Manolo Jiménez Salinas, Gobernador constitucional del Estado de Coahuila, dará este próximo 30 de noviembre su primer Informe de Gobierno.
¿Y que puede informar Manolo?
Yo creo que para una persona, un político, un servidor publico como él, con su trayectoria y sus acciones consumadas, dar un informe de este tipo, debe ser mucho más fácil, que para la muy lamentablemente gran mayoría, de los políticos de lo que se ha convertido en el surrealismo político mexicano, donde los informes de Gobierno de todos los niveles, -casi sin excepción-, son falsedades, simulaciones, verdades a medias o descaradas mentiras, que no tiene ya ni caso mencionar, porque son tantas, que se podría editar con ellas una enciclopedia completa del arte de mentir sin conciencia ni remordimientos, y con una cínica sonrisa en la boca.
Manolo simplemente tiene que informar algo muy sencillo y claro: “Solamente la verdad, toda la verdad, y nada más que la verdad”.
Aunque lógicamente siempre habrá quejas y disensiones de los adversarios políticos de los funcionarios, Manolo, en todos los puestos que ha ocupado en su larga y profusa trayectoria, a eso nos ha tenido acostumbrados a los saltillenses primero, y ahora a todos los coahuilenses; a decir la verdad, palpable y constatable.
¿Pero entonces, para puntualizar exactamente el termino en sus alcances y limitaciones, ¿Qué es la verdad?
Analizándola etimológicamente, en latín la palabra usada es “veritās”, de la cual deriva la palabra española verdad. En griego el término usado es “alétheia”, cuyo significado es: sin velos, desvelada. La verdad es la coincidencia entre lo que se piensa, se dice, se cree, se hace, y lo real. La verdad es un valor que implica mantener la veracidad en las palabras y en las acciones.
Decir la verdad puede hacer que las personas se sientan más cercanas y humanas, y que se relacionen mejor con quienes quieren o con quienes tienen un proyecto en común. Decir la verdad es una forma de empatizar y construir relaciones fuertes y duraderas. Eso es llanamente lo que logra un político o funcionario con vocación real y verdadera, y de esa manera se obtiene el respeto y cariño de su pueblo por y para siempre, y por lamentablemente ser tan pocos los ejemplos de este caso, no me canso de mencionar lo que sucede con el exgobernador don Enrique Martínez y Martínez, quien por comportarse de la manera descrita líneas arriba, es capaz de mantener esas relaciones fuertes y duraderas en su vida personal con sus amigos, y en lo publico con el pueblo en general. Eso es lo que de corazón le deseo a Manolo Jiménez Salinas, y tengo razonable fe en que así lo logrará, Manolo no le ha hecho caso al “canto de las sirenas”, y se mantiene firme en su personalidad de siempre, sencillo, empático, sonriente, de fácil acceso, afable y humano, además de otras múltiples características positivas, que le darán paz y felicidad durante toda su vida, incluso cuando se aleje del servicio público. En este sentido, además del ejemplo político de don Enrique, tiene en su estrecho entorno el de su padre, el ingeniero Manuel Jiménez Flores, quien es bien querido y respetado sin excepción, por todos aquellos que le conocemos, y en todas las decenas de años que tenemos de conocernos, jamás he oído a nadie que mínimamente se exprese mal de él. Yo creo que esa es una de las maneras más claras y significativas de ser un triunfador en la vida.
Para Sócrates la verdad se identifica con el bien moral, esto significa que quien conozca la verdad no podrá menos que practicar el bien. Saber y virtud coinciden, por lo tanto, quien conoce lo recto actuará con rectitud, y el que hace el mal es por ignorancia, o carencia de valores, honorabilidad y dignidad.
Filosóficamente, cuatro factores determinan la veracidad de una teoría o explicación: congruencia, consistencia, coherencia y utilidad. Una teoría verdadera es congruente con nuestra experiencia de la realidad, es decir, se ajusta a los hechos.
Eso es lo que seguramente expondrá Manolo en su primer informe de Gobierno, acciones y obras congruentes, consistentes, coherentes y útiles. Hacer más con menos, con menos apoyo federal y menos recursos económicos, y mantener lo que en primera instancia deseamos fervientemente los coahuilenses, seguridad y estabilidad, y hasta ahorita se ha cumplido con creces con ese compromiso.
Y para muestra un muy significativo botón, en mi opinión, único en su tipo en nuestro país, y ejemplo a nivel nacional. Hace poco mas de una semana, el Gobernador inauguró el Arco de Seguridad Carretero instalado sobre la carretera Monterrey-Saltillo, en los límites entre Coahuila y Nuevo León, en Ramos Arizpe. Esta obra, bautizada como el Arco de Seguridad “Kimberly”, representa una inversión estratégica de 9.2 millones de pesos, es una infraestructura de alta tecnología diseñada para garantizar un control eficiente del tránsito vehicular y prevenir actividades delictivas. Este Arco es parte de una inversión histórica de 700 millones de pesos, destinada a fortalecer la seguridad en el estado, y serán ocho los arcos de seguridad que se instalarán en puntos estratégicos fronterizos de la entidad para mantenerla blindada.
Este próximo 30 de noviembre, Manolo tendrá la responsabilidad y el honor a nivel estatal, de emular a uno de nuestros grandes héroes patrios, el primer presidente de la Nación, Guadalupe Victoria, quien el 1ro de enero de 1825, pronunció su informe de Gobierno ante el pueblo de México.
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