París, Francia.- El húngaro Kristof Milak logró acallar el ensordecedor ruido que reina en la piscina de La Defense Arena con una sensacional actuación en las semifinales de los 200 mariposa, que pone en duda que Léon Marchand pueda lograr los cuatro oros que se ha propuesto lograr en los Juegos Olímpicos de París.

Una tarea ya de por sí titánica ya que para ello el nadador francés tendrá que imponerse en la jornada de este miércoles en la finales de los 200 mariposa y los 200 braza que se disputarán con una diferencia de algo menos de dos horas.

Doblete inédito que parece empeñado en hacer fracasar el húngaro Kristof Milak, el plusmarquista mundial de los 200 mariposa, que demostró que los casi diez meses que permaneció alejado de las piscinas, a las que regresó el pasado mes de abril, saturado de la natación no han mermado lo más mínimo su descomunal talento.

Si en las series matinales el nadador magiar, vigente campeón olímpico, ya fue el mejor con un tiempo de 1:53.92 minutos, en las semifinales vespertinas lanzó un serio aviso a todos sus rivales al nadar en un crono 1:52.72, la mejor marca mundial del año.

Setenta y ocho centésimas menos que Léon Marchand que se impuso en la primera semifinal con un tiempo de 1:53.50 para delirio del público presente en la piscina olímpica y que minutos después enmudeció con la exhibición del nadador húngaro.

Es cierto que podría decirse que el francés, que ya sabe lo que es subir a lo más alto del podio en estos Juegos tras ganar los 400 estilos se reservó para las semifinales de los 200 braza que disputó mas tarde, pero lo cierto es que Milak sembró las dudas sobre si Marchand podrá lograr o no el reto que se ha propuesto.

Mucho más factible parece que el nadador galo se cuelgue el oro en los 200 braza, tras lo visto este martes en unas semifinales en las que Léon Marchand pese al esfuerzo realizado dos horas antes en los 200 mariposa logró el mejor registro de todos los participantes.

Marchand, que se impuso en la segunda semifinal con un tiempo de 2:08.11 minutos, aventajó en 46 centésimas al australiano Zac Stubblety-Cook, el vigente campeón olímpico, que ganó la primera semifinal con un crono de 2:08.57.

Una final del doble hectómetro braza en la que no estará de manera sorprendente el chino Haiyang Qin, el plusmarquista universal de la distancia, que cayó eliminado en las semifinales tras nadar en unos discretos 2:09.96 minutos, cuatro segundos y medio más que su récord del mundo.