Monclova
Por
Aníbal Díaz
Publicado el lunes, 10 de marzo del 2025 a las 04:06
Monclova, Coah.- El coordinador de la Unidad Norte de la UAdeC, el ingeniero Luis Carlos Talamantes, lamentó el fallecimiento de una alumna de la Escuela de Bachilleres Urbano Riojas Rendón, de Nueva Rosita, quien pereció en un accidente tras presuntamente irse ‘de pinta’.
Previamente trascendió que la mañana de este viernes 07 de marzo, Valeria Ferniz, quien tenía 17 años, conducía una camioneta en la que volcó junto a Enrique García, luego de que no asistió a clases en la preparatoria citada -que pertenece a la Unidad Norte de la UAdeC.
La jovencita salió disparada del vehículo, sufriendo un traumatismo craneoencefálico severo, y mientras fue llevada a un hospital, perdió la vida la noche del mismo viernes.
“Lo lamentamos enormemente, es una situación que por todos lados nos duele, nos afecta y le damos la condolencia a todos los familiares”, mencionó Talamantes, sobre el hecho.
En este mismo contexto, el entrevistado sugirió que los estudiantes de la UAdeC permanezcan en las instalaciones, durante sus clases.
“La sugerencia nuestra como directivos, es que permanezcan todo el tiempo que tengan que estar en nuestras unidades académicas, así están totalmente protegidos”, sostuvo.
Se le inquirió a Talamantes si en el caso del campus Monclova es usual que se registre la problemática de jóvenes que no entren a sus clases, a lo que replicó que resulta difícil tenerlos ‘encerrados’, sobre todo cuando se trata de estudiantes que ya son mayores de edad.
“Es muy difícil tenerlos encerrados, sobre todo ya cuando son licenciaturas, porque como ya son mayores de edad, ellos deciden a qué horas entran, a qué clase entran, y el campus está abierto, entran y salen”, refirió.
Las personas que pierden a sus cónyuges se llaman viudas, los menores que pierden a sus progenitores se llaman huérfanos; pero el dolor de los padres que pierden a un hijo -en el sentido literal y figurado- no tiene nombre.
La inesperada muerte de Valeria, la destacada estudiante de preparatoria, ha causado un dolor irreparable en sus padres, Edith y Enrique, conocidos habitantes de la Región Carbonífera.
La irreparable pérdida de la menor de edad, quien se distinguía por su eterna sonrisa, conmocionó a la comunidad en general, tras constatar lo frágil que es la vida.
Durante el viernes se realizó una cadena de oración y se activaron las redes sociales con fotografías de veladoras encendidas suplicando “Un milagro para Valeria”, pero el llamado de Dios estaba escrito, durante la noche cerró sus ojos para ya no despertar jamás.
“Con todo el dolor de mi corazón, Dios quiso tener a su lado a una de mis tres hermosos ángeles para que esté a su lado…me harás una falta enorme cada mañana con tus ocurrencias, con esa sonrisa que te despertabas….Espero que Dios te reciba feliz porque en la tierra nos dejas un vacío grandísimo, te me adelantaste en el caminó mi pechocha no lo entiendo, no lo comprendo pero tengo que aceptarlo. Te amo con todo mi corazón, un besote hasta donde estés!!! Jamás podré olivarte…”, son las palabras que escribió la profesora Edith Hernandez, madre de la menor.
Aunque son muchas las condolencias, hay tan pocas palabras de consuelo disponibles, que el idioma se ha olvidado incluso de reservar un sustantivo para quienes ven morir a sus hijos
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