuauhtémoc, El Flamingos, y el popular Restaurante Las Playas, el cual era punto de reunión de los periodistas.

Por ahí vivió también don Manuel Revilla, propietario de la carnicería “La Blanca” y los inolvidables maestros del beisbol, Ramón Mendoza “El Mocho” Juárez y Héctor “Teto” Villalobos. Cerca habitó de niño el exgobernador Humberto Moreira Valdés.

Más al norte, el doctor Felipe Calderón, famoso facultativo, uno de los primeros directores del Hospital Universitario. Así como Ramón Martínez, que por muchos años fue el repartidor de la Coca Cola. Ahí, por la calle Las Maravillas, vivieron el profesor Francisco de la Rosa y su madre. Luis Juárez, dueño de la carnicería La Vaca de Oro, y el C.P.T José Luis Díaz Durón, quien fungió como tesorero del Municipio en la gestión de Eleazar Galindo Vara. Bernardo Mellado “El Nolín”, impresor y gran impulsor del futbol soccer en Saltillo. En Obregón y Luis Gutiérrez, la tienda de abarrotes propiedad de su padre; otros vecinos de Obregón fueron los hermanos Rivera, asimismo Guadalupe Trejo Quiroz, hermano de Juan Trejo, este último famoso abarrotero.

Otra gran tienda de abarrotes fue El Paracaídas, de don Daniel Gaona y su esposa Doña Hortensia Durón.

Por la arteria tenía su domicilio el campeón internacional de box, campeón peso gallo de Norteamérica, Otilio “Zurdo” Galván. El maestro de música y director de orquesta Jonás Yeverino Cárdenas, el cantante y vocalista del Son Yumurí, Carlos Zamora, la sonora saltillense que traspasó las fronteras de nuestro país exitosamente

En Las maravillas vivió José María o Chema “El Chino” Ramírez, excelente deportista de quien se dice que antes de participar en los juegos de futbol; para calentarse le daba 20 vueltas al Estadio Saltillo, también ubicado por Obregón…

También vivieron en ese sector los conocidos homosexuales del Centro Alameda, de Fina y Félix, que les llamaban Julio, con su peculiar cachuchita, y “Chuyito”. Por ese rumbo de las calles de Obregón y Lerdo tuvo su domicilio Antonio Cárdenas, el piloto coahuilense comandante del Escuadrón 201 que participó en la segunda guerra mundial, Lauro Hernández, Isidro del Bosque Morales y Jaime Rangel la maestra Zertuche, el doctor Carlos Siller Villarreal, con sus tres hermanas solteras. El licenciado Luis Hernández Elguezabal.

El conocido abogado Arturo Sotomayor “El Pájaro”, también fue vecino de la calle Obregón, así como don Jorge Martínez Dam y su esposa Virginia Morton.

En el terreno que ocupa ahora el Hotel Alameda estuvo el famoso Salón Versalles, lugar donde se efectuaban bailes los sábados y domingos, propiedad de Francisco Di ‘Stéfano.

Al sur de la residencia, que fuera del maestro Don Ismael Fuentes, un abarrotero muy popular, Margarito Fraustro “El Muñeco”, quien tuvo su tienda en la esquina de Venustiano Carranza (ahora Manuel Pérez Treviño) y Obregón. “El Muñeco” fue directivo en la Sociedad Mutualista Manuel Acuña y por su natural alegría, deseos de vivir o simplemente divertirse, organizaba los tradicionales bailes rancheros, junto con don Mario Ortiz Rodríguez, quienes pagaban horas extras a las orquestas que amenizaban el baile para terminar ya con la luz del día.

Asimismo, Arnoldo García Aguirre, propietario de la famosa cantina El Ocho Negro, junto a puesto de tortas propiedad de un señor de apellido Revilla.

Al sur de la calle de Aldama, vivieron algunos personajes famosos como el profesor Eutimio “Timo” Cuéllar, la señora Pepita Medrano de Valle Arizpe, Alfonso Orta, esposo de Sara Canales; Leopoldo Canales y su esposa Agripina Dávila.