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Coahuila

José Vasconcelos

Por Otto Schober

Hace 4 segundos

Pocos saben que José Vasconcelos vivió en Piedras Negras. Esto consta en su autobiografía titulada “Ulises Criollo”. Su padre era el comandante del resguardo aduanal en el Sasabe, Sonora, donde los norteamericanos los echaron porque afirmaban que la aduana estaba en su territorio.

De ahí viajó a El Paso del Norte, luego a Ciudad Porfirio Díaz, hoy Piedras Negras, a la que Vasconcelos llamaba con orgullo: Mi pueblo.

Vivió en una casa de dos pisos en la esquina de las calles Juárez e Hidalgo, que se destruyó para permitir las instalaciones de la Puerta de México y su casa hoy estaría en plena calle Hidalgo, frente a donde estuvo el famoso restaurante El Óscar.

La primera casa, que no fue ésta, tenía una gran sala y cuatro recámaras, una para él, donde manifestó su miedo a la oscuridad y la sensación de animalillos recorriéndole el cuerpo durante la noche.

A su padre le pareció poco la escuela Modelo y prefirió pagar a un maestro particular, pero él prefería asolar los hormigueros y nidos de arañas, al no encontrar víboras de cascabel que matar.

Tuvo su primer amor en Laura. Le gustaban las tortillas de harina y el clima extremoso que permitía tener las puertas abiertas. Afirma ser testigo de la inauguración del edificio de la Aduana, donde debe haber un error, porque no corresponde con su edad, ya que fue inaugurada casi al final del siglo 18, dice que le llamó la atención los ¡Vivas! al caudillo que él desconocía y que resultó ser Porfirio Díaz.

En Eagle Pass asistió a la escuela elemental, porque a pesar de tener una marcada prosperidad, se consideraba que no había escuelas buenas y vivió una muy pequeña temporada en la vecina población. Todos los días cruzaba el puente internacional porque habían conseguido una casa aceptable en la esquina de Juárez e Hidalgo frente a la plaza principal, ocupando la planta baja.

Era desconfiado al cruzar el puente, creyendo que se podía caer. Le agradaba bañarse en el patio en la época del calcinante calor, las fiestas patrias, los carnavales y las batallas de flores en la primavera.

Como estudiante le tocó levantar el plano de la ciudad, hasta que finalmente la familia se mudó a Campeche.

Vasconcelos volvió a Piedras Negras como candidato a la Presidencia de la República, que narra en su libro autobiográfico “El Proconsulado”, donde contradijo aquello de que nadie es profeta en su tierra, donde tuvo una de las más efusivas y animadas recepciones de toda su gira.

En la estación de ferrocarril la gente llenó la explanada para recibirlo, buscó hospedaje en el Hotel Internacional, al que conocemos como el Hotel del Ferrocarril, pero se quedó en la casa de “Tocho” García, su compañero de infancia, tuvo un emocionado discurso en la plaza principal, visitó su vieja casa donde ahora estaba una farmacia.

Al día siguiente partió a Monclova y nunca más volvió a su pueblo. En la actualidad, sólo dos sitios orgullosamente llevan el nombre de José Vasconcelos: En 2000 la biblioteca federal número 4 ubicada en la Casa de la Cultura y el antiguo Cinelandia que dejó de funcionar en 1991, se transformó en auditorio en 2010, frente a la Gran Plaza.

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