Monterrey, NL.- La historia de celos que se escribió en las aulas de la Facultad de Psicología de la UANL, propiciada por una estudiante francesa que estaba de intercambio en Monterrey, y que derivó en el asesinato de un alumno, por fin llegó a su término.

Luego de un año y medio de que los celos lo orillaron a quitarle la vida a su amigo y compañero de universidad, presuntamente por relacionarse con la mujer que le gustaba, el joven de 23 años Marcelo Laguarda Dávila fue encontrado culpable del delito de homicidio calificado con todas las agravantes.

Castro Santillán, de 22 años, fue encontrado el 21 de abril asesinado a golpes frente a las puertas de la empresa ferroviaria Kansas City Southern, en la Avenida Manuel L. Barragán, muy cerca de Ciudad Universitaria, aunque lejos del campus donde estudiaba.

Víctor Castro Santillán era alumno de excelencia en la UNAM, campeón internacional de guitarra clásica, dominaba tres idiomas y era maratonista.

Márcelo Laguarda Dávila, hijo del ex tesorero de Ramos Arizpe durante el periodo de Ernesto Saro, y contralor en la administración de Ricardo Aguirre, fue detenido el 15 de septiembre en Monterrey, y luego de más de un año fue encontrado responsable del homicidio.

La historia

Durante su estancia en España, el joven coahuilense conoció a Justine Plessard, de quien de inmediato se enamoró y la convenció de hacer un intercambio académico en la UANL.
Con nuevos amigos, y asimilada a la vida universitaria en Monterrey, Plessard era pretendida por varios alumnos de la Facultad de Psicología, donde ella, Laguarda y Víctor Castro estudiaban.

Los celos provocados por cada hombre que se acercaba a Pessard, con quien presuntamente mantenía una relación, orillaron a Laguarda a pretender cometer varios asesinatos.

Sin embargo, por falta de recursos sólo ordenó la muerte de Víctor Castro Santillán, quien se supone era su amigo, pero que presuntamente había tenido algo que ver con la guapa francesa.

Apenas ocurrido el crimen, Justine regresó a Francia y siempre se negó a hacer cualquier declaración formal a la representación mexicana en ese país. Su salida de México ocurrió un día después del crimen, luego de acompañar a los padres de Víctor a la identificación del cadáver. Justine dejó a la mitad el ciclo escolar.

Se hace justicia

Desde el inicio de las indagatorias el año pasado, los padres de Víctor, Vicente Castro y Sofía Santillán, exigieron a las autoridades de Nuevo León justicia por el crimen de su único hijo.

Hoy, a casi un año de la captura del asesino de su hijo, por fin se hizo justicia al declararlo culpable y enviarlo 42 años a prisión.

CELOS Y MUERTTE

La víctima
» Víctor Castro Santillán, estudiante de Psicología de la UNAM, quien cursaba un semestre de intercambio en la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL).

El homicidio
» El 20 de abril de 2010, Víctor fue salvajemente asesinado en las inmediaciones de Ciudad Universitaria de Monterrey; con severas contusiones, el cuerpo de Víctor fue hallado por la Policía frente a las instalaciones de la compañía ferroviaria Kansas City Southern.

El asesino
» Marcelo Laguarda Dávila, de 23 años, originario de Ramos Arizpe, Coahuila, es hijo del empresario hotelero y político panista, ex tesorero municipal durante el periodo de Ernesto Saro Boardman y contralor en la administración de Ricardo Aguirre, que concluyó en diciembre pasado.

La detención
» Marcelo Laguarda fue detenido el 15 de septiembre de 2010, acusado como autor intelectual del crimen.

El móvil
» A raíz de los celos de que la mujer que le gustaba, una joven francesa de nombre Justine Plessard, fuera presuntamente novia de Víctor Castro Santillán, Marcelo Laguarda ordenó arrebatarle la vida.

El pago
» El homicida pactó, presuntamente con una célula del crimen organizado, el pago de 6 mil pesos para que asesinara a Castro.Santillán, pero sólo les dio de anticipo 2 mil pesos, según su declaración preparatoria.

Exigen justicia
» Los padres del fallecido, Vicente Castro y Sofía Santillán, ambos psicólogos, exigieron justicia por el crimen.

La discordia
» Justine regresó a Francia y se negó a hacer cualquier declaración formal a la representación mexicana en ese país. Su salida de México ocurrió un día después del crimen, luego de acompañar a los padres de Víctor a la identificación.