Seguridad
Por
Agencia Reforma
Publicado el jueves, 6 de marzo del 2025 a las 07:36
Guadalajara, Jal.- Ataviado con una playera negra de la banda de metal Slipknot, Gabriel Alejandro se paró frente al espejo.
Tenía el rostro parcialmente cubierto con una tela y usaba guantes de medio dedo. Levantó una hacha hasta posarla en su hombro derecho y se tomó una fotografía con su celular.
Usó Facebook para publicar la imagen junto con el mensaje “Hoy es el día”.
A las 17:20 horas del 6 de marzo de 2024 -hace un año- Gabriel llegó a la UTEG Plantel Olímpica.
En el centro universitario, ubicado en el Bulevar Marcelino García Barragán, había por lo menos 200 estudiantes en clase.
El sujeto de 20 años irrumpió en el área administrativa portando, además del hacha, tres cuchillos. Ahí privó de la vida a dos trabajadoras -Blanca Lilia y Ana Gabriela-, y dejó herido a un coordinador académico.
La alerta sobre el ataque llegó a las autoridades locales a través del 911.
Algunos empleados se encerraron en una habitación para resguardarse mientras llegaba la ayuda. Al principio había incertidumbre, ya que se creía que el agresor portaba armas de fuego.
Un profesor sacó a sus alumnos del salón y les pidió encerrarse en la biblioteca tras detectar la amenaza.
La alerta ciudadana motivó una fuerte respuesta de parte de la Comisaría de Guadalajara, cuyos oficiales encapsularon y sometieron a Gabriel. El sujeto tapó con sillas la entrada a un aula e intentó atrincherarse, pero fue detenido.
El maestro sacó a sus estudiantes por el bulevar y los llevó hasta el estacionamiento de una tienda de autoservicio para ponerlos a salvo.
Mientras la movilización policial continuaba en el plantel, a las 20:40 horas se descubrió otro asesinato.
En una habitación del Motel Gran Vía, ubicado en Avenidas Circunvalación Agustín Yáñez y 16 de Septiembre, fue localizado el cadáver de una mujer más.
El crimen tenía el mismo autor.
Las imágenes del sistema de circuito cerrado confirmaron que Gabriel estuvo en el cuarto donde fue hallada la víctima, identificada después como Mónica Abigail.
Durante un análisis de redes sociales, la autoridad encontró elementos que anunciaban la masacre.
Luis Joaquín Méndez Ruiz, entonces Fiscal de Jalisco, dijo que había información de que el joven pertenecía a un grupo en el que compartían historias de crímenes por fanatismo.
En su perfil, además, había referencias al homicidio registrado en 2019 en Sao Paulo, Brasil, que terminó con ocho muertos y decenas de heridos.
La masacre en la UTEG abrió en la Ciudad una herida. Especialistas urgieron a atender la salud mental de los jóvenes y a combatir la violencia de género que tiene entre sus factores la desigualdad y la falta de valores.
Gabriel fue llevado a Puente Grande para responder por los cargos de feminicidio y tentativa de homicidio.
En la sala 14 de los juzgados de Oralidad se mantuvo inmutable cuando escuchó a un juez imponerle un año de prisión preventiva, mientras el proceso en su contra avanzaba a la siguiente etapa.
El autor de la masacre en la UTEG, sin embargo, no llegó a juicio.
El 5 de agosto de 2024, Gabriel tendía su ropa en un segundo piso, dentro de Reclusorio Metropolitano, pero se arrojó al suelo.
Personal penitenciario alcanzó a llevarlo con vida al Hospital Civil de Guadalajara, donde murió a las 19:55 horas.
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