Seguridad
Por Agencia Reforma
Publicado el viernes, 24 de enero del 2025 a las 11:02
Ciudad de México.- “Promesa cumplida, hija, por todo el infinito amor que te tuve y te tengo, por fin te voy a traer de vuelta a casa”, mencionó Jaqueline Palmeros, luego de que la Fiscalía capitalina confirmara que los restos óseos hallados en la zona del Ajusco, en Tlalpan, el pasado 17 de enero, corresponden a su hija Jael Monserrat, desaparecida en julio de 2020.
En entrevista para REFORMA, la madre buscadora relató la travesía en busca de respuestas tras la desaparición de su hija y reveló cómo las autoridades, lejos de ser un apoyo, se volvieron un obstáculo en la búsqueda de justicia.
“Desde el principio, la revictimización fue brutal (…) Es bien triste saber que para ellos solamente significamos un número de carpeta, todo el tiempo están buscando detrás de un escritorio mientras nosotras tenemos que salir al campo, a las calles, hospitales, reclusorios, anexos, incluso a aguas negras, lagunas y barrancas”, señaló Palmeros.
Jaqueline describió cómo el terreno volcánico y la fauna de la Ciudad de México hacen casi imposible localizar cuerpos completos y cómo este factor dificulta la labor de las madres buscadoras.
“Nunca pensamos encontrar a nuestros hijos en estas condiciones. Pero aquí estamos, con palas y picos haciendo el trabajo que ellos no quieren hacer. Nos dicen locas, pero seguimos demostrando que nuestra lucha no es en vano”, aseguró Jaqueline, quien fundó el colectivo Una Luz en el Camino, que ha ayudado a más de 50 familias en la búsqueda y localización de personas.
Jaqueline lamentó que la Ciudad de México vive una una crisis por desapariciones y que la negativa por parte de las autoridades para reconocer esta problemática, sólo pone trabas en el acceso a la justicia.
“Nunca han querido admitir que en la CDMX hay desaparecidos, que las montañas que rodean nuestro valle está lleno de muerte, lleno de crimen, y que sigan ocultando esa parte nos llena de indignación”, señaló.
El reciente descubrimiento de restos óseos que corresponden a Monse fue un momento de sentimientos encontrados para Jaqueline y su colectivo.
“Es tristeza, impotencia, rabia, pero también paz. Le prometí a mi hija que la traería de vuelta a casa y, aunque no es en las condiciones que esperaba, es una promesa cumplida”, dijo con la voz cortada.
Aunque necesita tiempo para procesar este hallazgo Jaqueline no abandonará el colectivo pues sabe que aún quedan muchas familias esperando respuestas.
El viernes 31 de enero, Jaqueline recibirá oficialmente los restos de Monse, lo que marcará el cierre de una búsqueda incansable y el inicio de otra batalla: el acceso a la verdad y la justicia.
“Así como le prometí traerla de vuelta a casa, ahora le prometo esa justicia y espero que esta vez el Estado no sea omiso y negligente”, señaló.
El próximo lunes, Jaqueline encabezará una nueva jornada de búsqueda en la zona del Ajusco, que durará tres días y en la que rastrearán restos óseos para dar una digna sepultura a Jael Monserrat.
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