Tecnología
Por Agencia Reforma
Publicado el domingo, 7 de marzo del 2021 a las 10:27
Monterrey, NL.- Uno de los sueños de Janet Gutiérrez es cocrear una aplicación de celular en la que cada persona, según su edad, peso, padecimientos, etcétera, pueda obtener una lista de alimentos que le facilite tomar decisiones más inteligentes para mantenerse saludable.
Y en un futuro no muy lejano podría hacerse realidad, porque esta joven científica regia ha dedicado las últimas dos décadas a descifrar la interacción entre la salud y los alimentos: sus principios activos, cómo se transforman al procesarlos y cómo se relacionan con nuestros genes para prevenir o tratar enfermedades.
A sus 42 años se encuentra en el Nivel III del Sistema Nacional de Investigadores, logro que muy pocos alcanzan, y aun más meritorio a su edad.
También obtuvo el Premio de Investigación 2020, el máximo galardón que la Academia Mexicana de Ciencias otorga anualmente a investigadores menores de 43 años, con una trayectoria de trascendencia nacional e internacional.
Janet Alejandra Gutiérrez Uribe podría pasar por una chica universitaria, sencilla, risueña y afable.
Es delgada, no muy alta, de grandes ojos café, rostro maquillado ligeramente y cabello lacio castaño oscuro con apartado por un lado.
Desde hace tres años y medio vive en Puebla, y es directora del Departamento de Ciencias de la Región Sur del Tecnológico de Monterrey.
Le fascinan las ciencias exactas, y cuenta que desde niña supo que quería ser ingeniera.
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Sin embargo, hoy me dedico más al área de ciencias naturales, y me doy cuenta que es porque hay muchas cosas que ocurren en la naturaleza que necesitan una explicación matemática y que, afortunadamente, con el avance de la tecnología se está dando”.
Janet estudió la carrera en Ingeniería en Industrias Alimentarias en el Tec, y dice que su curiosidad científica despertó desde su infancia.
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Yo fui una niña muy preguntona, que todo cuestionaba: ¿Por qué se cocía la yema del huevo? ¿Por qué la fibra del jugo se iba para abajo?, y mi mamá (Alma Rosa Uribe, enfermera de profesión) me mandó anticipadamente al kínder, ja, ja, ja”.
De esa manera, dice, ya no le preguntaría sólo a ella y a su hermano menor, Rodolfo.
Las que no se libraron fueron sus muñecas, a quienes a diario les explicaba lo que aprendía. Así nació su gusto por la docencia.
Su padre, el doctor Rodolfo Gutiérrez Nava, afirma que su hija tenía muy clara su vocación.
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Era una niña alegre y activa que siempre andaba investigando. Yo creo que desde la secundaria tenía bien definido su proyecto de vida.
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Es muy inteligente y dedicada. Estuvo becada por el Tec desde la preparatoria hasta el doctorado y ha ido sumando logros científicos con gran sentido de responsabilidad y valor humano”.
Brenda Alvarado, una de las amigas de Janet desde la secundaria, comparte que es divertida, solidaria y con gran capacidad de equilibrar su vida personal, familiar y laboral.
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Busca la excelencia y aporta sus conocimientos en beneficio de la comunidad”.
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Mientras estudiaba Ingeniería en Industrias Alimentarias, Janet dimensionó el fuerte impacto de los alimentos en la salud.
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Más allá de las etiquetas y el contenido nutrimental y de carbohidratos y proteínas, hay otras moléculas que están en concentraciones de una en un millón, o a veces hasta menos, que cuando uno las consume tienen un efecto potencialmente benéfico contra algunas enfermedades crónico degenerativas.“
Por eso, a mitad de la carrera me quería cambiar a Medicina, y mi papá me convenció de que no, que mejor después estudiara un posgrado, y estudié Ciencias con especialidad en Biotecnología, arrancando con esta línea de investigación en el Tec”.Janet realizó, luego, una pre estancia doctoral en el Centro de Biomedicina de la Universidad de Texas A&M, en Houston.
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Ahí tuve interacción con muchos centros de investigación, y eso me ayudó a reflexionar en que hay muchos avances en el conocimiento de las enfermedades, y que pudiéramos prevenir con alimentos, en lugar de pensar en medicamentos una vez que se reflejan los síntomas.“
Al mismo tiempo estaba tramitando mi tesis de maestría para ingresar mi primera solicitud de patente, y fue cuando dije: ‘Mejor regreso a México para hacer mi doctorado, darle seguimiento a la patente y seguir investigando sobre los alimentos mexicanos y el enfoque de la salud'”.Así que Janet cursó el doctorado en Ciencias de Ingeniería con especialidad en Biotecnología, en el Tec, y por las relaciones de la institución con centros internacionales de investigación, realizó otras estancias en los institutos John Hopkins y Texas A&M, que le permitieron robustecer su trabajo científico.
Además de identificar compuestos químicos con efectos antioxidantes, anticancerígenos, anticolesterolémicos y/o antimicrobianos en alimentos como maíz criollo, frijol negro, agave, nopal y aguacate, ha logrado importantes avances en la identificación de los mecanismos moleculares involucrados.
Lo anterior se traduce en más de 16 patentes que le han otorgado en México, Estados Unidos, Canadá y otros países, en su visión para la aplicación comercial de compuestos extraídos de los alimentos o de los subproductos, al procesarlos, y en estrategias innovadoras para desarrollar proyectos vinculados con la industria o el fomento de nuevas empresas.
Sergio Serna, catedrático del Tec, subraya que Janet es una de las científicas más relevantes en fitoquímica, no sólo en México, sino a nivel internacional.
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Fue mi alumna en carrera, maestría y doctorado, y por su gran trabajo, hace unos 20 años pudimos incursionar en una línea de investigación de compuestos naturales con potencial para prevenir y tratar el cáncer.“
Lo que más le ha interesado es la investigación con el fin de mejorar la calidad de la salud humana, y alcanza lo que se propone porque es sumamente inteligente, trabajadora y con don de gentes”.Janet ha publicado más de 110 artículos, con más de 2 mil 400 citas, tanto en Norteamérica, como en Europa, Asia y África.
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Ver el mapa en donde citan mis trabajos me da satisfacción, porque quiere decir que están reconociendo el valor de los alimentos mexicanos”, menciona sonriente.***
Desde el 2018, Janet pertenece a la comunidad de jóvenes científicos del Foro Económico Mundial, y uno de sus proyectos se enfoca en trabajar con comunidades productoras de maíces criollos, para utilizar algunos de sus compuestos -que actualmente se desechan- como fuente de fibra en productos diferentes a la tortilla.
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Si tú buscas sueros antioxidantes, el compuesto activo es el que contiene el maíz y, por lo regular, se desecha en su transformación hacia masa o tortilla”.Janet trabaja con los agricultores para fomentar la economía circular y agregar valor a lo que antes se tiraba y contaminaba esas regiones, con la idea de mejorar los ingresos de los pobladores y el uso de los recursos naturales.
Otra de sus investigaciones está relacionada con el frijol negro, cuyos compuestos activos (flavonoles) son capaces de inhibir el crecimiento de células tumorales.
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Estos compuestos podrían encapsularse, ponerlos en un suplemento y, eventualmente, desarrollar un medicamento para que las personas con cáncer tengan otras alternativas a la quimioterapia, no para quitar los tratamientos que existen, sino para coadyuvar, sobre todo para los efectos adversos de la quimioterapia”.También ha trabajado en la identificación de elementos antimicrobianos en las semillas de aguacate para mejorar el tratamiento de residuos, y tiene otra patente de compuestos anticancerígenos en el agave.
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Cuando analizamos un crecimiento tumoral vemos, además, que está relacionado con el colesterol, y hemos ido avanzando en descubrir compuestos para reducir los efectos adversos en la obesidad, en particular, lo que tiene que ver con el daño hepático derivado de la acumulación de lípidos”.***
Antes de dormir, Janet revisa en su agenda los pendientes para el día siguiente, después de tomar una taza de café y charlar con Tomás, su esposo.
También reserva espacios para las compras del supermercado o para leerles cuentos a sus hijos Mateo y Aura, de 10 y 7 años, respectivamente.
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Eso sí, el fin de semana trato de dedicarme completamente a mi familia, es como un ‘refresh’ para empezar la semana con ideas nuevas.“
Mi problema es que quiero hacer muchas cosas, y hubo un año crítico para mí, tras el que me pinté el cabello de azul nada más para recordarme que no debo saturarme de esa manera, y me sirvió, ja, ja”.Janet ofrece conferencias e inspira a niñas y jóvenes a hacer realidad sus sueños.
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Para mí ha sido sorprendente saber que, en nuestro país, las mujeres dedican al hogar 9 horas al día, en promedio, y que México es donde ellas dedican más tiempo a su casa; eso debe cambiar.“
El trabajo doméstico es una colaboración entre la familia, y las mujeres necesitan formar generaciones independientes y realizarse en lo profesional”.Ana Sol Herrera, amiga de Janet, dice apreciar el balance que ejerce entre su brillante carrera científica, sus responsabilidades crecientes y el disfrute de su familia y de la vida.
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Es de las personas que sabe divertirse y con la que puedes contar cuando tienes algún problema.“
Estamos súper orgullosos de sus logros, y vamos a seguir escuchando más su nombre y en más foros”.Hasta antes de la pandemia, Janet viajaba continuamente a Monterrey, por sus alumnos de posgrado del Centro de Biotecnología del Tec.
Ahora se comunica con ellos en línea, igual que con sus estudiantes de Toluca y Puebla.
Es una maestra exigente y solidaria a la vez. Gran parte de sus exalumnos de doctorado pertenecen al Sistema Nacional de Investigadores.
Uno de ellos es Daniel Guajardo, profesor del Tec y socio de Janet en una empresa que desarrolla ingredientes alimenticios para potenciar la salud.
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Ella está rompiendo paradigmas”, enfatiza Daniel, “está abriendo camino a nuevas generaciones en la ciencia porque es visionaria, líder e inspiradora.“
Es un referente a nivel nacional e internacional en el tema de la salud y los alimentos”.Janet es una fuerte creyente de que desarrollando científica y tecnológicamente a un país se impacta a la sociedad en general.
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No hay problema que no pueda ser resuelto con ciencia y tecnología, empezando por la educación.
Y mi sueño es que la información que hemos generado en los últimos 20 años permita una alimentación personalizada y saludable, sobre todo a base de alimentos del País.
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Deseo que nuestra diversidad sea la fuente de salud de los mexicanos y del resto del mundo”.
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