La inteligencia artificial es la rama de la informática jurídica que realiza con máquinas las diferentes tareas que pueden realizar las personas aplicando su pensamiento, su experiencia y su razonamiento. Es la automatización de acciones que vinculadas con el conocimiento humano, como la solución de problemas, la toma de decisiones y el aprendizaje aplicado a los procesos. La inteligencia artificial debe ser capaz de simular situaciones vinculadas con la inteligencia humana.
Un sistema inteligente presenta un comportamiento similar al comportamiento humano cuando se presenta una situación idéntica.
Los sistemas inteligentes ya cuentan con la capacidad de analizar el entorno y actuar en forma autónoma y esto lleva diversas consecuencias desde una óptica tecnológica y jurídica. En los trabajos del Congreso Internacional de Derecho de la Facultad de Jurisprudencia, en equipo con la Federación Iberoamericana de Abogados, el pasado mes de abril, uno de los temas de la agenda que más interés causó entre la comunidad estudiantil fue el de inteligencia artificial, presentado por el funcionario judicial de la provincia argentina de Tucumán, Marco Rossi.
Para dar continuidad a este importante tema que incide en el Derecho, esta semana en la misma Facultad de Jurisprudencia presentamos al docente universitario de la Máxima Casa de Estudios, Carlos Josué Lavandeira Portillo, quien se desempeña como director adjunto de Innovación y Conocimiento del Infotec México, Centro Público de Investigación del Gobierno, que contribuye a la Transformación Digital de México a través de la investigación, la formación académica y el desarrollo de productos y servicios de tecnologías de la información y la comunicación, alcanzando abarcar al sector público y privado para habilitar caminos hacia un México moderno y de inclusión digital.
El aprendizaje máquina depende de los datos disponibles para el entrenamiento de modelos para uso del aprendizaje, en los trabajos y en las actividades cotidianas. El ejercicio del derecho cambia con los avances de la tecnología y se expresa en el derecho digital, en la protección de datos, la propiedad intelectual, el ciberderecho y la ciberseguridad, con sus vacíos normativos y sus respectivas áreas de oportunidad de igual manera que en materia del acceso a la justicia, la eficiencia en la gestión de documentos y la investigación legal, la automatización de tareas rutinarias, la predicción de resultados a través del análisis de datos históricos y los patrones en sentencias judiciales, la responsabilidad en caso de errores de los sistemas automatizados, la necesidad de garantizar que la inteligencia artificial no reproduzca sesgos existentes y la protección de la privacidad y la confidencialidad de los datos sensibles.
En el tablero de aplicación de la Inteligencia Artificial, el problema no es que esta supla el trabajo de las personas, el asunto es que las personas que utilicen la inteligencia artificial adecuadamente suplirán a quienes no tengan la posibilidad de aplicarla; por eso los retos por resolver son los sesgos humanos, los retos éticos, la integridad de los datos, la protección de la privacidad, la garantía de la justicia y el acceso a las tecnologías de la información y la comunicación como habilitadoras de los derechos humanos para descubrir y redescubrir lo que el Derecho es y será.
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